Inicio. MEVYT en voz. Módulo: Nuestro Planeta, la Tierra

El origen del universo

Desde hace milenios diferentes culturas han tratado de explicar cómo surgió el universo. Para hacerlo, muchas se basaron en historias mágicas, leyendas religiosas y suposiciones filosóficas.

Según los aztecas, el mundo actual fue creado luego de cuatro intentos fallidos de los dioses, quienes trataron de formar un hombre bueno que les rindiera honor y tributo. Esta era corresponde al Quinto Sol, en donde los aztecas se consideran a sí mismos el pueblo elegido para mantener al astro rey con vida.
Los egipcios, por su parte, pensaban que antes lo único que había era un océano turbulento, oscuro e infinito, que no era posible ordenar. En ese caos vivía Nun, también llamado Amón, quien luego de un tiempo tomó conciencia de sí mismo y generó todo lo existente, hasta transformarse en Sol. Fue entonces que se convirtió en Ra, el gran dios solar, padre de todos los dioses.

En la India, varias religiones coinciden al explicar el origen del universo como un continuo: al igual que la vida y la muerte, el cosmos está en un continuo renacer, en donde la muerte es una etapa transitoria, porque el ciclo de vida se repite, así sea en diferentes manifestaciones. Desde hace millones de años, un dios crea el universo durante el día, pero por la noche el caos regresa, lo que hace necesaria la regeneración.

Los griegos y romanos creían que en el principio predominaba el Caos, del que surgieron Erebo (las tinieblas) y Nicte (la noche), quienes originaron a Eros (el amor), Éter (la luz) y Hemera (el día). Éter y Hemera se unieron y procrearon a Gea, la Tierra, quien sería madre de Urano y Ponto (el cielo y el mar, respectivamente). Todas estas deidades generarían muchas más que tuvieron en el Olimpo, su morada.

¿Qué forma parte del universo?

• En el universo hay más estrellas que cualquier otro tipo de objetos.
• Las estrellas son masas de gas incandescente.
• Las estrellas forman grupos enormes llamados galaxias, que se encuentran girando en forma permanente.
• También hay nebulosas, que son nubes de gas y polvo.
• Se localizan también los meteoritos, fragmentos de roca y de metal en el espacio.
• En su mayor parte, el universo no contiene más que espacio vacío.
• Nosotros pertenecemos a una galaxia llamada Vía Láctea. Todas las estrellas que vemos forman parte de ella.
• El Sol es una estrella entre millones de la galaxia; es el centro del sistema solar.
• El sistema solar es el conjunto formado por el Sol y todos los objetos que giran a su alrededor, como los planetas, que son bolas de roca, hielo o gas que giran sobre su propio eje, y sus satélites, formados de rocas.
• Los cometas son bolas de polvo, gas y hielo acumulados.
• Los asteroides son millones de pedazos de roca.
• Realiza el ejercicio 3 del Tema 1, Unidad 5, que aparece enseguida.

Unidad 5. ¿Cómo es el universo?

El universo contiene diferentes cuerpos estelares, entre los que encontramos: estrellas, galaxias, cúmulos de galaxias, asteroides, planetas, además de materia intergaláctica. Todavía no sabemos con exactitud qué tamaño tiene, a pesar de la avanzada tecnología disponible en la actualidad.

Las galaxias son acumulaciones enormes de estrellas, gases y polvo interestelar; en el universo hay centenares de miles de millones. Cada galaxia puede estar formada por miles de millones de estrellas y otros astros, que se mueven por la fuerza de atracción entre ellos, que a su vez provocan un movimiento más amplio que hace que todo junto gire alrededor del centro de la galaxia, donde se concentran más estrellas.

Las estrellas son masas de gases, principalmente hidrógeno y helio, que emiten luz. Se encuentran a temperaturas muy elevadas.

El Sol es una estrella. Las estrellas se ven, excepto el Sol, como puntos luminosos muy pequeños, y sólo de noche porque están a enormes distancias de nosotros. Parecen estar fijas, manteniendo la misma posición relativa en el cielo año tras año, pero en realidad están en rápido movimiento. Al estar a distancias tan grandes, sus cambios de posición se perciben sólo con el paso de los siglos.

El Sistema Solar está formado por el Sol y otros cuerpos celestes que orbitan a su alrededor: ocho planetas (Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno), junto con sus satélites, planetas menores y asteroides, cometas y polvo y gas interestelares.

Durante mucho tiempo se consideró a Plutón como el último planeta que formaba parte del Sistema Solar; pero recientes investigaciones llevaron a la conclusión de que Plutón es un planeta enano, y en una reunión entre especialistas de todo el mundo, se decidió incluirlo en una nueva categoría llamada planetoide, es decir, un cuerpo celeste en órbita alrededor del Sol a una distancia mayor que la del planeta Neptuno.

Recientemente se difundió la noticia de que el Sistema Solar no pertenece a la Vía Láctea, sino a una galaxia enana llamada Sagitario, la cual está en proceso de fusionarse con la Vía Láctea.

Los planetas, a diferencia de las estrellas, no tienen luz propia, sino que reflejan la luz solar. Los movimientos más importantes de los planetas son dos: el de rotación y el de traslación. En el movimiento de rotación, los planetas giran sobre sí mismos; esto determina el día y la noche de cada planeta. En el movimiento de traslación, los planetas giran alrededor del Sol, este recorrido representa el año del planeta. Cada planeta tarda un tiempo diferente en dar la vuelta al Sol. Se mueven más rápido a medida que se acercan al Sol y más lento cuanto más lejos están de él.

Los asteroides son una serie de objetos rocosos o metálicos que se mueven alrededor del Sol, la mayoría se encuentra en el cinturón principal, entre Marte y Júpiter. Algunos asteroides van más allá de Saturno, otros se acercan más al Sol que a la Tierra. Algunos han chocado contra nuestro planeta. Cuando entran en la atmósfera, se encienden y se transforman en meteoritos.

La palabra meteorito significa “fenómeno del cielo” y describe la luz que se produce cuando un fragmento de materia extraterrestre (que no pertenece al planeta Tierra o se encuentra fuera de él) entra a la atmósfera de la Tierra y se desintegra.

Los cometas son cuerpos frágiles y pequeños, de forma irregular, formados por una mezcla de sustancias y gases congelados. Parecen manchas de luz, a menudo borrosas, que van dejando un rastro o cabellera. Esto los hace atractivos y los rodea de magia y misterio.

Hoy sabemos que el Sol, con el cortejo de planetas que lo acompaña, no es más que una de las tantas estrellas de nuestra galaxia y que ésta, a su vez, no es más que uno de los tantos sistemas de estrellas en los que se encuentra la materia del universo.

Hace 15 mil millones de años, el universo se originó con una tremenda explosión con la que se creó toda la materia, la energía, el espacio y el tiempo, en unos minutos se formó la materia que compone el universo.

La galaxia de la Vía Láctea se formó hace 13 mil millones de años.

Hace 4 mil 600 millones de años se formó el sistema solar a partir de una nube de gas y polvo. Primero se formó el Sol y luego los demás cuerpos: planetas, asteroides, satélites.

La vida surgió en la Tierra hace 3 mil 500 millones de años, aproximadamente.

La Tierra se formó también hace 4 mil 600 millones de años.

Las estrellas tienen diversas características:

• Se localizan a grandes distancias de la Tierra.
• Se forman de gas y polvo.
• Crecen, se desarrollan y mueren; pueden durar cientos o millones de años.
• Tienen diversas temperaturas.
• Producen energía luminosa que las hace brillar.
• Mueren o se extinguen de diferentes maneras: explotan o se extinguen poco a poco.
• Una estrella es una bola de gas caliente y luminoso en permanente actividad. La mayoría de las estrellas contienen dos gases principales: hidrógeno y helio. Las reacciones que ocurren en su núcleo, es decir, en su centro, producen energía. La energía es liberada en forma de luz y calor.
• El brillo de una estrella depende de su luminosidad y de su distancia con la Tierra.
• Por su posición y brillo, las estrellas en la noche parecieran formar figuras. A estas figuras se les llama constelaciones.
• Cada una de las constelaciones, para quienes las miraron, representaba a una perso­na, animal u objeto.

El Sol es una estrella.

La energía que se produce en su núcleo alcanza la superficie y se propaga al espacio. La luz visible y otras radiaciones tardan ocho minutos en llegar a la Tierra desde la superficie solar.

Como todas las estrellas, el Sol algún día se extinguirá, cuando esto ocurra habrán pasado miles de millones de años.

El Sol tiene 4 mil 600 millones de años aproximadamente.

Su diámetro es de un millón 390 mil kilómetros.

Se encuentra a 149 millones 680 mil kilómetros de la Tierra.

Algunas estrellas como el Sol dan origen a planetas que giran a su alrededor. Así nació el sistema solar al que pertenecemos.

Primero, se formó el Sol; después, los planetas, los satélites, los asteroides y cometas que giran a su alrededor.

• La Tierra es el tercero de los planetas. Es el único planeta del sistema solar en el que se sabe que existe vida. En la Tierra viven más de 7 mil millones de personas y miles de millones de organismos vivos.
• Los planetas giran alrededor del Sol y sobre su propio eje.
• También alrededor del Sol giran en órbita los cometas, asteroides y meteoritos.
• Los planetas que giran alrededor del Sol son 8: Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno.
• Cuatro planetas son de roca: Mercurio, Venus, Tierra y Marte; y cuatro están formados por gas licuado: Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno.
• Alrededor de cada planeta giran satélites, que son formaciones rocosas. Algunos planetas tienen uno, otros más de uno. La Luna es el satélite natural del planeta Tierra.
• Planeta es una palabra que significa, en griego, errante o caminante. Son cuerpos celestes, es decir, objetos que se localizan en el cielo, de más de mil kilómetros de diámetro.
• Los planetas orbitan, es decir, giran alrededor de las estrellas.

La fuerza en el universo

Los seres humanos han buscado la explicación a las causas del movimiento de los astros en el cielo desde hace miles de años y en todas las culturas que han existido.

En la antigua Grecia, por mucho tiempo existió la idea de que el reposo era el estado primordial de los objetos y que su movimiento requería siempre de una fuerza o intervención exterior.

En el siglo 16 se tuvo la certeza, por medio de la observación y la realización de cálculos, de que el movimiento del Sol y de los planetas se realizaba en forma elíptica y no circular, como se pensaba antes, y que no se trataba de un movimiento uniforme. Después, la preocu­pación era saber cuál era la causa de esos movimientos y cuáles eran las órbitas que seguían los planetas.

Años después, algunos científicos, como Galileo y Kepler, ayudaron a descubrir que el sistema de movimientos del Sol y de los planetas se caracterizaba porque giraban sobre sí mismos y que los astros menores giraban en torno a los mayores. Estos descubrimientos llevaron a la conclusión de que alguna fuerza ejercida sobre ellos mantenía los planetas en sus órbitas.

Pero fue Isaac Newton quien con su teoría de la gravitación universal, encontró una solución a esta interrogante. Su punto de partida fue intentar explicar que había una fuerza que mantenía a la Luna girando en torno a la Tierra.

Newton supuso que la atracción de la Tierra se extendía mucho más lejos, hasta la Luna. Calculó que si la fuerza ejercida era la misma que para un objeto cercano, la Luna debería girar mucho más rápidamente, o bien, caer sobre la Tierra. Pero se trataba de una fuerza que disminuía con la distancia.

Comprobó que, como sucedía con la Tierra y la Luna, todo par de partículas del universo, por pequeñas que sean, se atraen entre sí y que la fuerza con que se atraen depende de la masa de los cuerpos y de la distancia entre ellos.

Esto significa que un cuerpo de mayor masa ejerce mayor fuerza sobre otro, pero también éste produce una reacción sobre aquél, de la misma intensidad y pero en sentido contrario. Un ejemplo claro de esto son las mareas en la superficie terrestre.

Las mareas son resultado de la atracción de la Luna sobre la Tierra. Aunque el efecto de atracción se da sobre toda la superficie terrestre, es más notoria en el agua.

Las mareas siguen el curso de la Luna alrededor de la Tierra y son periódicas al igual que las fases de la luna. Esta observación contribuyó a explicar, con mayor amplitud, los movimientos de planetas y satélites. Con ella empezaba la base del estudio de la dinámica del universo.

Algunos de los principales componentes de la Tierra son los siguientes:

• Atmósfera. Capa de gases que rodean a la Tierra. Antes de que llegue a la superficie de la Tierra, la energía del Sol es recibida en la atmósfera. Casi la mitad de esa energía es absorbida por la atmósfera y el resto es devuelta al espacio.
• Corteza. Capa de la superficie del planeta. El grosor de la corteza terrestre varía según las diferentes partes del mundo; en algunos lugares tiene entre 50 y 100 kilómetros, mientras que en otros apenas existe corteza. Existen porciones de la corteza llamadas placas tectónicas que están en constante movimiento.
• Océanos. Grandes masas de agua salada que cubren más de 70 por ciento de la corteza de la Tierra.
• Núcleo. Centro de la Tierra; se encuentra en estado sólido, formado en su mayor parte por hierro.

La Tierra

La Tierra es el único planeta del Sistema Solar en el que se sabe que existe vida. Es el tercero por su distancia al Sol, que es de 150 millones de kilómetros. La Tierra no es una esfera perfecta, tiene los polos achatados. Sólo la Tierra tiene la temperatura necesaria para mantener el agua en estado líquido y ha desarrollado una atmósfera rica en oxígeno. Estos dos factores han permitido que en este rocoso planeta evolucionaran numerosos ambientes y formas de vida.

De acuerdo con las teorías acerca del origen de la Tierra que tienen más aceptación, se dice que ésta fue incorporando a su masa enormes cantidades de gases y partículas de polvo interestelar del disco de nebulosa que dio origen al Sistema Solar. A medida que aumentaba su masa, el planeta fue calentándose lentamente debido al calor de los meteoritos que caían a la Tierra y al desprendimiento de gases provocado por reacciones químicas en su interior. Los elementos más pesados, como el hierro y el níquel, se fueron hacia el centro hasta formar un núcleo, que aún permanece en estado sólido y a muy elevada temperatura.

Los elementos más ligeros flotaron y se fueron formando capas diferenciadas en manto sólido, formado principalmente de silicato, y en corteza, formada de rocas, región más fría que su interior.

Como consecuencia del calentamiento de la Tierra, surgió la actividad de los volcanes y se formaron montañas; con ello se empezaron a crear lugares con distinta altitud. Los gases que quedaron atrapados en el interior de la Tierra, como el amoniaco, el azufre y el metano, comenzaron a escapar a la superficie y dieron origen a una atmósfera primitiva.

Después, la atmósfera fue descendiendo hasta que se produjo la condensación del agua. Una vez que la Tierra se enfrió y que se empezaron a formar los océanos, la acción del viento y del agua comenzaron a modelar el paisaje.

Una vez formada, la atmosfera ha funcionado como un gran generador de energía solar que transporta y distribuye el agua por todo el planeta, por medio de las nubes y la lluvia.

Hace aproximadamente 260 millones de años, los continentes que hoy conocemos estaban agrupados; durante este tiempo, las placas que formaban los continentes estuvieron en constante y lento movimiento, alejándose a medida que iba surgiendo nueva corteza terrestre. Las zonas en donde las placas chocan sufren muchos terremotos.

Las condiciones atmosféricas, como la cantidad de lluvia, la intensidad del viento y las variaciones de temperatura, forman el clima. En el planeta existen diferentes climas, que varían por la ubicación de las diferentes regiones; las regiones más cercanas al ecuador son calurosas, mientras que las más alejadas son frías. El clima influye en el tipo de animales y vegetales que en cada uno se desarrolla.

La vida en la Tierra, desde su aparición, se fue conformando de miles de organismos que fueron adaptándose a las condiciones climáticas cambiantes del planeta, colonizando primero el mar y después los continentes. La diversidad del medio ambiente propició que los organismos se vieran obligados a desarrollar formas más definidas y distintos comportamientos.

Los seres humanos tenemos una gran capacidad para cambiar el rostro de la Tierra, pero tenemos menor capacidad para reconocer las consecuencias que esos cambios pueden traer para la vida del planeta.

La Luna

Es el único satélite que tiene la Tierra. Tiene menor masa que el planeta Tierra y un tamaño cercano a la cuarta parte de éste. En la Luna no hay aire, ni agua, ni vida. La Luna no tiene movimiento libre por el espacio, pues la atracción que la Tierra ejerce sobre ella hace que ésta orbite alrededor de nuestro planeta. El tiempo de rotación de la Luna alrededor de la Tierra es de 27.3 días.

El primer hombre que pisó la Luna fue el astronauta estadounidense Neil Armstrong, el 21 de julio de 1969.

En la superficie de la Luna se observa infinidad de cráteres. Éstos son huellas de miles de meteoritos que han caido en la Luna desde hace millones de años. En la Tierra cada día penetran polvo y fragmentos de roca que se incendian al hacer fricción con el aire. Más de 90 por ciento de los meteoritos que llegan a la Tierra son piedras.

El mayor meteorito conocido en el mundo se localiza en África del Sur; cayó hace miles de años. Su peso se estima en 60 toneladas.

Astronomía y astrología, ¿son lo mismo?

Debido a que la astrología y la astronomía tienen que ver con el universo, a menudo han sido objeto de confusión.

La astronomía estudia de manera científica el universo, mientras que la astrología pretende adivinar el futuro mediante la observación de los astros.

A medida que la humanidad ha avanzado en conocimiento y entendido mejor su realidad, la astrología ha quedado relegada.

Sin disminuir la importancia histórica que ha tenido en la historia de, hoy se considera una corriente espiritual o mística. Por ejemplo, en algunas revistas o periódicos hay una sección dedicada a los horóscopos. Ahí los astrólogos predicen el comportamiento de las personas, futuros sucesos y hasta su destino, basándose en que todo lo que sucede en su vida está escrito en las estrellas y su relación con los planetas.

La astronomía, en cambio, se dedica al estudio científico de los cuerpos del espacio. Puede decirse que esta rama de la ciencia nació con las observaciones de los primeros pobladores de la Tierra. Los conocimientos y explicaciones sobre el universo, así como los instrumentos para estudiarlo, han ido avanzando gracias al desarrollo tanto de la ciencia como de las nuevas tecnologías.

Actualmente podemos observar el firmamento como nuestros antepasados jamás se hubieran imaginado.