Tema 3. Las imágenes en la escritura

Escucha el siguiente audio titulado: Las imágenes en la escritura.

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En este tema te darás cuenta que las imágenes enriquecen la escritura.
Si bien una imagen dice más que mil palabras, también son fuente de inspiración para escribir mil historias.

Una forma de representar una imagen para una persona que no ve, es a través de una audio descripción.
Escucha con atención e imagina el paisaje, después escribe una historia.

Es un lugar en un bosque, lleno de arboles de pino, hay un riachuelo de agua cristalina, rodeado de montañas, el cielo es azul, hay solo unas pocas nubes, las flores crecen alrededor del agua del pequeño arroyo. Se respira tranquilidad.

Comparte tu historia con un compañero o con tu asesor.

Continúa escuchando la grabación y después realiza la actividad.

¿Sabes lo qué son las siglas y para qué se utilizan?
Las siglas son grupo de letras o símbolos que distinguen el nombre de una institución,empresa, partido político, etc.
Las letras provienen de las iniciales del nombre de la institución.
Por ejemplo: SEP, significa Secretaría de Educación Pública.

Resuelve el siguiente ejercicio.

Unidad 1. Ejercicio 14

Escribe el significado de las siguientes siglas:

Contesta.

Escribe las siglas de las siguientes Instituciones.

Fin del Ejercicio 14, avanza y continúa con el Ejercicio 15.

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Unidad 1. Ejercicio 15

Escucha el siguiente audio que lleva por título: Los símbolos y su significado.

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Los símbolos y sus significados.

¿En qué lugares has visto símbolos como los siguientes:
Un moño negro colocado en la ventana de una casa.
Una bandera de color rojo y negro.

Reflexiona.
¿Sabes lo qué significan?
Recuerdas como conociste por primera vez, el significado de esos símbolos?

Cuando viajas en el metro y sabes que frente a ti se encuentra una señal que significa reservado para personas de capacidades diferentes, ¿cuál es tu reacción?
¿Cuál es tú reacción, si esa misma señal se encuentra en la puerta de un baño?.
Te has dado cuenta, ¿cómo reacciona la gente ante este tipo de señales?
¿Crees qué las personas respetan este tipo de señales?
Podemos encontrar señales que nos indican algo, en diferentes lugares
Como en calles, avenidas o carreteras.

¿Qué crees que significan los siguientes símbolos?

Completa los enunciados.

Anota, ¿cuáles son las señales que corresponden a las siguientes situaciones?

Contesta.

Te invitamos a escuchar el poema: Lo cotidiano.

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Fin del Ejercicio 15, avanza y continúa con el Ejercicio 16.

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Unidad 1. Ejercicio 16

Escucha el siguiente texto.

Imágenes que acompañan la escritura.

Reflexiona.

Cuando un mensaje o una indicación se pueden acompañar de una imagen que lo ilustre, ¿crees que se pueda entender mejor?

Por ejemplo, cuando sigues una instrucción sobre el uso de un aparato eléctrico; si se ilustra cómo hacerlo, ¿crees qué esto le ayude a la persona a entenderlo mejor?

¿En qué ocasiones, no has entendido un texto y preferirías tener una imagen que te ayudara a la comprensión?

Las imágenes nos ayudan a comprender mejor lo escrito.

En otros casos, la imagen por si sola es portadora del mensaje. Como veremos a continuación.

Contesta.

¿Qué significa este signo, si se encuentra en?:

Fin del Ejercicio 16, avanza y continúa con el Ejercicio 17.

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Unidad 1. Ejercicio 17

Escucha el siguiente texto que lleva por título: ¿Qué anuncian?

¿Qué anuncian?

Don Pedro se dedica a hacer rótulos, Doña Lupita lo fue a ver porque quiere que le haga un letrero, para ponerlo afuera de su fonda.
Don Pedro le sugiere, que el nombre de la fonda puede ir en letras rojasy que además se le puede poner un dibujo.
Mientras Lupita espera el letrero, le pide a Don Pedro que le explique cómo los hace.

Ahora te invitamos a que conozcas la información que lleva el anuncio y la forma en que Don Pedro hace los letreros.

Escucha cómo quedó el letrero.

Fonda Las Lupitas.
Unas rosas dibujadas.
Comida corrida.
Antojitos y tortas.
Se entregan comidas a domicilio.
Economía y limpieza.

Escucha cómo se hacen los letreros:

  1. Se montan las láminas pintadas de blanco en cuadros de madera.
  2. Se mide con regla y se dibujan con lápiz, las líneas y las letras que se van a pintar.
  3. Se usan mayúsculas para los nombres propios y se cuida la ortografía.
  4. Se pintan las letras derechitas y se busca un dibujo que se refiere al tema.

Contesta.

Los letreros o avisos, sirven para informar a los demás, lo que sabemos hacer o lo que queremos dar a conocer.

Revisa el letrero anterior y contesta.

Avanza y resuelve las siguientes actividades que pertenecen al Manual de reflexión lingüística.

Manual de reflexión lingüística. Actividad 5

Escucha el siguiente audio que lleva por título: La acentuación.

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La escritura, para quien la lleva a cabo, es un proceso en el que intervienen ideas, el propósito que tengamos y a quién le dirigimos lo escrito; por otro lado, se encuentra la parte del lector quien tendrá el papel de interpretar y dar significado a lo que lee. Ese significado está determinado por varias cuestiones, una de ellas es la acentuación, que es la intensidad que tienen determinadas silabas en las palabras.

Escucha las siguientes palabras y nota la diferencia.

Dé de.
Camino caminó.
Trabajo trabajó.
Sé se.

¿Son diferentes las palabras en cada par?
¿En qué varían?
¿Tienen el mismo significado?

Escucha el siguiente enunciado.

Espero que me dé mi recibo de luz a tiempo.

¿Crees qué sea útil la acentuación de la palabra para determinar la función que tiene en la oración?

Completa las siguientes oraciones con las palabras que escucharás a continuación.

Sé, se, camino, caminó, trabajo, trabajó. Las oraciones son:

1. Juan en esa fábrica, pero ahora tiene un nuevo .

2. No  a  qué hora llegó, pero fue muy temprano.

3. El  ganador todos los kilómetros, los demás se quedaron a la mitad del .

¿Qué te ayudó o permitió elegir cada palabra en las oraciones?
¿Por qué crees que unas tienen tilde o acento gráfico y otras no?

Recuerda.

Algunas palabras que están compuestas por una sola sílaba (de, se, si, el) son homófonas, es decir, suenan igual que otras, pero tienen diferente función gramatical.

Elige la palabra que corresponda a  cada función.

1. Verbo saber. La segunda opción tiene acento gráfico.

2. Verbo caminar en pasado.

3. Es un sustantivo.

4. Es una preposición. La primera opción tiene acento gráfico.

Manual de reflexión lingüística. Actividad 6

Escucha y repite en voz alta las siguientes palabras, haciendo una breve pausa en cada sílaba y localiza la que suena más fuerte.

  1. Mármol.
  2. Lágrima.
  3. Libro.
  4. Calle.
  5. Bambú.
  6. Bandeja.
  7. Lámpara.
  8. Médico.

Reflexiona.

¿Dónde se encuentra la pronunciación más fuerte en cada palabra?

Clasifica las palabras anteriores en dos listas, en una las que llevan tilde o acento gráfico y en otra las que no lo llevan.

¿A qué crees que se deba la colocación del acento gráfico? ¿Por qué algunas palabras lo tienen y otras no?

Fin del tema 3, avanza y continúa con el tema 4.

Manual de reflexión lingüística. Actividad 7

Completa cada una de las siguientes oraciones con la palabra con tilde o sin tilde que consideres adecuada. Después escribe cuál es la función de esa palabra: sustantivo, verbo, adjetivo o preposición.

1. Jorge cerrar la puerta de los víveres.

2. Juanita muchos líquidos para cuidar su salud.

3. La persona de camisa azul el libro.

Contesta.

¿Consideras que la acentuación es útil para dar claridad a las ideas y las palabras?

¿Por qué?

Regresa a tus escritos del tema 3, unidad 1 y revisa si hay palabras como las anteriores. Realiza las correcciones necesarias.

Palabras agudas

Escucha el siguiente texto que se encuentra en un volante.

CAFE EL CAPITAN

HECHO CON LA MEDIDA PERFECTA DE CAFE Y UN TOQUE DE DULZURA. PRUEBE NUESTRO SAZON Y DISFRUTE DEL SABOR MAS DESEADO. DE SU OPINION EN EL BUZON.

CALLE BAMBU NÚMERO 173 COLONIA CLASIFICACION

Contesta:

¿Pudiste comprender fácilmente el mensaje del texto anterior?

Toma en cuenta la regla para acentuar las palabras agudas.

¿Qué palabras deben llevar acento? Escríbelas:

Lee las siguientes palabras agudas.

  • perdón
  • adiós
  • papá
  • reloj
  • dibujar
  • pared

¿Con qué letras terminan las que llevan tilde o acento?

¿Con qué letras terminan las que no llevan acento?

Completa la siguiente regla.

Las palabras agudas llevan acento gráfico o escrito cuando terminan en:

Las palabras agudas no llevan acento cuando terminan en:


Escribe cinco palabras agudas que lleven acento gráfico:

Manual de reflexión lingüística. Actividad 8


Palabras graves

Escucha en tu Antología un fragmento de la novela Los de abajo, de Mariano Azuela. Toma nota de algunas palabras graves, de acuerdo con la ubicación de la silaba tónica.

III
Entre las malezas de la sierra durmieron los veinticinco hombres de Demetrio Macías, hasta que la señal del cuerno los hizo despertar. Pancracio la daba de lo alto de un risco de la montaña.

—¡Hora sí, muchachos, pónganse changos! —dijo Anastasio Montañés, reconociendo los muelles de su rifle.

Pero transcurrió una hora sin que se oyera más que el canto de las cigarras en el herbazal y el croar de las ranas en los baches.

Cuando los albores de la luna se esfumaron en la faja débilmente rosada de la aurora, se destacó la primera silueta de un soldado en el filo más alto de la vereda. Y tras él aparecieron otros, y otros de la vereda. Y tras él aparecieron otros, y otros diez, y otros cien, pero todos en breve se perdían en las sombras. Asomaron los fulgores del sol, y hasta entonces pudo verse el despeñadero cubierto de gente: hombres diminutos en caballos de miniatura.

—¡Mírenlos qué bonitos! —exclamó Pancracio—. ¡Anden, muchachos, vamos a jugar con ellos!

Aquellas figuritas movedizas, ora se perdían en la espesura del chaparral, ora negreaban más abajo sobre el ocre de las peñas. Indistintamente se oían las voces de jefes y soldados. Demetrio hizo una señal: crujieron los muelles y los resortes de los fusiles.

—¡Hora! —ordenó con voz apagada.

Veintiún hombres dispararon a un tiempo, y otros tantos federales cayeron de sus caballos. Los demás, sorprendidos, permanecían inmóviles, como bajorrelieves de las peñas.

Una nueva descarga, y otros veintiún hombres rodaron de roca en roca, con el cráneo abierto.

—¡Salgan, bandidos!.. ¡Muertos de hambre!

—¡Mueran los ladrones nixtamaleros!...

—¡Mueran los comevacas!...

Los federales gritaban a los enemigos, que, ocultos, quietos y callados, se contentaban con seguir haciendo gala de una puntería que ya los había hecho famosos.

—¡Mira, Pancracio —dijo el Meco, un individuo que sólo en los ojos y en los dientes tenía algo de blanco—; ésta es para el que va a pasar detrás de aquel pitayo!... ¡Hijo de...! ¡Toma!... ¡En la pura calabaza! ¿Viste?... Hora pal que viene en el caballo tordillo. ¡Abajo, pelón!...


Reflexiona:

¿A quiénes se les llamaba "ladrones nixtamaleros"?

—Yo voy a darle una bañada al que va horita por el filo de la vereda. Si no llegas al río, mocho infeliz, no quedas lejos. ¿Qué tal?... ¿Lo viste?...

—¡Hombre, Anastasio, no seas malo!... Empréstame tu carabina. ¡Ándale, un tiro no más!...

El Manteca, la Codorniz y los demás que no tenían armas las solicitaban, pedían como una gracia suprema que les dejaran hacer un tiro siquiera.

—¡Asómense si son tan hombres!

—Saquen la cabeza. ¡Hilachos piojosos!

De montaña a montaña los gritos se oían tan claros como de una acera a la del frente.

La Codorniz surgió de improviso, en cueros, con los calzones tendidos en actitud de torear a los federales. Entonces comenzó la lluvia de proyectiles sobre la gente de Demetrio.

—¡Huy! ¡Huy! Parece que me echaron un panal de moscos en la cabeza —dijo Anastasio Montañés, ya tendido entre las rocas y sin atreverse a levantar los ojos.

—¡Codorniz, jijo de un...! ¡Hora adonde les dije! —rugió Demetrio.

Y arrastrándose, tomaron nuevas posiciones. Los federales comenzaron a gritar su triunfo y hacían cesar el fuego, cuando una nueva granizada de balas los desconcertó.

—¡Ya llegaron más! —clamaban los soldados.

Y presa de pánico, muchos volvieron grupas resueltamente, otros abandonaron las caballerías y se encaramaron, buscando refugio, entre las peñas. Fue preciso que los jefes hicieran fuego sobre los fugitivos para restablecer el orden.

—A los de abajo. A los de abajo —exclamó Demetrio, tendiendo su treinta-treinta hacia el hilo cristalino del río.

Un federal cayó en las mismas aguas, e indefectiblemente siguieron cayendo uno a uno a cada nuevo disparo. Pero sólo él tiraba hacia el río, y por cada uno de los que mataba, ascendían intactos diez o veinte a la otra vertiente.

—A los de abajo. A los de abajo —siguió gritando encolerizado.

Los compañeros se prestaban ahora sus armas, y haciendo blancos cruzaban sendas apuestas.

—Mi cinturón de cuero si no le pego en la cabeza al del caballo prieto. Préstame tu rifle, Meco…
—Veinte tiros de máuser y media vara de chorizo porque me dejes tumbar al de la potranca mora. Bueno. ¡Ahora!... ¿Viste qué salto dio?... ¡Como venado!...

—¡No corran, mochos!... Vengan a conocer a su padre Demetrio Macías.

Ahora de éstos partían las injurias. Gritaba Pancracio, alargando su cara lampiña, inmutable como piedra, y gritaba el Manteca, contrayendo las cuerdas de su cuello y estirando las líneas de su rostro de ojos torvos de asesino.

Demetrio siguió tirando y advirtiendo del grave peligro a los otros pero éstos no repararon en su voz desesperada sino hasta que sintieron el chicoteo de las balas por uno de los flancos.

—¡Ya me quemaron! —gritó Demetrio, y rechinó los dientes—. ¡Hijos de…!

Y con prontitud se dejó resbalar hacia un barranco.

Mariano Azuela es el autor de Los de abajo. Nació en Jalisco en 1873 y murió en la ciudad de México en 1952. Fue médico en una de las facciones durante la Revolución Mexicana, de ahí que algunas de sus más notables obras literarias estén inspiradas en aquellos hechos de armas. En 1949 recibió el Premio Nacional de Literatura.

Reflexiona:

  • ¿Quiénes eran "los de abajo"? 
  • ¿Qué te pareció el fragmento de novela que escuchaste?
  • ¿Cómo imaginaste el lugar en donde se desarrolla la historia?
  • ¿Te gustaría saber más acerca de la historia que leíste, como la época de la Revolución mexicana?

El tipo de lenguaje que se utiliza en las historias, novelas, cuentos, poesía puede ser sencillo, culto, arcaico, antiguo, coloquial, etcétera.

¿Encuentras alguna relación entre lo que se narra en los fragmentos que escuchaste y tu vida? ¿Te sentiste identificado con alguno de los personajes?

Es importante que cuando leas o escuches algún texto reflexiones haciéndote preguntas, pues esto enriquecerá tu interpretación y te ayudará a comprender mejor la lectura.

¿Qué te parecería leer una novela completa? Pregunta a tus conocidos si alguno de ellos ha leído una que le haya resultado interesante.

Recuerda que:

En una novela es muy importante dar los mayores detalles posibles, es decir, describir cómo son los personajes y los lugares, cómo es el ambiente en el que se desarrollan las acciones, incluir acontecimientos que nos permitan ubicar la historia en una época determinada si así o deseamos, entre otros.

Te invitamos a intentar escribir una novela. Parece una tarea difícil, pero muchas veces es cuestión de comenzar a escribir e ir desarrollando las herramientas necesarias para que la historia progrese y para que afinemos nuestra forma de narrar. Sigue los pasos que te guiarán para la construcción de tu propia novela. Dicen por allí que "cada vida merece una novela", así que una posibilidad es que escribas la novela de tu propia vida. Después de todo, muchos autores conocidos retoman en sus relatos aspectos autobiográficos.

Puedes preguntarte sobre qué tema te gustaría escribir: quizá sea sobre la vida misma, una época específica, una idea futurista u otro mundo posible. Recuerda que en la novela no hay restricciones temáticas.

Describe en qué ambiente te gustaría que se desarrollara tu historia.

Enlista los lugares donde te gustaría que la historia se desarrolle. Piensa en sitios públicos, casas, museos, parques o lugares imaginarios como castillos, bosques, naves espaciales, mundos lejanos.

¿Te imaginas cómo terminará tu historia? Si no lo tienes considerado, con el desarrollo de la trama encontrarás la mejor manera de darle un desenlace a tu texto. 

La cuestión de cuánto escribes es menos importante que cómo escribes: necesitas desarrollar un estilo, una forma propia de contar las cosas. Por tanto, dedica mayor atención a la manera en que estás escribiendo y no a la cantidad de renglones que redactes.

Recuerda que la literatura es imaginación, creación, belleza y, sobre todo, es nuestro pase hacia un mundo que sólo la lectura, la escucha y la escritura nos pueden ofrecer.

¡Vamos a escribir! Sé paciente y persevera. Tu novela te irá indicando todo lo que debes investigar y aprender para desarrollarla y progresar.

Comparte tus avances con otras personas y toma en cuenta sus comentarios y señalamientos.


Organiza en dos listas las palabras graves que escuchaste en dos listas: las que llevan acento escrito y las que no.

¿Qué determina que lleven o no el acento ortográfico?



Escucha los siguientes grupos de palabras:

  • tribu, playa, pluma.
  • cartas, jueces, tesis.
  • examen, volumen, virgen.
  • azúcar, débil, huésped.


Contesta:

¿Con qué tipo de letras terminan las palabras del primer grupo?

¿Con qué letra terminan las del segundo grupo?

¿Y las del tercer grupo?

¿Cuál es la sílaba tónica en cada una de las palabras?

tribu


playa


pluma


cartas


jueces


tesis


examen


volumen


virgen


azúcar


débil


huésped

Localiza y selecciona solo las palabras graves del siguiente listado.

  • educación
  • útil
  • apóstol
  • ejemplo
  • cadáver
  • básico
  • dátil
  • loción

Completa la siguiente regla:

Las palabras graves llevan acento gráfico o escrito cuando terminan en consonante que no sea o vocal.

Relee alguno de los textos que has escrito y revisa la acentuación de las palabras.


Actividad 9

Palabras esdrújulas y sobresdrújulas

Reflexiona:

¿Recuerdas en qué sílaba se determina si una palabra es esdrújula o sobresdrújula?

Escucha las siguientes palabras.

  • académico
  • pájaro
  • víbora


Contesta.

¿Con qué letra terminan las palabras que escuchaste?

¿Qué lugar ocupa su sílaba tónica?


Escucha las siguientes palabras y contesta:

  • ridículamente
  • explíquenmelo
  • difícilmente

Completa la siguiente regla:

Las palabras esdrújulas y sobresdrújulas siempre llevan:

Escucha un fragmento de la novela Marianela.

Marianela
(Fragmento)

Capítulo III
—Aguarda, hija, no vayas tan aprisa —dijo Golfín, deteniéndose—; déjame encender un cigarro.

Estaba tan serena la noche que no necesitó emplear las precauciones que, generalmente, adoptan contra el viento los fumadores. Encendido el cigarro, acercó la cerilla al rostro de Marianela.

Mirábale, asombrada, la muchacha, y sus negros ojuelos brillaron con un punto rojizo, como chispa, en el breve instante que duró la luz del fósforo. Era como una niña, pues su estatura debía contarse entre las más pequeñas, correspondiendo a su talle delgadísimo y a su busto mezquinamente constituido. Era como una jovenzuela, pues sus ojos no tenían el mirar propio de la infancia, y su cara revelaba la madurez de un organismo que ha entrado o debido entrar en el juicio. A pesar de esta desconformidad, era admirablemente proporcionada, y su cabeza chica remataba con cierta gallardía el miserable cuerpecillo. Alguien la definía como una mujer mirada con vidrio de disminución; alguno, como una niña con ojos y expresión de adolescente. No conociéndola, se dudaba si era un asombroso progreso o un deplorable atraso.

—¿Qué edad tienes tú? —preguntóle Golfín, sacudiendo los dedos para arrojar el fósforo, que empezaba a quemarle. 

—Dicen que tengo dieciséis años —replicó la Nela, examinando a su vez al doctor.

—¡Dieciséis años! Atrasadilla estás, hija. Tu cuerpo es de doce, a lo sumo.

—¡Madre de Dios! Si dicen que yo soy como un fenómeno… —manifestó ella en tono de lástima de sí misma.

—¡Un fenómeno! —repitió Golfín, poniendo su mano sobre los cabellos de la chica—. Podrá ser: Vamos, guíame.

Comenzó a andar la Nela resueltamente sin adelantarse mucho, antes bien, cuidando de ir siempre al lado del viajero como si apreciara en todo su valor la honra de tan noble compañía. Iba descalza: sus pies ágiles y pequeños denotaban familiaridad consuetudinaria con el suelo, con las piedras, con los charcos, con los abrojos. Vestía una falda sencilla, y no muy larga, denotando en su rudimentario atavío, así como en la libertad de sus cabellos sueltos y cortos, rizados con nativa elegancia, cierta independencia más propia del salvaje que del mendigo. Sus palabras, al contrario, sorprendieron a Golfín por lo recatadas y humildes, dando indicios de un carácter formal y reflexivo. Resonaba su voz con simpático acento de cortesía, que no podía ser hijo de la educación; sus miradas eran fugaces y momentáneas, como no fueran dirigidas al suelo o al cielo.

—Dime —le preguntó Golfín—, ¿vives tú en las minas? ¿Eres hija de algún empleado de esta posesión?

—Dicen que no tengo padre ni madre.

—¡Pobrecita! Tú trabajarás en las minas.

—No, señor. Yo no sirvo para nada —replicó sin alzar del suelo los ojos.


Reflexiona:

¿Quién era Golfín? ¿Crees que quería a Marianela?

—Pues a fe que tienes modestia.

Teodoro se inclinó para mirarle el rostro. Este era delgado, muy pecoso, todo salpicado de manchitas parduscas. Tenía pequeña la frente, picudilla y no falta de gracia la nariz, negros y vividores los ojos; pero, comúnmente, brillaba en ellos una luz de tristeza. Su cabello, dorado oscuro, había perdido el hermoso color nativo a causa de la incuria de su continua exposición al aire, al sol y al polvo. Sus labios apenas se veían de puro chicos, y siempre estaban sonriendo, mas aquella sonrisa era semejante a la imperceptible de algunos muertos cuando han dejado de vivir pensando en el cielo. La boca de la Nela, estéticamente hablando, era desabrida, fea; pero quizá podía merecer elogios, aplicándole el verso de Polo de Medina:
Es tan linda tu boca, que no pide.

En efecto, ni hablando ni mirando ni sonriendo revelaba aquella miserable el hábito degradante de la mendicidad.

Golfín le acarició el rostro con su mano, tomándolo por la barba y abarcándolo casi todo entre sus gruesos dedos.

—¡Pobrecita! —exclamó—, Dios no ha sido generoso contigo. ¿Con quién vives?

—Con el señor Centeno, capataz de ganado en las minas.

—Me parece que tú no habrás nacido en la abundancia. ¿De quién eres hija?

—Dicen que mi madre vendía pimientos en el mercado de Villamojada. Era soltera. Me tuvo un día de difuntos, y después se fue a criar a Madrid.

—¡Vaya con la buena señora! —murmuró Teodoro con malicia—. Quizá no tenga nadie noticia de quién fue tu papá.

—Sí, señor —replicó la Nela, con cierto orgullo—. Mi padre fue el primero que encendió las luces de Villamojada.

—¡Cáspita!

—Quiere decir que cuando el Ayuntamiento puso por primera vez faroles en las calles —dijo, como queriendo dar a su relato la gravedad de la historia—, mi padre era el encargado de encenderlos y limpiarlos. Yo estaba ya criada por una hermana de mi madre, que era también soltera, según dicen. Mi padre había reñido con ella. Dicen que vivían juntos, todos vivían juntos, y cuando iba a farolear me llevaba en el cesto, junto con los tubos de vidrio, las mechas, la aceitera. Un día dicen que subió a limpiar el farol que hay en el puente, puso el cesto sobre el antepecho, yo me salí fuera, y caíme al río.

—¡Y no te ahogaste!

—No, señor, porque caí sobre piedras. ¡Divina Madre de Dios! Dicen que antes de eso era yo muy bonita.

—Sí, indudablemente eras muy bonita —afirmó el forastero, el alma inundada de bondad—. Y todavía lo eres. Pero dime: ¿hace mucho tiempo que vives en las minas?

—Dicen que hace trece años. Dicen que mi madre me recogió después de la caída. Mi padre cayó enfermo, y como mi madre no le quiso asistir, porque era malo, él fue al hospital, donde dicen que se murió. Entonces vino mi madre a trabajar a las minas. Dicen que un día la despidió el jefe porque había bebido mucho aguardiente. 

—Y tu madre se fue... Vamos, ya me interesa esa señora. Se fue...

—Se fue a un agujero muy grande que hay allá arriba —dijo Nela, deteniéndose ante el doctor y dando a su voz el tono más patético—, y se metió adentro.

—¡Canario! ¡Vaya un fin lamentable! Supongo que no habrá vuelto a salir.

—No, señor —replicó la chiquilla con naturalidad—. Allí dentro está.

—Después de esa catástrofe, pobre criatura —dijo Golfín con cariño—, has quedado trabajando aquí. Es un trabajo muy penoso el de la minería. Estás teñida del color del mineral; estás raquítica y mal alimentada. Esta vida destruye las naturalezas más robustas.

—No, señor yo no trabajo. Dicen que yo no sirvo ni puedo servir para nada.

—¿De modo que eres una vagabunda?

—No, señor, porque acompaño a Pablo.

—Y ¿quién es Pablo?

—Ese señorito ciego a quien usted encontró en la Terrible. Yo soy su lazarillo desde hace año y medio. Le llevo a todas partes; nos vamos por los campos paseando.

—Parece buen muchacho ese Pablo.

—¡Madre de Dios! Es lo mejor que hay en el mundo. ¡Pobre amito mío! Sin vista tiene él más talento que todos los que ven.

—Dime: y a ti, ¿por qué te llaman la Nela? ¿Qué quiere decir eso? 
—Mi madre se llamaba la señá María Canela, pero le decían Nela. Dicen que éste es nombre de perra. Yo me llamo María.

—Mariquita.

—María Nela me llaman, y también la hija de la Canela. Unos me dicen Marianela, y otros nada más que la Nela.

—Y tu amo, ¿te quiere mucho?

—Sí, señor; es muy bueno. Él dice que ve con mis ojos, porque como le llevo a todas partes, y le digo cómo son todas las cosas…

—Todas las cosas que no puede ver —indicó el forastero, muy gustoso de aquel coloquio.
—Sí, señor; yo le digo todo. Él me pregunta cómo es una estrella, y yo se la pinto de tal modo hablando, que para él es lo mismito que si la viera. Yo le explico cómo son las hierbas y las nubes, el cielo, el agua y los relámpagos, las veletas, las mariposas, el humo, los caracoles, el cuerpo y la cara de las personas y de los animales. Yo le digo lo que es feo y lo que es bonito, y así se va enterando de todo.

—Veo que no es flojo tu trabajo.

El autor de Marianela es Benito Pérez Galdós, escritor español nacido en 1843. Murió en 1920. escribió varios artículos periodísticos, y en 1897 formó parte de la Real Academia Española. El estreno de su obra de teatro Electra, en 1901, fue un acontecimiento nacional. No le concedieron el premio Nobel debido a sus posturas políticas.


Vuelve a escuchar el fragmento de la novela y selecciona algunas palabras; clasifícalas en agudas graves o esdrújulas.

Palabras agudas

Palabras graves

Palabras esdrújulas

Clasifica las siguientes palabras en agudas, graves o esdrújulas.

  • nostalgia
  • altísimo
  • lección
  • periodístico
  • adecuado
  • frijol
  • tobogán
  • índice
  • frijol
  • ética

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