Unidad 3 Fortalezcamos las relaciones familiares

Subtema 1. Comunicar más y mejor

La comunicación en mi familia

Lea con atención cada enunciado y haga click en la situación que más se relacione con su manera de pensar.

Me informa un amigo(a) que mi hijo(a) consume drogas, Yo:

Lo(a) regaño, insulto y le digo que defraudó mi confianza.
Lo más seguro es que sean “chismes” del amigo (a), no lo creo.
Le pregunto, escucho con atención y juntos, buscamos ayuda.

Haga click en la palabra que crea conveniente.

En mi familia platicamos:

Mucho
Poco
Nada
A veces

De acuerdo con su respuesta, ¿Cree usted que existe comunicación, diálogo o plática en su familia?

No


La comunicación

Es la forma más efectiva que utilizamos las personas para expresar nuestras ideas, pensamientos, actitudes, sentimientos y comportamientos.

La comunicación en sus diversas manifestaciones, hablada, escrita y por señas, forma parte de nuestra vida personal y social, afectiva y de trabajo. Nos comunicamos desde que nacemos hasta que morimos, con la voz, con las manos, con el cuerpo, con la mirada, con palabras y silencios, con la poesía, el canto, la música y el baile.



Para que existan la comunicación y el diálogo, se requiere que nuestras ideas, pensamientos y deseos lleguen a las personas que los reciben de manera clara y sencilla, sólo así nos pueden comprender y responder.

Escuchar con atención la opinión de los demás para llegar a un acuerdo, enfrentar directamente alguna situación con la persona indicada o preguntar e informarnos antes de tomar una decisión, son algunas maneras de establecer comunicación, diálogo o plática con los demás, esto nos facilita la solución de los problemas de la vida diaria.


Lea el texto "Para conocernos mejor" y de un click en la o las opciones en las que esté de acuerdo:

 

Para conocernos mejor

En la familia, generalmente nos comunicamos para lo más indispensable y, en algunos casos, platicamos poco de nuestros sentimientos, sueños y deseos personales. Tampoco expresamos resentimientos o rencores, que nos provocan insatisfacciones y enojos personales, y que pueden ser el origen de conflictos.

En un ambiente de confianza, es posible expresar nuestros sentimientos y emociones sin ofender o lastimar a los demás.

La confianza en nosotros(as) mismos(as) y en los demás es una de las bases de la comunicación.


La confianza en nosotros(as) mismos(as) y en los demás no es importante para la comunicación.
Para que una familia se conozca mejor, es recomendable que platiquen de sus sentimientos, sueños y deseos personales.
La comunicación es un recurso importante en la solución y prevención de los problemas.

 

La comunicación en la familia

La comunicación y el diálogo dentro de la familia favorecen una relación sin temores entre sus integrantes, porque permiten manifestar pensamientos, sentimientos, gustos, inquietudes e, incluso, desacuerdos.

Las acciones y los gestos de todo nuestro cuerpo como, la sonrisa, la mirada afectuosa, un abrazo, una caricia, comunican algo; por ello es importante que nuestras mejores intenciones las comuniquemos con palabras y hechos.

La comunicación es un recurso importante en la solución y prevención de los problemas.


En su Revista, lea "Un decálogo para el diálogo";después elija las opciones con las que usted esté de acuerdo.

Para mejorar la comunicación en su familia:

La diversidad de opiniones es importante para el diálogo. No podemos esperar que todos piensen como nosotros.
Tener dos oídos y una sola lengua significa que nos corresponde escuchar el doble de lo que tenemos que hablar.
Todos tenemos derecho a equivocarnos, errar es humano. Juzgar el error equivale a condenar al que se equivoca. Reconocer nuestros propios yerros frente a los hijos o la pareja, lejos de hacernos perder estima ante ellos, produce sentimientos de comprensión y aceptación.

Elija las opciones que correspondan.

¿Con quién le gusta platicar más?

Con mis amigos y amigas. Me gusta platicar de cómo divertirnos, qué hacer ese día, de las parejas, de los problemas y de las cosas que surjan.
Con mis hijos y mis hijas. Me gusta platicar con ellos/ellas de sus planes, de sus preocupaciones, de la escuela, de sexualidad y de cosas que acontecen día a día.
Con mi pareja. Me gusta platicar de nuestra relación, de nuestras preocupaciones familiares, de los problemas que surgen día a día, de viajes y de proyectos.
Con mis vecinos, vecinas o algún familiar, no platico. No tenemos tiempo. Apenas me alcanza para los tres primeros y a veces, ni para ellos.

Elija las opciones correspondientes:

¿Cuáles son algunas de las situaciones que impiden la comunicación dentro de la familia?

En primer lugar, la falta de tiempo.
El cansancio del día a día.
La falta de interés mutuo.

Elija la opción que considere más adecuada.

Cuando usted se da cuenta que hay un conflicto en la familia, ¿qué hace para comunicarse y dialogar?

Aunque me preocupan los conflictos familiares, no me meto. Ellos, como adultos, lo resolverán.
No me gusta intervenir en los conflictos familiares porque sale uno raspado. Prefiero quedarme al margen.
Busco el momento oportuno para escuchar a cada una de las partes en conflicto, y les propongo dialogar para llegar a un acuerdo.


Familia y comunicación

Dentro de la familia podemos iniciar la comunicación con pequeñas conversaciones sobre lo que nos sucede en la vida diaria: en el trabajo, el hogar, la escuela, con nuestros amigos o amigas, acerca de algún programa de televisión, entre otras.

Cada integrante de la familia tiene sus propias opiniones y puntos de vista, la comunicación permite conocerlos y aprender de las situaciones que cada persona vive.

Si tratamos de mantener y promover la comunicación entre los integrantes de la familia, podremos conocernos más, tener confianza y aprender juntos.


Observe con atención las siguientes fotografías:

 

Compare las fotografías y elija la opción que corresponda.

¿Cuál de las situaciones puede provocar violencia? y ¿cómo se puede evitar?

Todas pueden provocar violencia y no se puede evitar.
Las dos fotografías que están en la parte superior pueden provocar violencia y se puede evitar utilizando un lenguaje afectivo y respetuoso.
Ninguna tiene por qué provocar violencia. No hay razón para ello.

Elija las opciones que correspondan.

¿Ha notado qué expresan su cuerpo y su cara cuando está enojado/a?

No se me ha ocurrido verme en el espejo.
Sí, sé que mis facciones se endurecen, frunzo el ceño, arqueo las cejas, mis manos se tensan, mi mirada es feroz y doy miedo.
Me voy a fijar qué expresan mi cuerpo y mi cara.

Elija la opción que corresponda.

Cuando usted está contento/a, ¿ha notado lo que expresa con su cuerpo y su cara?

Nunca había pensado en eso.
Sonrío, la expresión de mi cara y de mis ojos es de alegría, mi cuerpo está relajado, flexible.
Yo no creo en esas cosas.


Platicar y dialogar

Cuando platicamos con calma, sinceridad y respeto en una situación de conflicto familiar, se evitan malos entendidos. Algunas veces nuestras ideas sobre lo que los demás hacen, dicen o piensan no corresponden a lo que realmente las otras personas quieren dar a entender.

El diálogo es el intercambio de ideas, pensamientos y puntos de vista entre dos o más personas; nos permite expresarnos y conocer lo que la otra persona piensa. El diálogo incluye la participación de cada una de las personas presentes, escuchar, esperar el turno para hablar y expresar lo que pensamos y sentimos de manera clara y sencilla.

Todas las personas tenemos algo que decir y escuchar de los demás, ya sea de la pareja, hijas(os), hermanos(as) y otros familiares, sin importar su edad, sexo, ocupación, sus opiniones o formas de ser.


Elija la opción que corresponda.

"¿Cómo se pueden decir de manera más amable las frases siguientes: siempre me criticas, todo lo haces mal, nunca colaboras en el que hacer?"

Me gustaría que me hicieras críticas constructivas.
Me harías sentir muy bien si me señalas las cosas que hago bien.
¿Podrías ayudarme un poco más en el quehacer?

Para mejorar la comunicación es necesario...

Expresarnos con claridad y sencillez. Buscar que nuestras palabras y frases sean claras y sencillas al expresar lo que queremos, pensamos o sentimos, evitando malas interpretaciones.

Cuidar nuestras actitudes. Recordemos que también nuestro cuerpo comunica, es decir, cuando estamos platicando, nuestra mirada, postura, gestos y tono de voz reflejan lo que queremos, pensamos o sentimos en ese momento.

Evitar alzar la voz. No gritar, no utilizar insultos, burlas o mensajes contradictorios.

Reconocer las cualidades, acciones, sentimientos y emociones de las otras personas.

Platicar, dialogar y comunicarnos, tratando de ver a los ojos a la otra persona.

Hablar en primera persona:yo siento..., yo pienso..., yo quiero...; sin utilizar lo que nos dijeron, piensan o sienten otras personas. La sinceridad de nuestras palabras es más convincente que un largo discurso o muchas justificaciones.

Evitar palabras que generalicen situaciones que molestan o enojan a los demás. Por ejemplo, decir "Todo está mal", cuando realmente sólo algo o algunas cosas están mal, o decir: "Todas las mujeres son iguales, cuando hay muchas diferencias entre ellas.


Elija las opciones que considere correctas.

¿Las siguientes actitudes mejoran la comunicación?

Escuchar con atención, esperar mi turno para hablar, no discutir cuando estoy enojada/o.
Pensar que sólo yo tengo razón, escuchar con gesto de disgusto, insultar, interrumpir a los/las demás.
Atender lo que dicen los niños y jóvenes, esperar mi turno para hablar.
Insultar, hacer burla de lo que me están diciendo, gritar.
 

Lo
que rompe la
comunicación

Hay muchas actitudes y formas de hablar que rompen la comunicación, el diálogo o la plática. Es posible hacer un esfuerzo por evitarlas y cambiar nuestra forma de comunicarnos.

Algunas de esas formas son: alzar la voz, interrumpir a la persona cuando habla, retirarse dejándola con la palabra en la boca, no permitir que hable, o no escucharla con atención, entre otras.


Elija las opciones que correspondan.

¿Por qué cree que las opciones correctas que eligió facilitan la comunicación?

Porque son respetuosas, afectivas y generan confianza mutua.
Porque no son agresivas ni burlescas. Generan bienestar.
No creo poder aprender a escuchar. Me parece muy difícil.

Escuchemos a los demás

Escuchar a los demás es la base de la comunicación. Practiquémoslo en nuestras actividades diarias, con la pareja, hijos(as), familiares; en el trabajo o en la escuela.

La palabra es un instrumento importante para el cambio y entendimiento entre las personas y para alcanzar una mejor convivencia familiar y social.

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