Así como en nuestra familia es conveniente enfrentar los conflictos
de manera positiva y sin causarnos daño, en el ámbito de
la comunidad también podemos enfrentar las situaciones de conflicto
sin violencia, mediante el diálogo, el respeto a las diferencias,
la participación y la cooperación. Una manera de que los
conflictos comunitarios no desemboquen en acciones violentas y destructivas
es encontrar coincidencias y objetivos comunes para dar salidas o alternativas
en las que todos y todas estén de acuerdo. |
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Reconocer los valores,
actitudes y conductas que nos permiten enfrentar positivamente
los conflictos que surgen en nuestra comunidad para fomentar
la vida democrática. |
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Sabemos que cada persona tiene su propia forma de
pensar y de actuar y que, en ocasiones, nuestra manera de proceder, al
no estar de acuerdo con la de otras personas, puede originar un conflicto.
Recordemos que si en la familia los problemas y los conflictos pueden
resolverse, en nuestra vida comunitaria puede ocurrir lo mismo. Si al
compartir espacios, necesidades e intereses surgen situaciones contradictorias
o contrapuestas, éstas pueden ser resueltas positivamente con la
participación y organización de todas las personas involucradas
en el conflicto.
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