Siempre
tendremos que conducir nuestra lucha en el plano alto de la dignidad y
disciplina. No podemos permitir que nuestras protestas creativas degeneren
en violencia física. Una y otra vez debemos elevarnos a las majestuosas
alturas del encuentro de la fuerza física con la fuerza del alma.
La maravillosa nueva militancia, la cual ha envuelto a la comunidad negra,
no debería llevarnos a desconfiar de toda la gente blanca; porque
varios de nuestros hermanos blancos, como se ve hoy día por su
presencia aquí, han venido a darse cuenta de que su destino está
amarrado con nuestro destino, de que su libertad está inseparablemente
unida a nuestra libertad. No podemos caminar solos. Y al caminar, debemos
hacer la promesa de que siempre marcharemos adelante. No podemos volver
atrás.
Hay aquellos que están preguntando a los devotos de los derechos
civiles "¿Cuando estarán satisfechos?". Nunca
podremos estar satisfechos mientras que el negro sea víctima de
horrores indescriptibles de brutalidad policial; nunca podremos estar
satisfechos mientras tengamos nuestros cuerpos pesados por la fatiga de
viajar y no poder alojarnos en los moteles de las carreteras ni en los
hoteles de las ciudades; no podremos estar satisfechos mientras la movilidad
básica del negro sea de un barrio pequeño a uno más
grande; nunca podremos estar satisfechos mientras nuestros hijos sean
despojados de su personalidad y robados de su dignidad por un letrero
que dice "Sólo para blancos", no podremos estar satisfechos
mientras el negro de Mississippi no pueda votar y el negro de Nueva York
crea que no tiene nadie por quién votar. ¡No! No, no estamos
satisfechos, y no estaremos satisfechos hasta "que la justicia y
las virtudes corran como el agua por una fuerte quebrada".
Yo sé que algunos de ustedes han venido hasta aquí con
grandes esfuerzos y problemas.
Algunos de ustedes recién han llegado de unas angostas celdas.
continúa...
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