La esclavitud es una situación en la que una persona es dueña
de otra como si fuera una cosa. La servidumbre, que es parecida a la esclavitud
sin llegar a ese extremo, es una situación en la que una persona
entrega a otra la mayor parte del fruto de su trabajo a cambio de vivir
y trabajar en sus tierras o en la que se obliga a una persona a prestar
sus servicios sin estar definido su contenido y duración. Estas
prácticas han sido legitimadas desde hace mucho tiempo por la costumbre
y no se han logrado eliminar totalmente.
Cada persona podrá tener un pensamiento y una conciencia propios
y actuar de acuerdo con éstos. Nadie puede ser obligado a actuar
en contra de su conciencia; sin embargo, es importante formarla y educarla.
La
libertad es un derecho que tiene diferentes grados de intensidad, es decir,
empieza por la libertad de conciencia y de pensamiento, esto significa
que tenemos la facultad de distinguir entre lo que nos parece bueno o
conveniente y lo que no, y la posibilidad de tener nuestra propia forma
de pensar y nuestras propias creencias.
Sin embargo, de muy poco nos serviría esa libertad de pensamiento
si no pudiéramos opinar o expresar lo que pensamos, por eso también
tenemos la libertad de expresión que sólo tiene como límite
el no causar daño a otras personas.
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