Nuestros
padres nos enseñaron a ser hombres y mujeres diciéndonos lo que debíamos
hacer y no hacer. Pero sobre nuestro cuerpo y sexo no nos dijeron nada.
Nosotros,
ahora ya como padres, debemos dar a nuestros hijos la ayuda que a nosotros
nos faltó.
Aparte
del amor, cariño, cuidado y protección que damos a nuestros hijos, también
debemos darles una buena educación sexual que les permita conocer lo que
es el sexo y sentirse contentos con lo que son.
Debemos darles las mismas oportunidades para amar, trabajar y luchar para
salir adelante.
Debemos aceptar el sexo de nuestros hijos
Ya
sabemos que para lograr un buen desarrollo el niño tiene que sentirse
amado y aceptado tal cual es. Nunca debe
sentir que sus padres hubieran preferido que en vez de haber nacido un
niño nació una niña o al contrario.
Hay
que amarlo con todo lo que es, sea niño o niña debemos hacer que nuestros
hijos sientan que todo su cuerpo es bueno y que no hay partes malas ni
sucias.
“Esas
partes” tienen su nombre: pene y testículos en el hombre, y vulva en la
mujer.
Es
natural que el niño o la niña se vea y agarre sus órganos sexuales.
Así
como juega con las manos o con sus orejitas, también lo hace con sus
órganos sexuales y va conociendo todo su cuerpo.
Los
padres deben contestar las preguntas de sus hijos con la verdad y con
palabras propias de su edad.
Los padres somos el ejemplo
Los
niños imitan lo que ven y lo realizan en sus juegos. Así como juegan al
panadero y a la tiendita, también juegan a que son el papá y la mamá,
al doctor y a otras cosas que ven que hacen los mayores.
Los
padres no deben alarmarse por esos juegos que hacen los niños, pero sí
vigilar para que no se hagan daño.
La
curiosidad por el sexo es natural
A
medida que el niño crece se va interesando por saber más cosas, cuando
empieza a tener más relación con sus amigos de juego y nota la diferencia
que hay entre el niño y la niña, surgen sus principales dudas que son
el saber: ¿cómo nació? y ¿por qué el hombre y la mujer no tienen lo mismo?
El
niño necesita que sus preguntas le sean contestadas y va con sus padres
que son las personas que más cerca tiene.
Si al niño no se le contestan sus preguntas o se le engaña, él buscará
respuesta con sus amigos o personas extrañas que tal vez puedan darle
respuestas equivocadas.
El
niño y la niña aprenden a ser hombre y mujer con el ejemplo y no por
los juguetes o los juegos.
Los padres somos los principales modelos que tienen nuestros hijos para
seguir.
Estando
con sus padres el niño aprenderá a ser un hombre. Aprenderá también
que es bueno que el hombre participe en las tareas del hogar.
La
niña también aprenderá de sus padres cómo debe ser una mujer. No sólo
debe dedicarse a los quehaceres del hogar sino que su participación
en cualquier actividad es importante.
Un amor auténtico entre los padres, el respeto entre uno y otro y la
ayuda que los dos se presten, sirve de medio educativo para los niños
y les hace comprender la relación que puede haber entre el hombre y
la mujer.
CEA/PRODUSEEP. Aprendiedo juntos, Educación
Sexual Infantil. |
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