El tabaco en la familia
 

Con el cigarro nos podemos ir con la finta de que es un hábito familiar. Cuando algún miembro de la familia fuma, nos envía mensajes contradictorios: "No debes fumar porque hace daño, pero vemos cómo lo disfruta”, “Quiero dejar de fumar, pero no puedo”, “Te digo que no lo hagas, aunque yo lo hago”.

Entonces puede ser que, como lo vemos en casa, vayamos adquiriendo el hábito de fumar sin darnos cuenta, y cuando menos lo esperamos, ya no podemos dejar de fumar, porque nuestro cuerpo necesita la nicotina del cigarro. Si somos responsables de nuestra salud y sabemos que el fumar nos daña, debemos preguntarnos ¿por qué lo hacemos?

¿Y sabías que, aunque no fumes, si convives con una persona que fuma todo el tiempo, el humo te hace daño? De hecho, las personas que no fuman son las que inhalan las sustancias tóxicas más concentradas.

 

Sabías que...

Según datos obtenidos en la última Encuesta Nacional de Adicciones (ENA), en México hay 17 millones de personas que inhalan involuntariamente el humo del tabaco que otras fuman:

La mayoría de los fumadores involuntarios, o sea 13 millones, están en su hogar.

En el ambiente laboral, la cifra es de 4 millones 760 mil personas (este dato es alarmante, ya que el trabajador pasa ahí de una a dos terceras partes del día).

Desafortunadamente, pasamos por alto o ignoramos que la adicción al tabaco es uno de los principales motivos de muerte prematura:
• Uno de cada cuatro fallecimientos tiene que ver con el tabaquismo.
• Cuatro de cada diez hombres de entre 18 y 65 años de edad son fumadores.
• Una de cada seis mujeres está en la misma situación.*

*Revista del consumidor, Núm. 27, p. 27, mayo de 1999.

 

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