Es el primer grupo al cual pertenecemos, en él aprendemos a expresarnos y desarrollamos la capacidad para comunicarnos, ya sea de manera clara y directa; distante y fría; confusa o indirecta, según lo hayamos visto y experimentado.
En el transcurso de la vida, vamos cambiando nuestras formas de comunicarnos. Si nos desarrollamos en un ambiente donde existe violencia podemos aprender a relacionarnos y comunicarnos con miedo y agresión, pero si el ambiente es cálido y respetuoso podemos sentirnos más libres para decir lo que pensamos y sentimos.

Las personas que crecen en un ambiente de cariño y respeto, pueden desarrollarse más abierta y alegremente porque sus padres o familiares les mostraron que los quieren, entonces, ellas están más preparadas para crear un ambiente de cariño y respeto con su familia.

En cada grupo al que pertenecemos -la familia, los amigos, el trabajo, la escuela- desarrollamos una forma "especial" de comunicarnos, es decir, tenemos maneras muy particulares de expresarnos según el grupo. Por ejemplo, en una familia pueden hablarse de "usted" con sentido de respeto y de tradición, pero con cercanía y relaciones cálidas, mientras que quizá en otra, aunque se hablen de "tú" puede existir mucha distancia e indiferencia y ser poco afectuosos.

En el grupo de amigos casi siempre se comparten ciertos intereses, lo que nos permite tener más confianza hacia otros, intercambiar nuestras ideas, identificarnos, etc. A veces los amigos representan a los hermanos que hubiéramos querido tener, con ellos establecemos lazos profundos de afecto que nos mantienen unidos por un largo tiempo, y desarrollamos un tipo de comunicación diferente al de nuestra familia, por ejemplo: les confiamos nuestros secretos, nos ponemos "apodos" o sobrenombres, tenemos ciertas claves para hacer determinadas cosas y sabemos cómo se siente un amigo sólo con ver la expresión de su cara.

         
Con la pareja, la relación que desarrollamos puede ser totalmente diferente a la que tenemos con la familia y los amigos. Por lo tanto, nuestra comunicación, sobre todo al principio, también es muy distinta; tratamos de hacer el tono de voz amable y suave, la expresión de los ojos es dulce o penetrante, nuestros movimientos corporales pueden decir que queremos, una mayor cercanía física: con todo esto estamos comunicando que queremos estar con esa persona, conocerla y que estamos muy motivados para iniciar una relación.

Si observas y estás al pendiente de cómo te comunicas, podrás comparar cómo cambias cuando estás con una persona que te agrada o cuando estás con alguien que te desagrada. Por ejemplo, si estás con alguien que te molesta, su sola presencia puede hacer que cambie tu tono de voz, quizá sea cortante; puede motivar que ni siquiera la mires a los ojos y harás todo lo posible porque la conversación acabe pronto; quizás, sin darte cuenta, tus gestos demuestran que te disgusta y la persona percibirá tu enojo más que tus palabras.

Pensemos por un momento si nuestra comunicación es clara. Veamos si nuestra comunicación verbal y no verbal "dicen" lo mismo. Otro punto importante es saber escuchar. En muchos casos hablamos pero no escuchamos, o hablamos y no nos escuchan. La comunicación siempre implica por lo menos a dos personas que interactúan e intercambian información y emociones.



A continuación analiza qué pasa con tu comunicación.

¿Cómo te sientes cuando te comunicas con tu mamá?


¿Cómo te sientes cuando te comunicas con tu papá?


¿Cómo te sientes cuando te comunicas con tus hermanos o hermanas?


¿Cómo es tu comunicación con tu mejor amigo o amiga?



¿Encuentras alguna diferencia entre tus hermanos y amigos?


Si tienes pareja ¿cómo es tu comunicación con ella?


¿Cómo sientes la comunicación entre tus compañeros?

A veces al comunicarnos con personas que nos llevan varios años, podemos pensar que no nos entienden, que no hablamos el mismo idioma. Eso nos desanima y, en casos extremos, nos hace sentir incomprendidos y solos porque enfrentamos una barrera para relacionarnos.

La diferencia de edad, es algo real y puede ser un obstáculo. Nuestros padres han vivido más que nosotros, fueron jóvenes en otra época, tenían otros valores y tal vez otros intereses, una información y educación diferentes a la nuestra.

Estas diferencias a veces nos separan todo un "océano", pero si lo pensamos bien y le sacamos provecho a lo que podemos aprender de ellos, lograremos beneficiar en algo la relación.

Para llevarnos mejor, nos ayudaría PONERNOS EN EL LUGAR DEL OTRO y tomar en cuenta que es muy importante tener

RESPETO, TOLERANCIA, COMPRENSIÓN Y ENTENDER QUE LAS COSAS NO SON SIEMPRE COMO NOSOTROS QUEREMOS.

1. ¿Qué significa para tí el respeto, la tolerancia y la comprensión?


2.¿Tú crees que puedes cambiar la forma de ser de tus padres?

No


3. Si la respuesta es no, entonces ¿cómo puedes mejorar esa relación?