Justificación

Esta proyecto parte de la consideración de que los cambios sociales que el país experimenta como son mayor participación en las decisiones que involucran a grandes grupos sociales, mayor acceso a la información y por tanto, diversidad de ideas y opiniones, mayor conciencia sobre los derechos y obligaciones de cada uno, requiere de la formación de habilidades para ser honestos/as, respetuosos/as e íntegros/as. Estos valores elementales para la convivencia cotidiana están relacionados con la construcción de sociedades más justas, tolerantes, participativas y críticas que alientan -en el plano individual- mayor responsabilidad sobre los propios actos y en la toma de decisiones. En el plano colectivo, impulsan el ejercicio responsable de la ciudadanía, la gobernabilidad, la transparencia en los actos en todo tipo de instituciones.

Los cambios sociales de mayor trascendencia van precedidos y acompañados de un cambio cultural y en los valores de las personas (Diamond & Platter, 1996; Ingelhart, 1997). La honestidad, el respeto y la integridad son valores que preceden y acompañan el cambio social que nuestro país está experimentando. Este cambio ha sido definido como transición: un proceso en el cual México se está haciendo más complejo, diverso y plural (Woldenberg, 2002). Se refiere a que una sola idea ya no puede representar lo que todos piensan y quieren ser, una sola forma de vida no es la única a la que aspiran todos, que cada persona tiene mayor libertad de decidir y actuar, aunque en ocasiones no sepa que cuenta con esa libertad o cómo utilizarla por el bien común.

El reconocimiento de la libertad de actuar y pensar, de la pluralidad de ideas y formas de vida, el equilibrio entre la independencia personal y la convivencia con otros a partir de el fomento a los valores -no solo en la escuela, sino en otros espacios- permiten conformar un orden social justo y democrático en donde la toma de decisiones responsable sean parte de la vida cotidiana. Este proceso requiere de la formación de valores a partir del reconocimiento de las habilidades con las que contamos y su práctica constante. Para ello, es esencial formar niños/as con una actitud participativa y de responsabilidad que permitan enfrentar, en distintos escenarios, problemas sociales y personales.