::Entrevista::
 
::Por: María Aurora de Fátima Suárez Muñoz::

Segunda entrega

En la primera entrega, Carmen Campero Cuenca, Antropóloga Social y Maestra en Educación de Adultos; dedicada a la educación de personas jóvenes y adultas desde la educación superior en la Universidad Pedagógica Nacional de México, habla sobre la asesoría grupal como un espacio de intercambio de experiencias entre las personas que integran un Círculo de estudios. Veamos qué más nos comenta sobre el tema:

 

 

 
 

::Carmen:: Pensando en esta necesidad concreta de impulsar espacios de asesoría grupal, yo identifiqué algunos temas que son clave, tanto para realizar asesorías grupales como individuales. Un punto de partida en el trabajo de los educadores es conocer a las personas que integran su Círculo de estudio, sus grupos. ¿Por qué? pues para saber quiénes son, por qué quieren estudiar, algunas cosas de su vida previa en la escuela, por qué están en este servicio y no en otro; también en qué momento de su proceso educativo están, en qué módulo; o si son trabajadores: qué perspectiva le están viendo a sus estudios; si son mujeres, en qué trabajan, las edades de sus hijos; en el caso de los muchachos, cuáles son sus intereses. Este es el primer paso, ya que si lo asesores no conocen a los integrantes de sus grupos, va a ser muy difícil que puedan construir espacios grupales. También les va a permitir una mayor cercanía con ellos para apoyarlos más en su propio proceso de aprendizaje, ya sea que se trate de asesoría individual o asesoría grupal. Por lo mismo, es fundamental, dar a los asesores herramientas sencillas para que conozcan quiénes son las personas con las que trabajan.

Relacionado con la idea anterior, el conocimiento de los sujetos es fundamental porque debido a la heterogeneidad de los grupos con los que trabaja el INEA, la asesoría grupal debe que partir de la identificación de temas de interés comúnes. Temas relacionados con el trabajo de los educandos, o con el trabajo que realizan o con el trabajo en general; con lo que implica el trabajo para las personas jóvenes y adultas, o con las dificultades que tienen para encontrar trabajo, etc. Los temas también pueden relacionarse con las necesidades de su etapa de vida: si son jóvenes, con las expectativas que tienen en general, con lo que les gusta hacer en su tiempo libre, con las maneras en que se relacionan con sus pares, etc. Si son mujeres, con algunas situaciones de la vida cotidiana en la familia; con preocupaciones que pueden tener con sus hijos, según la etapa de vida de éstos, etcétera.

Pprincipalmente si son grupos más heterogéneos, esos temas emergentes generadores pueden ser sucesos de la colonia, las escuelas de los niños, o del país. Y entonces, a partir de esos temas se derivan actividades concretas, según la etapa de estudios, si es de alfa, primaria o secundaria; o de los módulos que están estudiando. Es así, como el asesor puede asignar a cada participante, la actividad más pertinente para su desarrollo.

El asesor tendría que hacer una planeación de su trabajo por semana: qué días va a hacer asesoría grupal y sobre qué temas; también definir qué actividades individuales se pueden realizar vinculadas con ese tema, según el momento en que están en sus módulos. Otros días cada quien trabaja por su cuenta y se brinda asesoría individual y otros días, propicia que aquellos que van más adelantados en un tema lo expliquen, a los demás. El asesor debe considerar que, si bien los participantes en los Círculos de estudio quieren es acabar rápido y no estar asesorando a otros, es necesario mostrarles la importancia de la solidaridad, del compromiso, del apoyo a los otros, sin que esto sea desgastante; y, por supuesto, reconocerles explícitamente el trabajo solidario que realizan con los integrantes del grupo.

Por otro lado, los asesores también tienen que saber algo sobre dinámica y técnicas grupales, para echar mano de ellas en diferentes momentos; algunas para ir rompiendo el hielo y favorecer los vínculos; y otras, para que, a partir de un tema, se favorezca el análisis y la participación de todos o de varios.

Otro componente clave de un proceso de formación es que los asesores conozcan bien los programas para favorecer los aprendizajes correspondientes, aclarar dudas y vincular esos temas con las realidades, intereses y necesidades de los grupos.

::en Forma:: ¿Por qué crees que los asesores dan prioridad a la atención individualizada y no a la asesoría grupal?

::Carmen:: Pienso que es porque no saben cómo trabajar. Es lo que estábamos comentando: si ellos no saben cómo crear un espacio grupal, pues no lo van a crear; o también es posible que les dé miedo hacerlo.

::en forma:: ¿No es por la facilidad, que es más fácil la asesoría individual?

::Carmen:: A la mejor en un momento dado puede ser más fácil trabajar individualmente, ya que crear un espacio grupal implica conocer más a tus sujetos, identificar cuáles son los temas que pueden ser de interés para una asesoría grupal… y eso requiere un trabajo adicional, ciertamente. Pero también creo que si los asesores trabajan paulatinamente y, no en todas las sesiones, esos espacios grupales, y además se les van proporcionando herramientas para que ellos las puedan llevar a cabo estoy segura de que poco a poco, la mayoría optaría por impulsar momentos de asesoría grupal. Porque de este modo, el trabajo se torna más grato e interesante y porque también ellos van a aprender mucho de esos jóvenes y adultos que están en sus grupos. Al igual que para los integrantes de los Círculos, para los asesores, el trabajo grupal va a tener ese “plus” de gratificación y de crecimiento personal.

::en Forma:: Bueno, ya nos comentaste algunos de los elementos que los asesores de adultos deben manejar para su práctica grupal, pero ¿añadirías algún otro?

::Carmen:: Lo que te mencioné spn claves; pero hay otro aspecto que también te quería comentar sobre la formación de asesores, que se relaciona con el seguimiento o acompañamiento a los asesores. Respecto a las figuras de formación en el INEA, hay un equipo a nivel nacional que por supuesto no basta. Se requiere tener equipos estatales y a nivel de las coordinaciones de zona y de las micro regiones, que cuenten con conocimientos específicos y profundos sobre el campo educativo en general, y sobre las asesorías grupales en particular. No podemos pensar que solamente se imparte un curso de diez horas sobre este tema, porque sería muy poco tiempo, y con ello se concluye la formación. Es cierto, dados los perfiles de los asesores, que conocen poco de educación, y que tiene mucho interés pero que no tienen las herramientas concretas para trabajar con los grupos. Por esto, se les debe brindar acompañamiento, monitoreo o seguimiento a su trabajo, que no es supervisión, “¿lo hiciste o no lo hiciste?”; sino “¿cómo te está yendo?, ¿lo estás logrando o no ?, ¿por qué?. Cuando lo has intentado ¿qué es lo que se te ha complicado o facilitado?”.

Este seguimiento, como parte de un proceso de formación, se puede realizar grupalmente, para que entre los mismos asesores se realimenten y se enriquezcan, lo que favorece que se vaya creando un ambiente de mayor solidaridad y de cooperación; además permite constatar que todos aprendemos de todos: ya que, entre los asesores, hay algunos que son fuertes en unas cosas y otros en otras. En síntesis, los procesos de formación incluyen una etapa inicial y después, periódicamente, de debe realizar ese acompañamiento, que puede ser individual y grupal.

::en Forma:: Carmen, ¿consideras que el MEVyT es un modelo que facilita el trabajo grupal?

::Carmen:: Por supuesto, yo creo que las temáticas y los objetivos del MEVyT, su orientación a desarrollar competencias comunicativas, de expresión oral y escrita son parte de el trabajo en grupo. Además, el cálculo, el análisis de la realidad para tomar decisiones, vinculados a las temáticas concretas de la vida cotidiana de los jóvenes y adultos, son elementos propicios para realizar espacios grupales como los que comentamos.

Es imperante que el INEA defina nuevas estrategias para formar realmente a los asesores y que éstos a la vez puedan propiciar aprendizajes significativos y de calidad.

De igual manera, se requiere que al interior de las microrregiones se busquen alternativas para la organización de los grupos de estudio, considerando las particularidades de éstas: por una parte, la ubicación de los Círculos, las distancias entre éstos y las vías de comunicación; por otra, las características de los participantes: edad, sexo, ocupaciones, niveles que estudian en INEA, etc.; así como algunos rasgos de los asesores: estudios previos, temas que les interesan o se les facilitan, antigüedad en el instituto, entre otros. Con estos elementos, posiblemente se podrían organizar días en los que se atendera preferentemente a las personas que n estudian un nivel educativo o ciertos módulos, o definir horarios para trabajar con mujeres, jóvenes y personas de la tercera edad. Considero que limitar la heterogeneidad de los grupos podría facilitar el trabajo del asesor en general y propiciar que impulse asesorías grupales. Tuve la oportunidad de conocer el trabajo de una Plaza comunitaria en Michoacán, en una población pequeña, que organizaba sus grupos, con buenos resultados. Este tipo de organización no significa que de manera semejante se esté trabajando con esquemas tradicionales ni escolarizados.

Sintetizando el tema de la entrevista: para que el INEA favorezca aprendizajes significativos en las personas jóvenes y adultas que están inscritas en los servicios que ofrece, (que es su finalidad central), requiere formar a sus figuras sobre aspectos educativos, (en particular a sus asesores y asesoras); y una de las temáticas claves es las asesorías grupales. De igual manera, es importante brindar acompañamiento a los educadores.

Carmen es, sin duda, una mujer entregada y con un gran compromiso con la educación, si deseas comunicarte con ella, puedes hacerlo a:

D.F. Tel. 56-30-97-00 exts. 1281 y 1259.
e-mail: ccampero@upn.mx .

 
 
 

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