::Entrevista::

::Por: María Aurora de Fátima Suárez Muñoz::

 

Primera entrega

Carmen Campero Cuenca es Antropóloga Social y Maestra en Educación de Adultos; dedicada por más de 30 años a la educación de personas jóvenes y adultas; de ellos, 26 desde la educación superior en la Universidad Pedagógica Nacional de México.

 

Es coautora de varias propuestas de formación de educadores de personas jóvenes y adultas en las cuales ha participado como docente.

 

Ha publicado 32 escritos sobre diversas temáticas relacionadas con la educación. A finales del 2005 publicó su libro Entretejiendo Miradas. Sistematización de una experiencia de formación de educadores y educadoras de jóvenes y adultas.

 

La investigación que ha realizado se relaciona principal-mente con los perfiles sociales y laborales de los y las educadoras de personas jóvenes y adultas vinculados a procesos de formación.

 
Es integrante y fundadora de la Red de Educación de Personas Jóvenes y Adultas.
 

 

 

 
 

::En Forma:: Carmen, para ti ¿En qué consiste la asesoría grupal?

 
::Carmen:: La asesoría grupal es un espacio de intercambio de experiencias que tienen las personas que integran un círculo de estudios, en el caso del INEA; un momento para compartir y avanzar en sus conocimientos y desarrollar nuevas competencias, vinculados a los temas de interés que ellos están manejando, ya sea por su proceso particular en que se encuentran insertos, sean de alfabetización, primaria o secundaria, pero vinculándolos con otras necesidades, y con otros intereses que ellos puedan tener más relacionados con su rol familiar, con lo que sucede en su colonia, en su institución laboral o en el país.
 

::En Forma:: ¿Por qué crees que debemos propiciar la asesoría grupal en el proceso educativo de las personas jóvenes y adultas?

 

::Carmen:: Nuestro campo educativo, desde toda su historia, y en particular a partir de la revolución mexicana, los programas posrevolucionarios, hacen énfasis en el trabajo grupal, y eso mismo es reforzado por varios enfoques educativos como son la educación popular, que ha hecho grandes aportaciones a nuestro campo, y el constructivismo, y también lo plantean grandes educadores y especialistas como Vigotsky, Ausbel, Freire, Rafael Ramírez, Silvia Schmelkes, Mercedes Ruíz, y Malú Valenzuela, entre otros.

Entre los planteamientos que fundamentan la importancia de este trabajo grupal, están que el aprendizaje es una construcción social. Aprendemos junto y de los otros, todos tenemos cosas que sabemos y otras cosas que tenemos que aprender, situaciones para las que tenemos mayores habilidades y otras que tenemos que desarrollar.

Si nos ponemos a ver, por otro lado, todos somos cultos y sabemos muchas cosas y eso es algo que se contradice con planteamientos que dicen que las personas que no han pasado por procesos de educación formal o informal, como sería el caso del INEA, son ignorantes, eso es algo que es totalmente desechado por los grandes teóricos y educadores prácticos que trabajan en nuestro campo.

Algo cierto, es que cualquier proceso de aprendizaje implica momentos individuales y momentos grupales . En la educación de personas jóvenes y adultas lo que buscamos realmente y el mismo INEA en sus planteamientos y Decreto de Creación, es una formación integral, el mismo MEVYT da cuenta de eso. Entonces, si bien tenemos que favorecer nuevos conocimientos teórico - metodológicos, también tenemos que fortalecer valores, y cómo vamos a fortalecer la solidaridad, la cooperación, el respeto al otro, si no trabajamos en grupo; es ahí donde mostramos maneras de llevarlos a cabo, no leyendo textos sino viviéndolos. Ese es otro elemento fundamental que justifica la asesoría grupal.

 

También la motivación. Está comprobado que hay personas, pensando en los destinatarios de los programas del INEA, que les urge sacar el certificado, porque es una demanda laboral, porque quieren insertarse en otros procesos educativos, etc. Pero tenemos muchos otros y otras que lo que buscan es un espacio de encuentro, donde realmente puedan profundizar y compartir; entonces, el círculo de estudios no puede ser solamente un espacio en que cada quien se sienta, en el que a veces se coincide en el tiempo, pero cada quien trabaja sólo o con el asesor; eso no es motivante. Por qué, porque si nos ponemos a analizar, cuando estamos trabajando con otros o cuando hemos tomado cursos de actualización, podemos constatar cómo el espacio grupal en el que cada quien vierte lo que previamente analizó o estudió resulta enriquecedor; además, es un espacio en el que podemos tratar otros temas emergentes o generadores, con base en los momentos de los grupos; todo eso tiene como resultado que las personas permanezcan en los procesos educativos.

 

Los espacios grupales nos permiten también, corroborar que tan válido es eso que vamos encontrando, aprender de los otros y otras, aclarar las dudas que tenemos, ver si los otros compañeros entendieron el tema , la actividad; si algo estudiado o acontecido, nosotros lo vimos de una manera y otros lo vieron desde otra perspectiva; por todo eso, el espacio grupal es parte importantísima para el crecimiento de los integrantes del grupo y para la construcción de conocimientos.

 
Pensando si lo anterior es válido y aplicable para cualquier grupo educativo, yo diría que sí, porque al ir al grupo, el verse con sus compañeros y compañeras y poder platicar lo que van logrando, el grupo finalmente también se vuelve una instancia reconocedora de lo que cada quien va avanzando. Yo creo que todos como personas necesitamos reconocernos y que nos reconozcan esos esfuerzos que hacemos; en particular, las personas jóvenes y adultas con las que trabajamos, por sus historias de vida, requieren mucho reconocimiento de su esfuerzo, y el reconocimiento de su esfuerzo, no se centra únicamente en el certificado o el papelito que les dice que ya pasó. Por otro lado tenemos, que las personas que llegan a los círculos de INEA o a las plazas comunitarias, han desarrollado parcialmente herramientas, que les podemos llamar académicas o intelectuales, para ese tipo de aprendizajes, y aunque todo el programa del MEVyT ha hecho un esfuerzo grande por hacerlo mucho más vinculado y más cercano a lo que es su vida cotidiana, de todas maneras hay herramientas que sólo mediante el estudio individual, es más fácil que se desarrollen. Yo no niego la importancia del trabajo individual; en un proceso de formación o de aprendizaje, es tan importante la fase de trabajo individual como la fase de trabajo grupal, si cualquiera de las dos se elimina, los resultados son parciales.
 

::En Forma:: ¿Consideras que se puede realizar la asesoría grupal en grupos heterogéneos y esto es, no nada más que lleven diferentes módulos, sino también diferentes edades, tenemos jóvenes de 15 años y personas de 80?

 

::Carmen:: Por supuesto que sí, pero uno de los retos que tiene el INEA es formar a sus educadores y educadoras y brindarles herramientas para que sepan propiciar espacios grupales, asesorías grupales.

La heterogeneidad de los grupos constituye una riqueza para los procesos de aprendizaje, pero también un reto grande para los educadores. Pensando en el INEA, por la manera cómo funciona, considero que no todo el tiempo se podría trabajar en asesoría grupal; se pueden combinar momentos o sesiones de asesoría grupal con todos los y las integrantes del grupo, con otros en los que se trabajara grupalmente con algunos de los participantes que compartan un rasgo o interés y, mientras los otros realizan algunas actividades individualmente o en pares.

 

Por ejemplo, un cierto día podrían dedicar parte del espacio de asesoría a trabajar con un grupo más homogéneo, pensando a la mejor iniciar con jóvenes, otras asesorías con mujeres y otras a la mejor con personas de la tercera edad, sobre temáticas propias, después cuando se considere que existe la confianza intergeneracional, establecer espacios de asesoría grupal; también pueden brindar asesoría por nivel o el módulo que están estudiando.

 

Es decir, dependiendo de las condiciones particulares y costumbres de los lugares donde trabajan, de lo que el asesor o la asesora vayan percibiendo, de la dinámica propia de sus círculos, el asesor o asesora decide como trabaja las asesorías con la idea de avanzar hacia las asesorías grupales, ya que paulatinamente las personas van tomando más confianza para expresar sus ideas, para plantear sus dudas y demás. Esto es importante porque puede haber espacios en comunidades que no estén muy acostumbrados a que coincidan en el mismo tiempo hombres y mujeres, estoy pensando en comunidades rurales e indígenas, entonces se tienen que hacer espacios más de asesoría grupal con todas las mujeres.

 

El reto es aprender mucho más al convivir y trabajar juntos. Pero tal vez al inicio no podría ser tan fácil, a la mejor en la ciudad sí, no lo sé, ahí es donde entra el análisis y el conocimiento que tiene que tener cada asesor de su grupo, la valoración que él haga. Pero por supuesto que se puede y resulta muy enriquecedor.

 

::En Forma:: Tomando precisamente esta pregunta anterior, ¿Qué importancia crees que tiene la formación de los asesores para llevar a la práctica la asesoría grupal?

 

::Carmen:: Creo que es fundamental, es algo que el mismo Instituto en su conjunto y la gente que está en campo percibe. Es muy valiosa la solidaridad, y el ser asesores voluntarios, con una renumeración escasa por el trabajo; así ha funcionado la educación de adultos en México por años, con algunas variaciones dependiendo de los servicios; sin embargo la buena voluntad basta. Eso sería precioso pero es un sueño guajiro, porque en los hechos no es real. Todos los asesores, todos los educadores y educadoras necesitan formarse.

 

No te pierdas la segunda parte de esta entrevista en el siguiente boletín.

 
 
 
Versión imprimible