::Compartamos::

::Samuel de la Paz Ángel::
 

Creo que mi historia es un ejemplo de que si persistimos en lo que queremos, siempre lo logramos, no hay cosas imposibles aunque a veces no sea tan fácil poder cumplir nuestros sueños..

 

Esther Eva Cruz Cruz , integrante de la academia de ase-sores y asesoras de la iglesia de Czestochowa, Estado de México.

 

Mi nombre es Esther Eva Cruz, soy asesora de alfabetización de la iglesia de Czetochowa en Tecamachalco y soy de origen mazahua.

 

Nací en Pueblo Nuevo de los Ángeles, municipio de Oro de Hidalgo, Estado de México, vine a la ciudad de México buscando superarme en todos los aspectos de mi vida, ya que en mi pueblo no había escuelas en donde estudiar. Mi papá trabajaba como peón en haciendas cercanas y por eso él había aprendido a leer y escribir y hacer cuentas, él quería que sus hijos fueran a la escuela para que lograran tener mejores trabajos, a mi intentó llevarme a vivir al pueblo de Atlacomulco para que pudiera terminar por lo menos la primaria ya que la escuela en mi pueblo era un solo saloncito y un maestro que daba todos los grados, y sólo bastaba que aprendiéramos a medio escribir y leer para que nos diera el certificado.

 

..aquí se viene a trabajar no a estudiar,…

 

Mi hermana mayor ya se había venido a trabajar en una casa de Tecamachalco en la ciudad de México y en cuanto hubo oportunidad me trajo a mí también. Llegué a los 15 años a trabajar en casa de una familia judía donde me dedicaba a cuidar a los niños, y en eso se me iba todo el tiempo, un día le comenté a la señora que quería estudiar y ella me dijo que aquí se viene a trabajar no a estudiar, eso me molestó mucho, así que decidí no volver a su casa, fue así como llegué a la casa de otra familia judía, en donde también cuidaba a los niños, pero la señora era muy amable y en cuanto le dije que quería estudiar ella me apoyó muchísimo, entonces busqué una escuela y al llevar el certificado que el maestro me había entregado, me dijeron que no tenía ninguna validez pues no había sido expedido por la Secretaría de Educación Pública, entonces empecé a estudiar la primaria desde el principio, la materia que más me gustaba era la de ciencias naturales pues me sentía muy identificada con la naturaleza y me recordaba mucho mi pueblo, y la materia que más me costaba y me sigue costando trabajo es matemáticas. Al final pasé todos mis exámenes y me dieron mi certificado, yo me sentía muy contenta, para entonces ya tenía la espinita de querer estudiar más.

 

…yo no sólo quería tener mi certificado, sino que quería aprender…

 

Mi sueño siempre fue ser enfermera y un día encontré una escuela que me ofrecía una carrera técnica en un horario accesible, la señora una vez más me apoyó, me compró todo el material y le eché muchas ganas para terminar la carrera técnica. Luego continué con la secundaria, pero por no entender claramente la información que me dieron, solicité exámenes globales y acredité todas las materias, con sólo hacer un examen me dieron mi certificado de secundaria, aunque mi promedio fue de seis. Estaba muy sorprendida porque finalmente yo no sólo quería tener mi certificado, sino que quería aprender y me sentí muy extraña.

 

Cuando terminé la carrera de auxiliar de enfermería me fui a trabajar con un dentista, que también me apoyó muchísimo y me motivó para meterme a estudiar más, el me pagó parte de la carrera técnica de secretaria ejecutiva y así los dos estábamos muy contentos con el desempeño que yo tenía en mi trabajo.

 

..sólo le pedí que ella me diera a la vez clases a mí…

 

Un domingo que fui a misa a la iglesia de Czestochowa y el padre hizo una invitación a los asistentes para que diéramos clases de alfabetización, primaria y secundaria a muchachas que como yo trabajaban en casas y que no pudieron asistir a la escuela en sus pueblos. De inmediato fui a ofrecerme para dar clases con la señora responsable del grupo y sólo le pedí que ella me diera a la vez clases a mí. Tiempo después formé un grupo muy bonito, donde venían muchachas de diferentes estados, principalmente de Veracruz, Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Puebla y del Estado de México. Yo me sentí muy contenta con esta actividad y las muchachas estaban muy motivadas, un buen día la técnico docente con la que trabajamos me ofreció que me quedara al frente del grupo como asesora responsable.

 

Creo que mi historia es un ejemplo de que si persistimos en lo que queremos, siempre lo logramos, no hay cosas imposibles aunque a veces no sea tan fácil poder cumplir nuestros sueños, tengo la certeza de que si ponemos mucho empeño y amor en lo que creemos podemos lograr nuestros anhelos.

 

A lo largo de éste tiempo en mi experiencia como asesora me ha costado mucho trabajo, ya que hay personas que no tienen ningún conocimiento previo, ni siquiera las vocales, al principio me desesperaba mucho, pero con el paso del tiempo he aprendido a ser tolerante, sintiéndome satis-fecha al ver que las personas han aprendido a leer y a escribir, algunas ya están en la primaria y otras ya no continúan por motivos personales.

 

Sin embargo, no me sentía con suficiente conocimiento para ayudarle más a los educandos y le pregunté a mi técnico docente si en INEA impartían cursos para asesores, fue así como me vinculé con la Unidad de Servicios Educativos, participando en cada curso al que fui invitaba, ahora soy parte de la Academia de Asesores , lo que me ha ayudado a expresarme, aprender y enseñar a los educandos mejor; así que continuo preparándome estudiando la preparatoria abierta como ejemplo para mis adultos.

 

A través de mi participación he compartido ideas, experi-encias, así como también a plasmarlas y ponerlas en práctica en mi círculo de estudios, observando el mejora-miento del proceso de aprendizaje.

 

Gracias.

 

León, Guanajuato

 

Raymundo Sánchez,

Adulto de la Plaza Comunitaria “CARITAS”

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 
 

::Raymundo:: Mi nombre es Raymundo Sánchez Gómez. Tengo 63 años de edad. Yo quedé huérfano como a la edad de cinco años, por lo cual no tuve empuje para que mis padres me llevaran a estudiar. Entonces empecé a ganarme la vida de una forma o de otra y me involucré mucho en el trabajo del pan, ahí, en este oficio trabajé hasta la edad de 18 años. Ese oficio es muy pesado pero como no había de otra tuve que entrarle, ahí aprendí un poco de pesas y medidas, porque se mide por kilos, por litros, pero también entendí que hacía mucha falta el estudio, por eso mismo, porque siendo un negocio de ese tipo se hacen muchas cuentas.

 

Después trabajé en la industria del zapato, ya que aquí en León cada casa era un taller, me empecé a involucrar, cambié de oficio pero es la misma, siempre está uno necesitado de hacer cuentas, de saber leer, de saber escribir, desde entonces tuve esa inquietud de enseñarme, pero siempre el trabajo, la necesidad económica no me lo permitieron. Después me casé y tuve hijos y la necesidad aumentó y como quiera Dios me dio licencia y salí adelante en todo.

 
Más adelante tuve otro cambio, me metí de comerciante, vendía frutas y legumbres, pero también allí entendí que el estudio hacía muchísima falta, por las cuentas, por saber tratar a la gente, claro que eso me fue educando un poco, porque yo estaba de a tiro bruto, pero comprendí más a fondo que hace falta el estudio.
 

Ahora en estas alturas, pues siendo yo comerciante mis hijos crecieron, se casaron, de ahí salió para darles algo de estudio, pero ahora que tengo yo oportunidad de hacerlo, lo estoy haciendo.

 

::En Forma:: ¿Y qué dice su familia?

 

::Raymundo:: De primero mis hijos hasta me dijeron que ya para qué, pero ahora me echan porras, porque hemos salido adelante en varias cosas, inclusive me he puesto a platicar con ellos de asuntos de la escuela, con los nietos ¿verdad? Entonces ven que es algo positivo, aunque dicen que ya tengo muchos años para estudiar.

 

::En Forma:: Nunca es tarde ¿no?

 

::Raymundo:: Yo pienso que nunca es tarde, además yo tuve esa inquietud y me ha servido muchísimo porque he tenido problemas de matemáticas; me ha tocado muchas veces que pues no sabía ni que, no más me entregaban unas cuentas y atínale, ahora con los estudios que he tenido aquí ya las he resuelto, entonces me ha dado más confianza, seguridad y me siento mucho muy a gusto. Todo eso me impulsa a seguir adelante lo más que se pueda.

 

::En Forma:: ¿Lo hace por usted, por su familia, por todos?

 

::Raymundo:: Por mí, por mi familia, por todos, porque a todos nos sirve, principalmente a mí. Yo soy el principal interesado, demás puedo convivir también con mi familia en ese aspecto.

 

::En Forma:: ¿Qué le diría a otras personas que son o que están en la situación que usted está?

 

::Raymundo:: Pues conozco a varias, porque yo por ejemplo me desarrollé en ese ambiente del oficio de panadero, de zapatero y también inclusive de comerciante, habemos muchos que no sabemos ni leer, y como conservo muchas amistades les he recomendado y ellos a veces me dicen “ya para qué”, pero yo les comento que es muy bueno, por lo que me ha servido a mí. Entonces yo a los conocidos y a los que no conozco les recomendaría que lo hicieran, si tienen voluntad en superarse como personas no hay otra más que el estudio.

El sistema educativo que traen los libros está muy completo y nos facilita muchísimo el aprendizaje.

 

::En Forma:: Muchísimas gracias por compartir su experiencia.

 
 
 

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