::Entrevista::

Compañeras y compañeros, una vez más tenemos el gusto de entrevistar a Ana María Méndez Puga, doctora en Filosofía y Ciencias de la Educación, quien trabaja actualmente como investigadora de tiempo completo en la Escuela de Psicología de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.

Ana María también trabajó como investigadora en el Centro de Cooperación Regional para la Educación de Adultos en América Latina (CREFAL), durante 1993 al año 2000.

Ana María Méndez Puga

Hay mil cosas que podemos escribir respecto al trabajo que desarrolla sobre cultura escrita, formación docente y educación de adultos. Su gran experiencia y trabajo continuo, nos permiten abrir una ventana a su mirada de la educación y, en este caso, de la formación.

::enForma:: Desde tu punto de vista, ¿qué es la formación?

::Ana María:: En el ámbito de la educación, se podría definir como un proceso que permite a las personas ser competentes para enfrentar situaciones de enseñanza de la manera más pertinente, es decir, acordes con los aprendices y sus necesidades, al contexto y a los objetivos que se hayan planteado.

::enForma:: Cuéntanos de los trabajos de investigación que en materia de formación estás realizando actualmente.

::Ana María:: Apoyando a jóvenes estudiantes de licenciatura a entender la dinámica del aprendizaje en las aulas de educación básica en contextos de exclusión, como un proceso amplio y complejo, que incluye la participación de los padres, de ahí que sea necesario implicarlos en el conocimiento y utilización de contenidos y materiales diversos. Por ejemplo, cuando los niños y niñas no reconocen un claro apoyo de la familia para su aprendizaje o se observa que hay alguna dificultad en su desempeño en la escuela, se está trabajando con los padres para ayudarles a comprender el desarrollo del niño, cómo aprenden, cómo apoyarlos con tareas, y para ello estamos utilizando algunos módulos del MEVyT, como el de La educación de nuestros hijos e hijas, mismo que ha resultado de gran apoyo, por su sencillez, su flexibilidad y por los procesos reflexivos que genera.

::enForma:: Como sabes, en el INEA quienes acompañan el proceso educativo de las personas jóvenes y adultas son los asesores y las asesoras, ¿cómo y en qué consideras que deben estar formadas estas figuras?

::Ana María:: La formación de agentes educativos para el trabajo con personas jóvenes y adultas no es un proceso sencillo, dado que para nuestro país estamos hablando de personas con voluntad y deseo de ayudar, pero que no siempre tienen las competencias para enfrentar la acción educativa. De ahí que resulte relevante tener opciones de formación diversas, es decir, tener por ejemplo una propuesta formativa que se desprenda de las universidades y las normales, donde haya cursos de extensión en los que se forme a personas interesadas en ayudar a otras a aprender; que en las bibliotecas públicas haya materiales de autoaprendizaje para cuando se tengan dudas, y que haya permanentemente un bibliotecario que ayude a resolver dudas; que en cada delegación del INEA o instituto estatal de educación de adultos, coordinación regional y plaza comunitaria haya una persona preparada para asesorar a quien tenga dudas en su práctica o que se haga un calendario, y por ejemplo, cada mes se desarrolle una unidad.

Con lo anterior, lo que pretendo plantear es que debe ser un proceso continuo, ya que no se puede formar en todo lo que requiere un educador de personas jóvenes y adultas, en un curso o taller de una semana.

Los contenidos que deberán estar en esas propuestas formativas incluirán por lo menos: qué es ser asesor, qué se espera de un asesor, cómo aprenden las personas jóvenes y adultas, cómo enseñarlas, cómo apoyarlas a valorar sus saberes, y los aspectos específicos de la didáctica de la matemática, de la lengua, la lectura y la escritura, cómo evaluar, entre otros.

::enForma:: ¿Consideras que la autoformación de los asesores y las asesoras sea una estrategia viable en el contexto del INEA?, ¿qué características deberá reunir este proceso?

::Ana María:: La autoformación es una estrategia viable, siempre y cuando hayan personas interesadas en formarse.

Por otro lado, habrá que revisar en qué medida esto les reporta una ganancia extra en términos de un diploma.

La autoformación requiere habilidades de lectura y escritura, uso del diccionario, tiempo, voluntad, preguntas y alguien a quién preguntarle.  

Por lo anterior, tal vez sea muy complejo apostarle a la autoformación de manera individual, de manera aislada, desde el interés particular. Pienso que debería enfrentarse en pequeños grupos, o por lo menos en pares, o sabiendo que en algún lugar cercano hay alguien que me puede ayudar o alguien que me puede preguntar.

Tal vez, si se lograra implicar más a estudiantes de normal como agentes educativos y a estudiantes de las carreras de humanidades, se lograría con ello mejores resultados en la autoformación.

::enForma:: Los institutos y delegaciones estatales del INEA, año con año deben formar a miles de figuras solidarias, ¿qué opinas de que se hayan elaborado materiales de autoformación para fortalecer este proceso?

::Ana María:: Me parece que el esfuerzo de haberlos elaborado facilita a las delegaciones e institutos el contar con materiales para trabajar con los asesores, ya que no siempre los técnicos o personas encargadas de la formación tienen elementos para responder a todas las demandas. En cambio, si tienen materiales para la formación que los lleven paso a paso, genera más posibilidades de que se haga y de que se haga bien. El problema fundamental va a ser siempre el tiempo de los asesores.

::enForma:: Si tuviste oportunidad de ver algunos materiales de autoformación para los asesores del INEA, ¿nos puedes comentar qué opinas de ellos?

::Ana María:: Revisé el de Cómo mejorar mi asesoría y el de La alfabetización inicial, me parecen bien organizados, con actividades interesantes y fáciles de realizar. Tal vez, muy amplios para el perfil de algunos asesores, ya que ver un documento de más de 150 páginas a cualquiera que no está acostumbrado a leer mucho, y a leer este tipo de materiales, lo puede llevar a alejarse del mismo. Con lo anterior no quiero decir que hay que quitarles o resumirles.

En el primero, se posibilita la reflexión de los saberes e imaginarios en torno a lo que es la educación con personas jóvenes y adultas, por otro lado, permite reflexionar la práctica a aquellos que ya estén en la acción.

En el segundo, se aborda lo más relevante de lo que debe saber y debe hacer un asesor de alfabetización. Incide en temas relevantes, orienta sobre cómo usar los materiales del INEA.

::enForma:: ¿Cuáles crees que son los riesgos de la autoformación de los asesores en una institución como el INEA?

::Ana María:: Algunos riesgos podrían ser: que no sean interpretadas correctamente las actividades; que aquello que va dirigido al asesor, él lo haga con los adultos; que no haya personas dispuestas a apoyar el proceso de autoformación.

::enForma:: ¿Qué debemos considerar cuando se planea el proceso de formación, ya sea presencial o de autoformación, de los asesores y las asesoras?

::Ana María:: Que haya personas en cada delegación y coordinación capaces de manejar la propuesta de manera adecuada; que haya apoyo permanente vía correo electrónico; que se vaya conformando una lista de lo que más se pregunta, para que otros lo revisen y que esto se difunda en los boletines o medios de difusión del INEA; que se reconozca de algún modo la participación en la autoformación; que se busque implicar a otras instituciones (universidades, normales, centros de maestros, bibliotecas, etcétera).

::enForma:: ¿Qué recomendarías para generar mejores procesos de formación?

::Ana María:: Promover el que personas con mayor escolaridad se incorporen como asesores a los programas educativos del INEA.

Propiciar el trabajo entre pares con asesores.

Intentar hacer programas de apoyo a la formación o autoformación, como: los jueves es día de intercambio; cada martes te espera la Plaza comunitaria a resolver dudas; si entras al foro los lunes por la tarde, habrá alguien dándote respuestas.

Y con los asesores, promover los diez puntos de la formación.

  • Aceptación de mis límites para poder enseñar.

  • Reconocimiento de mis competencias para enseñar.

  • Importancia de los otros para comprender lo que se debe hacer.

  • Sensibilidad para reconocer en las demandas de las personas jóvenes y adultas las que sí puedo resolver y en las que preciso ayuda, y eso en qué medida me obliga a aprender más.

  • Darme cuenta que necesito acceder a información por diversos medios.

  • Escribir mis experiencias en un diario, en notas, en cartas.

  • Reconocimiento de lo que voy logrando, por lo que los adultos hagan y porque los otros también lo reconocen.

  • Mejorar como lector, leyendo yo mismo todo lo que al adulto o joven se le pide leer.

  • Compartir con otros lo que voy aprendiendo y logrando, para valorarlo e identificar errores o necesidades de cambio.
s

Estar dispuesto a asesorar a otros en su proceso de formación.

Puedes comunicarte con Ana María en la dirección siguiente:

a_puga_m@yahoo.com