y se guardo a las:
Unidad 3 - Tema 4 - Actividad 2

Esta actividad es una evidencia de tu aprendizaje, por lo que es necesario que la personalices:


¿Qué interviene en la narración?
 
Ve a la sección Escribir literatura y lee alguno de los fragmentos de novela, que sea distinto al que ya leíste, y contesta las preguntas siguientes. Recuerda guardar tus respuestas.
 
¿Cuál es el título del fragmento que leíste?



¿Quién es el autor?



¿Dónde suceden las acciones? ¿Qué lugares o poblaciones se mencionan?



¿Existe una descripción del lugar o lugares o sólo se señalan algunos datos? Explica.



¿Hay alguna referencia de tiempo, es decir, que se nombre algún día, hora, año, mes, etcétera?



¿Cuál es el ambiente en el texto: fantasía, realidad, verdad histórica, mundo maravilloso, mágico, etcétera? Da un ejemplo de por qué lo consideras así.



¿Quiénes son los personajes principales en la historia?



¿Qué les sucede a estos personajes?



¿Quiénes son los personajes secundarios, es decir, los que ayudan a los principales a que la historia tenga continuidad?



¿Qué opinas del lenguaje que maneja el autor?


 
Arrastra las palabras de la columna izquierda hacia la definición correspondiente de la columna derecha.
 
 
 
¿Por qué son importantes estos elementos en el desarrollo de
la historia?

¿Estos elementos son considerados sólo para la novela?
 
Presiona el botón y lee.
 
 
 
Lee el fragmento de novela siguiente.
 
El inquisidor de México
Hace algunos años que caminaba yo en el mes de enero de Puebla a México, no en diligencia como ahora se usa, sino en un coche viejo, penosamente arrastrado por ocho malísimas mulas. Emprendí el segundo día de camino la jornada ordinaria de Tesmeluca a Ayotla; pero habiéndose descompuesto el coche, y cayendo a la sazón una fuerte nevada, hube de quedarme en Río Frío, no sin pena, al verme precisado a pasar una mala tarde y una pésima noche en aquel desabrigado mesón. Mis compañeros de viaje se acomodaron en un cuarto estrecho; y yo, tanto por no serles molesto, como por estar con más anchura, tomé para mí otra pieza, allá en lo más retirado del edificio. Hice a mi criado encender fuego con qué calentarme, y pasé toda la tarde en leer: ocupación de que solían distraerme los rudos cantares de los arrieros y otras gentes pobres, a quienes la casualidad había reunido allí, y que sentados alrededor de una lumbrera, bajo el techo de una medio arruinada caballeriza, disipaban el fastidio de aquellas horas con la conversación, el canto y el aguardiente.

Ya había entrado la noche, y yo me aprestaba a recogerme, con intento de madrugar al otro día, cuando percibí ruido de caballos en el patio, y oí que un recién venido, después de dar orden a su criado de acomodar las bestias, pidió al huésped un cuarto donde retirarse. Nombróle éste el número tres; pero fuese por casualidad, fuese por mala inteligencia, el viajero pasó al mío que estaba marcado con el número seis, y se entró en él acompañado de otro criado del mesón que llevaba una linterna en la mano. Apenas se halló dentro y reconoció su error, cuando quiso salirse, disculpándose de su inadvertencia. Detúvele yo, convidándole a pasar conmigo aquella noche, o a detenerse por lo menos mientras se le proporcionaba alojamiento. Condescendió con mis deseos, y sentándose en una silla, de dos que había en la estancia, y quitándose el embozo que lo cubría, dejó ver una persona gallarda y bien parecida. Dábale de lleno la luz que allí ardía, y noté que sus facciones no me eran desconocidas; examinelas despacio, y al cabo de un rato vi que el que tenía delante era mi antiguo amigo y compañero de colegio Teodoro Mendívil. Hacia tiempo que nada sabía de él, de modo que al verle ahora, corrí a él con los brazos abiertos, y le mantuve estrechado por un buen espacio sin hablarle palabra. No sabía él qué creer de mi arrebato, quizá me tuvo en aquel momento por loco, hasta que oyéndose llamar de mí por su nombre y cerciorado de quién yo era, me abrazó con muestras de ternura. No acabábamos de maravillarnos de aquel inesperado encuentro. Preguntele hacia dónde caminaba, y díjome que a Veracruz. De ese modo, le repliqué, sólo esta noche estaremos juntos: no permitiré pues que mudes de habitación y será fuerza que te quedes conmigo. Di mis órdenes al intento, procurando obsequiar a mi amigo; y movido él de mi oficiosidad, condescendió en pasar aquella noche a mi lado. —Sólo tú —me dijo—, puedes obligarme a preferir en estas horas la compañía al retiro: estoy abrumado de tedio, y nada apetezco tanto como la soledad y el silencio.
José Joaquín Pesado*
*José Joaquín Pesado nació en Puebla en 1801 y falleció en 1861. Por sí solo aprendió latín, italiano, fránces e inglés, es uno de los primeros escritores del siglo XIX que ensayaron poesía nacionalista, describiendo escenas de costumbres de campo y aldea.
 
 
¿Identificaste el personaje que es llevado en el desarrollo de la historia?, ¿cuál es?
 
Escribe cada uno de los aspectos que caracterizan una novela en la historia anterior.
 
Personajes:
 
 
Espacio:
 
 
Ambiente:
 
 
Tiempo: