Al realizar exposiciones orales o decir discursos hay que tratar de cuidar nuestros movimientos corporales, pues es la hora de estar al frente, el nerviosismo del momento provoca ademanes y gestos inconscientes; lo más recomendable es moverse lo menos posible y evitar las excesivas gesticulaciones. Ello no significa evitar el contacto visual con el público, si a él se le habla, hay que tomarlo en cuenta, la idea es ver a cada persona
y detenerse unos cuantos segundos, luego mirar a otros
y a otro, cubriendo todo el panorama, así no se sentirá intimidado: si no consigue hacer eso, busque entre el público una cara amigable y deténgase en ella, como si sólo se dirigiera a esa persona, pero lo que no debe de hacer es mirar hacia el piso o hacia el techo. Una última recomendación: no olvide sonreír y ser amable con su público.
En cuanto al cuerpo, lo más aconsejable es estar derecho
y mirando al frente, así el público captará su seguridad y podrá mantenerlo controlado.
Puede estar parado o sentado; si debe estar de pie, también puede pasearse entre el público para involucrarlo más y así usted sentirá menos tensión, pero a veces el espacio no permite tal cosa, si es así, colóquese frente a su escritorio, mesa o atril y permanezca ahí.
Mantenga sus manos quietas, trate de evitar esos movimientos nerviosos como pegar en la mesa, jugar con el lápiz o con las llaves que están dentro de su bolsillo.
|