Aunque no todas las víctimas de violencia familiar sean mujeres y niños, sí son la mayoría, en el 95%* de los casos el agresor ha sido un hombre. Esta situación se debe principalmente a la idea de que los hombres son superiores a las mujeres, son la autoridad, por lo tanto, son los que ordenan a niños, niñas y mujeres, y deben ser obedecidos o utilizarán su fuerza para obligarlos. La violencia doméstica es la que se practica o ejecuta en el seno de la familia. Esta violencia no sólo afecta físicamente a la persona que la sufre, sino también emocional y psicológicamente. Por lo general, la profundidad y repercusión del daño emocional es mayor.
Con estas mismas creencias, muchas mujeres aprenden y enseñan
a sus hijas a tolerar el maltrato y a sus hijos a repetirlo, pues
piensan que es “normal”; sin embargo, con ello llevan
a toda la familia a mantener ambientes no saludables. |