Durante la infancia y adolescencia
 


La desnutrición afecta principalmente a niñas y niños menores de cinco años. Los factores de riesgo son: bajo peso al nacer, no ser amamantados, tener enfermedades frecuentes, recibir sólo leche materna después de los cuatro meses de edad, tener un esquema incompleto de vacunación, ser madre adolescente o con muchos hijos, escasa disponibilidad de alimentos, así como falta de servicios básicos de salud. Esta enfermedad puede ser leve, moderada y grave.

La leve no es muy evidente, por lo que las familias muchas veces no se dan cuenta de que sus hijos o hijas la padecen. Es la más frecuente y se caracteriza por pérdida de peso, tristeza o poca actividad y se enferman frecuentemente.

La moderada provoca una pérdida de peso más evidente, niños y niñas no quieren jugar o se cansan muy rápido, no tienen hambre, se enferman muy seguido y lloran sin motivo aparente.

En la grave, hay pérdida considerable de músculo y grasa; se detienen el crecimiento y el desarrollo. Debe ser atendida en un hospital.

   
 
   
 

Para prevenir la desnutrición, la alimentación debe ser variada, suficiente, equilibrada e higiénica.

Es necesario:
• Incluir alimentos de los tres grupos en cada comida.
• Vigilar el peso, el crecimiento y el desarrollo de niños y niñas.

Para quienes padecen desnutrición, se recomienda:

• Mejorar la alimentación, aumentando el número de comidas al día.
• Agregar aceite vegetal, margarina o mantequilla a las comidas.
• Preparar papilla láctea de maíz y ofrecerla a los niños.

La obesidad en niños y niñas se presenta, entre otras causas, por exceso de alimentos con alto nivel de calorías y falta de actividad física. Se convierte en factor de riesgo para diabetes, hipertensión, enfermedades cardiovasculares, problemas posturales, además de problemas de aceptación de sí mismos.

La anemia se presenta por deficiencia de vitaminas y minerales. Se puede distinguir por palidez, debilidad, agotamiento, palpitaciones y desgano. Si una persona tiene estos síntomas, es necesario acudir a los servicios de salud más cercanos, para que la revise un especialista.

La caries dental es una enfermedad que se desarrolla generalmente por malos
hábitos alimentarios, sobre todo por el excesivo consumo de alimentos con alto contenido de azúcar, y por la falta de higiene bucal, cuando no se cepillan diariamente los dientes, lo que hace que se acumulen los restos de comida entre diente y diente, formando una capa de sarro, lo que propicia un ambiente rico en bacterias que destruyen el esmalte protector y, en consecuencia, el deterioro progresivo de los tejidos de los dientes y la inflamación de las encías.

La anorexia y la bulimia son trastornos de la conducta alimentaria de tipo afectivo, a los que recurren algunas personas, en especial adolescentes de las grandes ciudades, con el propósito de conseguir la figura “ideal”.

Estos trastornos siempre van acompañados de problemas emocionales; sus para la salud física y emocional de quien las padece, como para su familia.

La anorexia y la bulimia son más comunes en mujeres que en hombres. La anorexia se presenta de manera más frecuente durante el inicio de la adolescencia y la bulimia, hacia el final de ésta.

El adolescente con anorexia se rehúsa a comer, siente miedo de engordar, tiene una distorsión de su imagen corporal, es decir, se ve a sí mismo gordo a pesar de estar por debajo del peso requerido para su estatura.

Un adolescente con bulimia sufre una preocupación exagerada por su peso y su figura, consume grandes cantidades de comida en un corto tiempo y de manera incontrolable, y como le provoca un sentimiento de culpa, posteriormente utiliza métodos para deshacerse de lo que comió y no subir de peso, por ejemplo: a través del vómito, del uso de purgas, diuréticos o lavativas, o de someterse a dietas muy estrictas, incluso ayunos, y realizar ejercicio de manera exagerada.

Se debe tener cuidado cuando se observan algunas de las siguientes señales, ya que los jóvenes con estos trastornos tienden a presentar varias de ellas:

 

  • Está obsesionada/o con su peso y apariencia física.
• Tiene miedo a subir de peso.
• Se brinca comidas o ayuna de manera frecuente.
• Está permanentemente a “dieta” para bajar de peso.
• Acostumbra comer cuando está triste, enojada/o, molesta/o, angustiada/o, frustrada/o.
• Se pesa frecuentemente (varias veces al día).
• Calcula la energía (calorías) y el peso de los alimentos que consume y los limita.
• Evita comer con la familia y los amigos.
• Hace comentarios ofensivos o devaluatorios respecto a su persona.
• Deja de hacer actividades que le gustaban.
• Valora poco los logros que son fáciles de obtener.
• Ha perdido peso o ha tenido variaciones constantes en su peso.
   
  Estas señales representan notas de alerta, por lo que, si se presentan, se deberá
acudir a la unidad de salud más cercana a su comunidad.
   
  Enfermedades características de la edad adulta
 
 

Algunas enfermedades por deficiencia alimentaria que se presentan en la edad adulta, aunque no son exclusivas de ésta, son las siguientes:

• Gastrointestinales
• Cardiovasculares
• Diabetes
• Hipertensión
• Osteoporosis
• Anemia
• Obesidad

Algunos signos de alarma en las personas adultas son los siguientes:

• Somnolencia
• Dificultad para concentrarse
• Visión borrosa
• Debilidad, entre otros

Si se presentan algunos de estos síntomas, es necesario acudir a los servicios de salud más cercanos a su comunidad para ser revisados por un especialista y, en caso de necesitarlo, recibir el tratamiento adecuado.

La siguiente tabla muestra ciertos minerales que contienen algunos de los alimentos de consumo frecuente y su importancia en la alimentación.