Las relaciones y los sentimientos hacia los demás
no son siempre iguales, cambian según la persona con
quien nos relacionamos. Por ejemplo, tu relación con
tu empleadora es una relación laboral, en la cual lo
primero es el trabajo antes que los sentimientos. Lo principal
en la relación de trabajo, es que cumplas con tu parte
del compromiso laboral y ella con la suya.
En la mayoría de los casos somos contratadas por mujeres
que pueden tener cosas en común con nosotras, por el
simple hecho de ser mujeres: compartimos situaciones similares,
como ser madres o jefas de familia, o, en algunos casos, somos
maltratadas en nuestro hogar o no se reconoce nuestro trabajo.
Saber esto te ayudará a sentirte más confiada
cuando expreses a tu empleadora tus problemas y necesidades.
Pero también debes estar alerta porque las personas con las que trabajas pueden intentar chantajearte para que hagas lo que ellas quieren, como trabajar más horas de las convenidas, hacer más labores, mentir por ellas u otras cosas.
Posiblemente eres manipulada o chantajeada, si…
Te resistes a hacer algo porque sabes que te sentirás muy mal (enojada, triste, cansada).
Te sientes obligada o forzada a hacer algo que no quieres hacer.
Sientes miedo por lo que pueda hacer la otra persona, si te niegas a hacer lo que ella quiere.
No quieres hacer lo que te piden.
Analiza y selecciona, haciendo clic en las frases que consideres
que se pueden utilizar para chantajear.
Te prometo que si te quedas, dentro de poco te pagaré más.
Si no le dices nada a mi esposo, te dejo salir más temprano el viernes.
Mis hijos te quieren y tú a ellos. Quédate dos horas más y me los cuidas.
Si no haces todo lo que necesito, mejor te vas y contrato a otra.