Preguntar sólo
lo necesario. Si pides mucha información, puedes
perder de vista lo más importante.
Evitar dar información
que ponga en peligro tu seguridad o la de la familia donde
trabajas.
Escribir el mensaje inmediatamente, usando oraciones sencillas. Menciona de quién o de qué hablas, qué vas a decir de esa persona o situación, y la forma o circunstancia en que se dio el hecho. Una oración que considera estos aspectos es, por ejemplo, “Llamó la señorita Imelda, de los laboratorios, para informar que ya tienen el resultado de sus estudios médicos.”
Leer cuidadosamente el mensaje que escribiste para comprobar que puede ser comprensible para otra persona.
Entérate de lo que le pasó
a Alejandra:
Alejandra es empleada del hogar
en casa de la familia Ortiz. Un día, mientras trabajaba,
recibió una llamada en la que le avisaban que su hermano
había tenido un accidente y se encontraba muy grave.
Alejandra tenía varios encargos pendientes por parte
de su empleadora, la señora Mónica, pero decidió
ir a ver a su hermano al hospital. No pudo comunicarse con
la familia por teléfono, ni dejar el recado con alguna
persona. Así que decidió escribirles un mensaje
que decía:
¿Crees que el mensaje de Alejandra es claro?
¿Cómo te imaginas que interpretaron los empleadores de Alejandra, su recado?
Arrastra cada una de las palabras de la columna derecha al
lugar que corresponda para acompletar el recado de Alejandra.
Imagina que hoy te toca trabajar en la casa de la familia Urbina pero llegas y nadie te abre la puerta. Es muy raro porque siempre hay alguien en la casa, esperas una hora y no llega nadie, a las once de la mañana decides retirarte. Para que sepan que sí te presentaste a trabajar escribes un recado y lo metes por debajo de la puerta. ¿Qué tendría que decir el recado? Fíjate en el ejemplo anterior.