Como en la historia
de Ofelia, a lo largo de nuestra vida laboral, muchas mujeres
aprendimos a hacer mejor y en menos tiempo las tareas domésticas,
es decir, nos hemos vuelto más competentes para hacer
el trabajo.
Se dice que una persona es competente cuando es capaz de desempeñar una ocupación productiva de manera eficiente y de alcanzar buenos resultados.
Un desempeño laboral eficiente
tiene que ver con:
Los conocimientos
que poseemos.
Las habilidades que hemos desarrollado.
Las actitudes que tenemos al ejercer nuestra ocupación.
La resolución de los problemas cotidianos de nuestro trabajo.
La colaboración que ofrecemos en nuestro entorno laboral.
La forma en que organizamos nuestro trabajo.
Todas estas cualidades necesarias para un buen desempeño
laboral se adquieren de diversas formas.
De las enseñanzas que hemos recibido de nuestra familia.
De la experiencia que hemos acumulado al desempeñar
el trabajo.
Del estudio de libros y de la asistencia a cursos de capacitación.
¿Cuántos años tenías cuando empezaste a trabajar como empleada del hogar?
¿Qué actividades se te hacían más difíciles realizar? ¿Cómo superaste esas dificultades?
Escribe el nombre de las personas de
tu familia y de las empleadoras de las que aprendiste a hacer
mejor tu trabajo.
Cuando hacemos bien nuestro trabajo,
obtenemos la satisfacción personal de superarnos cada
día. También lo realizamos más rápido
porque nos organizamos mejor y nos cansamos menos.