El
trabajo doméstico, representa un esfuerzo físico,
intelectual y emocional, es decir, al realizar cada tarea
aplicamos nuestra fuerza, conocimientos y habilidades. Por
ejemplo, sabemos lavar diferente tipo de ropa, combinar los
alimentos para una mejor nutrición, usar aparatos electrodomésticos
o cuidar a menores de edad, entre otras actividades.
Escucha la experiencia de María y
contesta las preguntas.
...En mi familia somos
seis hermanos: dos mujeres y cuatro hombres... Desde
muy chicas, mi mamá nos enseñó
a mi hermana y a mí a hacer las tareas de la
casa... a lavar, a barrer, a cuidar a los animales,
a hacer las tortillas, la comida... A servirles a los
hombres... Todo era puro trabajo, por eso no fui a la
escuela...
Mis hermanos se iban al campo a ayudar
a mi papá con la siembra... y además terminaron
la secundaria... Ahora que soy madre de Elena y Antonio,
los mando a la escuela y les enseño a compartir
las labores del hogar porque quiero que tengan las mismas
oportunidades.
¿Por qué crees que
a María y a su hermana se les enseñó
a hacer los quehaceres de la casa, a diferencia de sus hermanos?
Cuando eras niña, en tu familia
¿cómo se distribuían hombres y mujeres
las labores domésticas?
¿Qué piensas sobre la
forma en que María está educando a sus hijos?
En la casa de la familia Reyes, los
adultos salen a trabajar y los hijos van a la escuela, por
la tarde hacen algunas labores domésticas. ¿Cómo
repartirías equitativamente las tareas entre los integrantes
de la familia?
Distribuye el trabajo entre los miembros
de la familia.
¿Qué puedes hacer para
que en tu casa se realicen las labores domésticas de
una manera justa y equitativa?