Para comunicarnos mejor, es importante tener claro lo que queremos expresar. Es decir, qué queremos saber o pedir. Recuerda que no se puede saber qué quieres, si no lo dices.
Buscar el mejor momento y la situación más oportuna facilita la comunicación entre dos o más personas. Lo que en un momento dado puede molestar a una persona, en otro puede resultar insignificante. Lo mejor es esperar a que esté dispuesta para escuchar.
Con atención la siguiente plática
entre Alma y la señora Rosa, y contesta las preguntas.
Crees que Alma quería realmente quedarse a trabajar?
Sí
No
, ¿Por qué?
¿Lo que dijo Alma fue lo mismo que pensó?
¿Qué crees que siente Alma que no puede decir
lo que quiere?
¿Crees que éste sea el mejor momento para que
Alma hable con Rosa?
¿Qué pasará si Alma le dice en este
momento a Rosa que no puede quedarse a trabajar?
Alma decide esperar y regresar más tarde, para que
la señora Rosa se tranquilice y pueda escucharla.
Escribe el final de la historia:
¿Te ha pasado algo parecido a lo que le sucedió
a Alma?
Sí
No
Escríbelo.
Recuerda y escribe alguna experiencia en la que no pudiste
decir lo que querías.
“Darle vueltas al asunto” o “irse por las
ramas”, no sirve. Necesitamos ser concretas, esto es,
hablar con claridad y sencillez acerca del asunto que queremos
hablar. También hay que ser directas y firmes, para
no confundir a quien nos escucha. Utiliza las palabras “yo”
o “a mí”. Por ejemplo: “yo no quiero”,
“yo no puedo”, “a mí me gusta”,
“yo pienso”, “yo necesito” o “yo
no estoy de acuerdo”. Al principio te puede resultar
difícil, pero si lo practicas cada vez será
más fácil.