Comenzar a trabajar en la manipulación de los
alimentos.
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Manejar alimentos.
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Tocar trastos limpios.
Después de:
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Usar el baño.
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Comer o beber.
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Estornudar o toser.
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Tocar cualquier objeto que pueda estar contaminado:
Teléfono, trastos sucios, carnes crudas, huevos,
productos de limpieza, basura, recoger cosas del piso.
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Dejar la cocina y volver a trabajar con los alimentos.
Cuando las manos se lavan de manera correcta, los aceites se disuelven y
las bacterias se desprenden de manera que tus manos quedan limpias de cualquier
agente contaminador.