Las actividades que realizamos en el hogar, la fábrica, el almacén, entre otras, son formas de trabajar. Sin embargo, entre ellas existen diferencias.
El trabajo en el hogar se hace para cubrir necesidades propias y de la familia, de manera inmediata; por ejemplo, cocinar los alimentos que comemos. Por lo tanto, generalmente no es remunerado, es decir, no se obtiene un ingreso económico.
El trabajo que se hace en lugares como la fábrica, el campo, el comercio y el taller sirve para elaborar o vender objetos, cosas o servicios para que otras personas las consuman y resuelvan sus necesidades; por ejemplo, se hace ropa para venderla y para que otras personas protejan su cuerpo.