Hornos Paz (moderador): El siglo pasado termina con una humanidad que aún creía en el progreso ilimitado. Es muy posible que esta creencia proviniera del desarrollo extraordinario de las ciencias durante el siglo XIX. Este siglo termina de otra manera. Nos encontramos con una humanidad angustiada. Yo le preguntaría a Vargas Llosa cómo se imagina el siglo XXI.
Mario Vargas Llosa: La verdad, pienso poco en el siglo XXI. Pienso mucho más en el presente y en el pasado. Pero creo que, si comparase estos dos fines de siglo, el que viene y el que fue, para mí la diferencia fundamental es que lo ocurrido nos ha hecho mucho más escépticos sobre la idea de progreso.
El espíritu de curiosidad evidentemente no tiene límite. Sabemos que hay en el hombre una disposición a saber más, dominar la naturaleza, conocerlo todo, romper todos los secretos del universo. Pero sabemos que eso nos ha dotado de unos poderes espantosos que podrían exterminar la especie y acabar con la vida.
Octavio Paz: Es muy difícil responder a esta pregunta. Lo prodigioso de la historia es que es inesperada. Hay muchas teorías de la historia. Algunos piensan que la historia se repite, otros creen que la historia es continua invención. No lo sabemos. Lo único que podemos decir es que la historia, como dijo Croce, es la hazaña de la libertad, es decir, que en la historia siempre hay elementos nuevos e inesperados.
José Bianco: El título de esta plática me llevó a pensar en un tema: ¿qué es la civilización y qué es la cultura? La democracia supone que el individuo es algo importante y que se necesitan diversos tipos de individuos para formar una civilización. Esas personas tienen más posibilidades de prosperar bajo una democracia que bajo cualquier otro régimen. Todas esas personas necesitan expresarse y no lo pueden hacer a menos que la sociedad les dé libertad para ello, y la sociedad que concede más libertad es la democrática. La democracia tiene otro mérito: permite la crítica. |