El molinero, su hijo y el jumento6
 

Leí, no sé dónde, que un molinero y su hijo, viejo aquél y muchacho éste, pero no pequeñuelo, sino de quince años bien cumplidos, iban a una feria para vender a su jumento. Para que estuviese más descansado y de mejor ver, atáronle las patas y cargaron con él entre el padre y el hijo. El primero que topó con ellos en el camino, soltó la carcajada. “¡Qué pareja! ¡Qué rústicos tan rematados! —iba diciendo—. ¿Qué se proponen con esa extravagancia? No es el más jumento quien lo parece.”

El molinero, oyendo tales razones, se arrepiente de su tontería, deja en el suelo al borrico y le quita las ataduras. El animal, que se iba acostumbrando a caminar a cuestas, comenzó a querellarse en su especial dialecto, pero el molinero cerró los oídos a las quejas, hizo montar al muchacho y prosiguieron su camino.

Encontraron a poco tres mercaderes, y el más viejo, gritando todo cuanto pudo, díjole así al cabalgante: “Apead si tenéis pizca de vergüenza, mozo borriqueño. ¿Cuándo se ha visto que un muchacho lleve lacayo con canas? Monte el viejo y sírvale el joven de espolique.”

“Caballeros —contestó el molinero—, razón tenéis de sobra, y fuerza será conteneros.” Echó pie a tierra el muchacho, y montó el viejo en el rucio.

Pasaron en esto tres mozuelas y exclamó una de ellas: “¡Qué valor! ¡Hacer ir a pie a ese muchacho, cayendo y tropezando, mientras va aquel hombrón en pollino, hecho un papanatas!” Replicó el molinero; hubo dimes y diretes, hasta que el pobre hombre, abochornado, quiso remediar su error y puso al chico a la grupa.

Aún no habían andado treinta pasos, cuando encuentran otro pelotón de pasajeros, y empiezan de nuevo los comentarios. “Locos están —dice uno de ellos—: el jumento no puede más: va a reventar. ¡Cargar de esa manera a un pobre animal! ¿No tienen lástima de quien bien les sirve? Irán a vender a la feria su pellejo.”

¡Voto a bríos! —exclamó el molinero—: loco de remate es quien se propone contentar a todos. Pero hagamos otra prueba a ver si lo conseguimos.”

 
6 Jean de la Fontaine, “El molinero, su hijo y el jumento”, en Fábulas, leyendas y cuentos, t. 2, México, UTEHA, 1983, pp. 204-205.