Elena Garro nació en México en 1920 y murió el 23 de agosto de 1998.

Escritora de incomparable talento, es mundialmente conocida por su novela Los recuerdos del porvenir.Los dos temas principales de la escritora mexicana son el tiempo y las memorias. La singular maestría de la técnica de Elena Garro se ha comparado a la de Juan Rulfo y a la de los fantásticos rioplatenses.6 De lo que no cabe duda, sin embargo, es de la singular visión íntima que nos brindan los personajes de Elena Garro, dueña de un consagrado espacio en el mundo de las letras. Recién casada con Octavio Paz, lo acompañó en 1937 a España, al II Congreso Internacional de Escritores en Defensa de la Cultura. Reunió sus primeras obras teatrales en Un hogar sólido (1958), donde yuxtapone y evoca varias
 

realidades. En Felipe Ángeles (1979), dramatiza con una conciencia política ejemplar un episodio de la Revolución Mexicana poco analizado. En Y Matarazo no llamó (1991), escenifica una lucha sindical. De los cuentos de La semana de colores (1964), destaca “La culpa es de los tlaxcaltecas”, en el cual el tiempo presente y el pasado (la Conquista) se amalgaman y crean una atmósfera insólita. En los cuentos de Andamos huyendo Lola (1980), intensifica el clima de persecución, en el que aparece, de manera obsesiva y biográfica, la figura de su hija Elena.

 
  Disfrute de la lectura de un fragmento de Los recuerdos del porvenir.
 

He aquí un fragmento de Los recuerdos del porvenir:
Aquí estoy, sentado sobre esta piedra aparente. Sólo mi memoria sabe lo que encierra. La veo y me recuerdo, y como el agua que va al agua, así yo, melancólico, vengo a encontrarme en su imagen cubierta por el polvo, rodeada por las hierbas, encerrada en sí misma y condenada a la memoria y a su variado espejo. La veo, me veo y me transfiguro en multitud de colores y de tiempos. Estoy y estuve en muchos ojos. Yo sólo soy memoria y la memoria que de mí se tenga.

Desde esta altura me contemplo: grande, tendido en un valle seco. Me rodean unas montañas espinosas y unas llanuras amarillas pobladas de coyotes. Mis casas son bajas, pintadas de blanco, y sus tejados aparecen resecos por el sol o brillantes por el agua según sea el tiempo de lluvias o de secas. Hay días como hoy en los que recordarme me da pena.7
 
6Existió en Argentina un grupo de escritores cuyas obras tendieron a la creación de una literatura fantástica, donde la realidad se volvía delirante. El autor más destacado de ese grupo fue Roberto Arlt, autor de la novela El juguete rabioso.
 
7Elena Garro, Recuerdos del porvenir, España, Joaquín Mortiz, 2002, p. 11.