Participemos juntos
 
Querida abuela:
 
Estoy muy orgullosa... Déjame que te cuente. Hace días escuché que un grupo de vecinos está organizándose para acudir a las oficinas del ayuntamiento a solicitar apoyo para que envíen un carro recolector de basura, como tú has de recordar, la íbamos a tirar como a tres kilómetros de la casa y pues pensé, qué bueno que los vecinos ya se organizaron para ver si las autoridades locales los apoyan en la resolución de este problema.
 
Vieras, abuela, se corrió el rumor por toda la comunidad y en un santiamén estaba casi todo el pueblo reunido para proponer soluciones y definir las actividades necesarias en las que se involucre la participación de todos y asuman cada una de las partes la responsabilidad para su cumplimiento.
 
¡Qué bonito es saber que hay interés por participar en este problema que nos afecta a niños, jóvenes y adultos! Se nota que hay ganas de participar y, ¡claro!, todos unidos lograremos resolver colectivamente problemas comunes.
 
Pero hablando de resolver problemas, abuela, quiero platicarte que, recién salía de la casa, me llevé un tremendo susto. Fíjate que fui asaltada por un par de jóvenes, por los amantes de lo ajeno, que me quitaron la bolsa. Miré para todos lados y no vi ninguna autoridad, ni vecino para pedir auxilio, y pues luego pensé: en esta comunidad no tenemos la seguridad de salir confiados a realizar algún trámite, ya sea de día o de noche; yo sé, abuela, que si tú estuvieras conmigo con tu experiencia de vida, me aconsejarías qué hacer en esos casos. Pero
en fin...
 
Ahora que veo que las personas de muchas comunidades se están organizando para resolver los problemas que se les presentan cotidianamente, estoy segura de que cada vez estaremos más unidos, conviviremos juntos muchos de los que habitamos las localidades que se encuentran en Sinaloa.
 
¿Sabes qué me contó mi vecino que trabaja en la JAPAC? Pues que ellos están practicando semana a semana un valor diferente, esa vez practicaban el de la honestidad. La finalidad no es practicarlo solamente en su trabajo sino también con sus familias. Eso me gustó mucho, porque es señal de que ya hay más gente que se está preocupando por mejorar nuestra formación y además se está trasmitiendo a los que les rodean. Me gustaría que al igual que esa empresa, muchas más lo hicieran, se multiplicarían los buenos hábitos, las buenas costumbres y con eso tendríamos para mejorar bastante.
 
Obtendríamos como resultado pueblos, colonias y ciudades donde prevaleciera más la confianza, la armonía, la seguridad y eso debido a la participación que todos y cada uno de nosotros podamos y queramos aportar.
 
Ojalá que estos ejemplos que les estamos dando a los jóvenes y niños, que son el futuro de la humanidad, los tomen y en su tiempo puedan aplicar esas estrategias para salir adelante en cuanto asunto les interese.
 
Bueno, abuela, me despido con la esperanza de que esto avance cada día más y podamos lograr lo que nos proponemos.
 
Recibe muchos besos de toda la familia.