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Querida abuela: |
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Te quiero platicar que el domingo pasado
andaba muy contento porque me fui a tomar una taza de
café junto con unos amigos que hacía mucho
tiempo que no veía. Nos citamos para conversar
de nuestras cosas, de nuestra vida, de nuestras familias
y de nuestro trabajo. |
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Hay mucha gente que dice que hablar de
eso no tiene importancia, que de nada sirve; pero yo creo
que es muy importante, porque es en esos momentos donde
cada quien comparte y muestra lo que es. Son también
momentos en los que uno aprende a ser y a estar con los
demás, donde la gente se identifica con los amigos
y aprende a convivir, y eso, abuela, ¡vieras qué
importante es para comprender a los demás y vivir
con respeto y armonía! Bueno, ya me salí
del tema. |
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Te estaba diciendo que me sentía
muy contento con mis amigos, y de repente empecé
a ver a unas personas que estaban sentadas en la mesa
de enfrente. Yo creo que eran algo así como científicos.
Apenas oía que decían que si el Centro de
Investigaciones en Ciencias de la Tierra... Que los climas...
Que las computadoras... Pero hubo algo que me preocupó
de lo que platicaban, por lo que abandoné un poquito
la plática con mis amigos, agudicé mi oído
y los empecé a escuchar con atención. Sí,
de veras que estaban hablando de la Tierra y de lo que
está pasando en ella, los riesgos que empieza a
representar para la humanidad. En la medida en la que
los fui escuchando, mi ánimo fue bajando. |
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Recuerdo que decían que la Tierra
se sobrecalienta... Que la capa de ozono se estaba adelgazando
y otras cosas que no entendí. Lo que sí
recuerdo es que ellos hablaban mucho de una Carta de la
Tierra. Entonces, medio hablándolo con mis amigos
y en voz baja, les dije: "La Carta de la Tierra",
dicen los que están enfrente, ¿qué
ocurrentes, no? ¿Ustedes creen que la Tierra escriba?
Oye —me dijeron—, ¿estás chiflado
o qué? No les contesté, mejor me callé
y seguí disfrutando su plática. |
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Han pasado tres días desde que
estuve con mis amigos. Te quiero decir que esa Carta de
la Tierra la tengo en mis manos. Hay cosas muy importantes
en ella que quisiera contarte: |
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En primer lugar, que el estilo de vida
que llevamos está afectando a nuestro planeta.
Ya ves que ahora todos queremos vivir con comodidad y
no batallar tanto para lograrlo. Ya te he platicado de
la gran cantidad de aparatos electrodomésticos
que tenemos en nuestros hogares, o de las sustancias químicas
que usamos en los campos agrícolas, que producen
sin cuidado en las fábricas y parece que no nos
damos cuenta de los daños ambientales que ocasionamos. |
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En la Carta de la Tierra se nos advierte
que debemos de preocuparnos por nuestras formas de producción
y consumo, las cuales están provocando el agotamiento
de los recursos naturales y la desaparición de
muchas especies de nuestra flora (plantas) y nuestra fauna
(animales). |
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Hay muchas cosas que compramos, que usamos
una sola vez, y todo eso ¿adónde va?, pues
a los basureros municipales. Cualquiera creería
que la cosa termina ahí, pero no, toda esa basura
que se junta no se esfuma como por arte de magia, genera
contaminación en el agua, en el aire y en la tierra.
Si seguimos así, ¿qué crees que sucederá?
Seguro acabaremos con nuestro planeta. |
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Abuela, para terminar, creo que ya no
es cuestión sólo de preocuparnos por nosotros,
o por los vecinos, sino que es necesario cuidar a la Tierra
como cuidamos a nuestra casa y el lugar donde vivimos. |
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Hasta pronto. |
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