La producción agrícola
 
Querida abuela:
 
Ahora quiero recordar lo que se hacía en tus tiempos cuando se trabajaba “a puro pulmón”, en las tierras de cultivo.
 
La labor era realmente agotadora porque no había como ahora maquinaria que hiciera más fácil la actividad agrícola. Recuerdas las herramientas que en todas las casas había; una barra de acero, un güingo, un talacho, una taspana, unas palas, un azadón, una chiva para ajustar los hilos de los cercos, una trucha, un machete, un hacha, una caguayana, un deshojador, unas canastas, unos
costales y otros.
 
Si se trataba de desmontar, no sólo bastaba con cortar el mezquite a puros "jachazos", sino que tenían que sacarlo con todo y raíz para que no volviera a brotar.
 
Cuando ya se tenía un pedazo de tierra limpio y listo para la siembra, te traías una mula para que jalara el arado, que era uno de los instrumentos indispensables en la labor del campo. Había trabajo para todos.
 
En la época de cosecha, era un ir y venir de la gente en las rancherías; acarreaban en las mulas el maíz y las calabazas; ¿recuerdas cuando toda la familia rodeábamos el enorme montón que se había cosechado en el año?, y como no queriendo la cosa, entre plática y plática, íbamos "achicando" ese cerro de maíz. ¡Qué duro era el trabajo en el campo!
 
Hoy las cosas son de otro modo. Para empezar te diré que los campesinos y agricultores no se esperan a que sea el tiempo de aguas para iniciar con la preparación de terrenos; han hecho muchas presas para detener el agua que antes corría por los ríos y arroyos, con el fin de aprovecharla en los tiempos
de secas.
 
Ahora todo lo hacen con maquinaria; tenemos tractores que preparan el terreno, va y viene por toda la parcela y en un abrir y cerrar de ojos termina con el trabajo que antes duraba muchos días. Ya no se ve en las parcelas a la gente recogiendo la cosecha; todo se hace con maquinaria; fíjate, cuando la planta de maíz está seca, entra la trilladora y se la va tragando con todo y mazorcas; por un lado va tirando la paja, y por el otro va echando el grano limpiecito en un depósito. Ya no se “batalla nadita”, abuela. Ese mismo aparato va y lo vacía a un camión y éste lo lleva a las bodegas donde se lo pagan al productor. Y si siembran trigo, frijol o cualquier cosa, el trabajo se vuelve más sencillo y rápido debido al uso de estas modernas máquinas.
 
Abuela, me despido de ti porque ya se me fue el tiempo sin darme cuenta y tengo que trabajar, me iré de prisa para no llegar tarde.
 
Te recuerdo siempre.