¿Hombres violentos? ¿Mujeres violentas?
 
Por ejemplo, en muchos casos, se prohíbe a los niños que lloren o manifiesten
ternura, ya que se considera que son conductas propias de las niñas, por lo que ellos deben reprimir sus sentimientos y emociones; mientras que a las niñas se les fomenta que sean débiles, pasivas, dependientes, tiernas, “muy femeninas”, siempre listas para satisfacer las necesidades de los demás.
 
Estas ideas han propiciado, en muchos casos, una relación poco equitativa entre hombres y mujeres, en la que ambos sufrimos serias limitaciones en nuestras
potencialidades. Actualmente, esta situación está cambiando, debido a que los “modelos para ser mujer y para ser hombre” son enseñados y aprendidos, y por tanto, también pueden transformarse. Por esta razón, cada vez más mujeres y hombres participamos en actividades que antes no se nos permitían y desarrollamos actitudes y sentimientos que durante mucho tiempo se nos prohibieron. Ahora se puede decir que hay más relaciones armoniosas.
 
 
Representan algunas de las formas en que ejercemos nuestra sexualidad. En
las prácticas sexuales juegan un papel primordial nuestros sentimientos,
la atracción física que podemos sentir hacia otra persona, así como la capacidad
para relacionarnos y experimentar placer.
 
Para algunas personas, la abstinencia, es decir, la decisión de no tener ningún
tipo de actividad sexual, es la opción que mejor se ajusta a sus creencias y convicciones personales.
 
La decisión de ejercer la sexualidad tiene que ser nuestra, nadie debe presionarnos. Es muy importante aprender a reconocer el mejor momento para iniciar, desarrollar o suspender cualquier tipo de actividad sexual.
 
Consiste en el tocamiento de nuestro cuerpo y de nuestros órganos sexuales
externos con la finalidad de proporcionarnos placer. Esta práctica puede
ayudarnos a conocer nuestro cuerpo y a manejar nuestras sensaciones, y no
produce ningún tipo de enfermedad ni daño físico.