¿Qué harías si un amigo tuyo tuviera SIDA?*
 
Aunque te parezca insólito, todavía en nuestros días existen personas que creen que la sexualidad es algo cochino, malo o, cuando menos, pecaminoso y el pingo se los lleva si hablan de sexo y peor aún, que el SIDA es castigo de Dios por tanta depravación. Sin embargo, no es su culpa, así los educaron, pero esas creencias dañan nuestra convivencia social, es por ello que cuando una persona enferma de cáncer, todos dicen <<Ay, pobrecito, se va a morir>>. En cambio, cuando una persona enferma de VIH-SIDA, la familia se azota, como decimos
los chavos, quisieran desaparecerlo, que nadie se enterara de su enfermedad, presumiendo todos los prejuicios que según ellos deben presumir en las enfermedades de transmisión sexual o mostrando su miedo al rechazo social.
 
He conocido enfermos que los arrumban en el cuarto de azotea como si se
tratara de un tiliche o les prohiben usar los espacios comunes de la casa, como el baño o la cocina, eso si bien les va. Porque a otros, con toda dignidad, sus padres los han corrido de la casa. Qué gachos, ¿no? Pero así les ha de ir, como decía mi abuela. También he conocido familias muy solidarias, que han vendido hasta la casa por darle la mejor atención a su enfermo.
 
La actitud de la gente frente al VIHSIDA es muy diversa, muchos rechazan a los portadores aun siendo asintomáticos, porque no saben que el virus sólo se transmite mediante el contacto de líquidos corporales como la sangre, el semen, la leche materna y los flujos vaginales; y creen que se pueden infectar por contacto casual; como el saludo. Otros piensan que sólo es una enfermedad de maricones o prostitutas, y como no son ni lo uno ni lo otro, consideran que a ellos no les puede dar.
 
Así se ha infectado mucha gente
joven, al tener relaciones sexuales sin protección con portadores del virus, por ellos es muy importante que nosotros que somos chavos aprendamos a cuidarnos del Sida y de otras enfermedades de transmisión sexual.
Precisamente por ser el VIHSIDA una enfermedad de transmisión sexual y la sexualidad es un tema muy prejuiciado por las “buenas costumbres”, los familiares de un enfermo se sacan mucho de onda, se aíslan, no saben qué hacer.
 
 
Tú puedes ayudar a la familia de tu amigo consiguiéndole información sobre la enfermedad, convenciéndola a que asista a algún grupo de autoapoyo de los que organizan las ONG o CONASIDA, haciéndoles sentir tu afecto, evitando que se aíslen y siendo solidario con ellos. Si eres rollero, ayúdales a comprender
que no tienen porque sentirse culpables, que lo que les está ocurriendo a cualquiera le puede pasar.
 

 

Cuando tú te sientes enfermo requieres que te atienda un médico y también necesitas apoyo familiar o práctico, quieres que te apapachen, que te acompañen, que te fortalezcan emocionalmente y como no puedes bastarte por ti mismo necesitas que te ayuden a atenderte. El apoyo familiar o práctico, es en ocasiones más importante que la atención médica, principalmente cuando se trata de una enfermedad como el VIH-SIDA, que la medicina moderna no puede curar.

Vamos a suponer (si tienes un pedazo de madera ¡tócalo!), que una persona muy querida para ti enfermara de SIDA, seguramente te sentirás impotente y con mucho dolor por no poder ayudarla.

 
Sin embargo, intenta apoyarla en estos pequeños detalles que pareciendo
insignificantes pueden mejorar su calidad de vida:
 
El afecto es lo más importante para un enfermo, no tengas miedo de tocarlo, abrazarlo, acariciarlo. Hazlo sentir querido y aceptado, recuerda que el VIH no se trasmite por contacto casual.
Acompáñalo, ayúdale a hacer lo que le gusta, pregúntale qué necesita. La simple compañía puede ser un gran apoyo.
Dejarlo hablar, le ayudará a desahogarse, escúchalo y también platícale.
Sé optimista, no le llenes de problemas la cabeza.
Anímalo, no dejes que se deprima, ni permitas que se culpe por su enfermedad.
 
 
Aunque muchas personas no están de acuerdo, los enfermos deben seguir
tomando decisiones sobre su vida, ayúdale en este proceso, si necesita
información consíguela, si requiere ayuda especializada facilítasela. Pregúntale
qué es lo que más anhela y ayúdale a realizarlo.
 
Un ambiente agradable es vital para un enfermo, si puede tener una habitación
sólo para él, ayúdalo a generar el ambiente que desea. Cuando estamos sanos, si el color, la decoración, la música y los aromas son como nos gustan, nos generan una sensación de plenitud, también ayudan a un enfermo para que no se sienta deprimido. Junta a la banda para que pinten y decoren la habitación y le lleven la
música que les pida.
 
Trata, en la medida de lo posible, de que tu amigo se sienta cómodo, si tiene
dificultad para moverse y pasa gran parte del tiempo acostado, fíjate que la cama no sea muy dura, ayúdale a cambiar de postura cada dos horas, puedes ponerle pequeños cojines o toallas dobladas entre las extremidades. Si ha adelgazado mucho, para no lastimarlo tómalo de las articulaciones, pídele a una enfermera que te enseñe.
 

Llévale lo que tiene ganas de comer y no se lo
haya prohibido el médico o ayúdale a comprar el mandado.

Una comida bien presentada sobre un mantel color naranja mejorarán su apetito.

El aseo es indispensable para un enfermo
y toda una aventura no mojar la cama, una enfermera te puede enseñar
a hacerlo.

 
 
Si tu amigo está muy tenso, un buen masaje le ayudará a relajarse y conciliar
el sueño, el masaje deberá ser suave para no causarle dolor y ayudar a la
circulación sanguínea, usa un lubricante y con la punta de los dedos ejecuta
movimientos circulares. Si no sabes, toma un taller de reflexología.
 
Necesitarás hacer un gran esfuerzo para comprender a la familia de tu amigo,
seguramente la estará pasando muy mal y cualquier apoyo concreto que puedas brindarles será muy valioso. Puedes quedarte acompañando a tu amigo mientras su familia atiende otros asuntos o se toma un descanso, hacerles las compras o cuidar a los niños.
 
Si dispones de un poco de tiempo y voluntad, puedes formar con la banda de la comunidad un Comité de Amigos y Familiares en Apoyo a Enfermos o Infectados de VIH-SIDA y aunque no lo creas, verdaderamente funcionan. He visto cómo ayudan a las familias de los enfermos a superar los problemas que se les van presentando, facilitan la convivencia entre el enfermo y sus familiares, evitan el rechazo de la comunidad y logran que en el centro de salud les presten mejor atención.
 
Y tú ¡cuídate! Practica el sexo protegido o la abstinencia sexual, aunque esto de la abstinencia es como cuando las señoras gordas se ponen a dieta y después de varias semanas, un buen día que ya no aguantaron más, comen de todo lo que se abstuvieron.
 
Si a ti te llegara a ocurrir algo parecido, ni lo dudes, vete corriendo a la farmacia
por condones, si eres hombre póntelo, si eres mujer exígelo, que en verdad te protegen del VIH.
 
* Pérez Guillermo A. “¿Qué harías si un amigo tuyo tuviera SIDA?” en Kë´a. Causa Joven, Secretaría de Educación Pública, México, abril de 1998, N° 1.