Es recomendable tener siempre a la mano un termómetro que le permita medir la temperatura, sobre todo si se tienen niños o niñas pequeños.

Existen tres tipos de termómetros: el oral que se coloca debajo de la lengua; el rectal que se pone en el recto y el axilar que se coloca debajo de la axila. Aunque los dos primeros dan mediciones más exactas, se usa con mayor frecuencia el axiliar por la comodidad que tiene su uso.

Para medir la temperatura haga lo siguiente:
1  

Limpie con agua y jabón la punta plateada del termómetro (no importa de que tipo sea), también puede usar un algodón con alcohol.
2  

Identifique la línea plateada que está dentro del termómetro.
3  

Agite muy bien el termómetro hasta que la línea plateada baje completamente, es decir, que quede abajo del número 35.
4  

Coloque el termómetro dejando la punta plateada dentro de la axila, bajo la lengua o un centímetro dentro del recto, si es posible.
5  

Retire el termómetro después de 3 minutos.
6  

Vea hasta qué número llegó la línea plateada, ésa es la temperatura que tiene la persona.
7  

Vuelva a limpiar su termómetro con agua y jabón, agítelo y guárdelo.