Unidad 2 Tema 1 Actividad 4

evidencia

Actividad 4. El autodominio

El autodominio significa ser capaz de controlar nuestras emociones, sobre todo las perjudiciales para nuestra vida, como la ira, el coraje, el deseo de venganza, el rencor o el resentimiento; por ejemplo, si no controlamos la ira nos puede llevar a reñir, a vengarnos, a dañar a otra persona y hasta a cometer un delito.

Lee las siguientes situaciones. Después anota lo que tú harías para que la situación no se salga de control.

Juan acaba de discutir con su esposa y va a llegar tarde al trabajo. En el camino encuentra una manifestación. Al tiempo que insulta a la gente les echa el coche encima para que se quiten. Una persona resulta herida y a él lo detiene la policía.  

¿Qué emociones experimentó Juan?

Para controlar la situación yo...




Antonia tiene 23 años y sus padres quieren que termine su carrera. Ella quiere casarse, pero le prohibieron volver a ver a su novio porque es pobre y no la merece. Ella está desesperada y triste, no quiere comer ni salir; ya son tres días que no sale de su cuarto.  

¿Qué emociones experimenta Antonia?

Para controlar la situación yo...


Ahora recuerda un episodio de tu vida en el que tus emociones se salieron de control.

¿Qué fue lo que pasó?

¿Cómo te sentiste y qué hiciste durante esta experiencia?

¿Cómo te sentiste y qué hiciste después?

Si tuvieras la oportunidad de regresar el tiempo, ¿qué harías para que tus emociones no se salgan de control y te permitan enfrentar de mejor manera la situación?

Es importante saber que somos responsables de controlar nuestras emociones y de las consecuencias de nuestros actos. Cada quien decide hasta dónde nos puede llevar la ira o el coraje.

Es conveniente mantener sereno, tranquilo y prudente al experimentar nuestras emociones; eso nos permitirá pensar antes de actuar.

Muchas veces pensamos que el mundo no nos trata como merecemos; sin embargo, la forma en que nos trata el mundo es el reflejo de cómo nos tratamos a nosotros mismos.

 

Para lograr el autodominio de tus emociones...

  • Reconoce cuando estás triste, alegre o enfadado. Mírate ante un espejo real o imaginario y di: “estoy triste, siento rabia, estoy molesto, estoy enojado”, según el caso.
  • Plantéate opciones sobre qué emoción sientes en cada momento para que decidas cuál es la que te ocurre. “¿Estás contento o enfadado?”
  • Ante la ira o el enojo ¡detente! porque puedes lastimar a quien no deseas, como a tú pareja, hijos u otras personas. Cuando ya esté calmado platica con la persona indicada.
  • Reconoce cómo te “transformas” con tus propias emociones. Fíjate si alzas la voz o gritas, ríes a carcajadas, lloras de manera silenciosa o golpeas y arrojas objetos.
  • Observa con atención a las personas que te rodean, mira sus gestos, dónde están sus manos, su tono de voz, su lenguaje corporal. Así, aprenderás a interpretar sus emociones y a ser prudente y oportuno. Por ejemplo, si ves a tu jefe enojado, no es el momento de pedirle aumento de sueldo.
  • No busques la aprobación de los demás, piensa y di: “Yo puedo. Cada vez lo puedo hacer mejor. Es difícil, pero lo intentaré.”
  • Aprende a respirar: aspira (mete aire por la nariz). Mientras lo haces, debes sentir que tu tórax (pecho) se expande; luego, saca el aire por la boca poco a poco. Repite esto durante cinco minutos, hazlo parte de ti cuando te sientas tenso, enojado, lleno de ira y con ganas de “explotar”.

 

Son nuestros propios pensamientos, cambios corporales y comportamientos los que desencadenan las respuestas emocionales y no los actos de otra persona o los acontecimientos exteriores.