Unidad 3 Tema 1 Actividad 1

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Actividad 1. Lo que perdemos

La muerte no es la única pérdida que enfrentamos en la vida, hay muchas otras situaciones que nos generan ese sentimiento de profundo dolor; por ejemplo, el término de una relación amorosa, la pérdida de la salud, el cambio o pérdida de empleo, o bien la pérdida de algún objeto debido a un accidente, un robo o un fenómeno natural.

Responde.

¿Qué pierden los pequeños cuando nacen y respiran por sí mismos?

¿Qué pierde una mujer cuando tiene un hijo o hija?

¿Cuáles son las pérdidas que enfrenta la familia de una persona que está gravemente enferma?

¿Qué pierde una pareja cuando se separa?

¿Qué pierde un menor cuando entra a la adolescencia?

 

  • Cada etapa de la vida conlleva algunas pérdidas que vamos superando de manera natural con el tiempo.La primera pérdida que experimentamos los seres humanos es la separación del vientre de nuestra madre. Al cortar el cordón umbilical los bebés enfrentan un nuevo ambiente al que tienen que adaptarse. Si cuentan con el amor y atenciones necesarias pronto aceptarán su nueva situación.
  • Así, a lo largo de la vida se irán presentando acontecimientos que implican pérdidas. La forma en que afectan es diferente de una persona a otra, y tiene que ver, entre otras cosas, con nuestra manera de ser, el apego que teníamos a la persona, al objeto o a la situación, y hasta qué punto nuestras ilusiones, proyectos y esperanzas estaban relacionadas con ellos, así como de los apoyos emocionales que tenemos para superarlas.
  • Por ejemplo, la pérdida de un hijo significa, además de la ausencia física, la pérdida de la esperanza de verlo crecer y desarrollarse y hasta la oportunidad de que se hubiera “hecho cargo” de nosotros.

 

Observa las imágenes de Luisa y Rufino, y contesta.

¿Cómo se siente Luisa por haber perdido el empleo?

¿Qué puede hacer para aceptar la pérdida y salir adelante?

¿Cómo se siente Rufino por haber pedido el empleo?

¿Qué puede hacer para aceptar la pérdida y salir adelante?

La falta de oportunidades para tener un empleo puede provocar que las personas jóvenes reaccionen con enojo y frustración.

También las personas adultas mayores frecuentemente se sienten rechazadas y tristes porque no se les contrata a pesar de su experiencia.

 

Superar el dolor de haber perdido el empleo nos permitirá entender por qué sucedió, por ejemplo. Identificar si tuvimos alguna responsabilidad en el despido o si, por el contrario, fue algo circunstancial. Reconocer nuestros errores nos ayuda a aprender de ellos para no repetirlos.