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Unidad 3 • Tema 2 • Actividad 7 Actividad 7. Los apoyos
El duelo puede durar de tres a cuatro años.
A veces, cuando parece que ya estamos saliendo del duelo se presentan situaciones que nos hacen volver a sentir el dolor de las primeras semanas. Esto es normal, pero después llegará el momento en que el dolor disminuirá y podremos sanar nuestras heridas; valoraremos la vida de otra forma, convirtiéndonos en mejores personas.
Lee los siguientes casos y haz clic en las formas en que tú apoyarías.
Caso 1
Marta y Joaquín son tus vecinos. Su hijo más pequeño acaba de morir a causa de un accidente. ¿Cómo los ayudarías?
Caso 2
Pedro es padre de familia y hace meses le detectaron una enfermedad muy grave. Los esfuerzos por curarlo no han dado resultado y le queda poco tiempo de vida. ¿Cómo lo ayudarías?
Caso 3
Ramiro es un joven de 18 años; su máxima aspiración era entrar a la universidad pero no pasó el examen de admisión. Su padre le dijo que consiga trabajo ya que no sirvió para el estudio. Él se siente fracasado y no quiere ni salir de su cuarto. ¿Cómo lo ayudarías?
Caso 1. Si hiciste clic en las opciones B y D es correcto. Caso 2.Si hiciste clic en las opciones B y D es correcto.
Caso 3. Si hiciste clic en las opciones A, B, y D es correcto. l
A veces nos toca estar cerca de personas que han sufrido una pérdida y no sabemos cómo apoyarlas para que se sientan mejor. Aunque cada caso es diferente, las siguientes recomendaciones pueden ayudarnos.
- Escuchar con atención. Debemos tener interés genuino y respeto a lo que nos comentan. Es importante hacer sentir a la persona que escuchamos que comprendemos por lo que está pasando. Podemos acompañar la expresión de sus emociones con silencio, la mirada o un leve contacto físico.
- Hacer saber a esa persona que sus reacciones son totalmente válidas y normales en sus circunstancias. Por ejemplo, hay personas que no quieren dejar de llorar o siguen “hablando” con la persona que murió. Tal vez por el momento requieren hacerlo, pero paulatinamente irán dejando esos comportamientos.
- Acompañar a las personas en duelo a realizar ciertos rituales, como visitar el cementerio, hablar con la persona fallecida para despedirse de ella u orar.
- Apoyar a la persona en la toma de decisiones y solución de problemas. A veces la persona en duelo es incapaz de tomar pequeñas decisiones cotidianas, como salir a la calle o preparar la comida. También puede presentar temores como si todo fuera extremadamente peligroso y tener la mente bloqueada. En estos casos es conveniente sugerirle no tomar decisiones importantes, ya que no es el momento adecuado.
- Ayudar a la persona en duelo a reestablecer la cotidianidad y a enfrentarse al mundo de nuevo. Realizar tareas como salir a caminar 20 minutos diarios o meditar todos los días ayuda a reordenar la vida diaria. Encontrar la manera de que esta persona exprese sus emociones y pensamientos, cuidar que su alimentación sea nutritiva y en los horarios correspondientes ayudará a que poco a poco se vaya reincorporando a sus actividades cotidianas.
En el caso de que la persona en duelo esté enfrentando la muerte de un familiar, relatar historias sobre la vida y gustos de la persona ausente le ayudará a aceptar su muerte.
- Ayudar a identificar cuándo se requiere apoyo de un especialista en salud emocional. Cuando las personas en duelo se apegan al sufrimiento o tratan de evadir la situación a través de comportamientos autodestructivos, como consumir alcohol o evitar medidas de seguridad en el trabajo es recomendable sugerirles ayuda de un profesional para restablecer su salud emocional, ya que pueden poner en riesgo su salud física, agudizar su dolor y prolongarlo.
Después de la crisis de una pérdida y del dolor salimos fortalecidos, redefinimos el rumbo de nuestra vida y nos planteamos nuevos retos.
Haz clic en la frase y medita.

Aprende a meditar:
- Ponte cómodo en algún lugar, sentado, acostado o parado; respira (inhala y exhala).
- Siente cómo el aire penetra en tu cuerpo. Escucha con atención lo que sucede en tu cuerpo, como sentir algún dolor, escuchar algún ruido de tu estómago, otras, ¿cuáles?
- Concéntrate en alguna parte de tu cuerpo, por ejemplo, la nariz. Haz un esfuerzo para no desviar tu atención; siente cómo el aire entra y sale por ella y la sensación agradable y placentera que estás experimentando.
- Tu respiración pronto tendrá su propio ritmo. Relájate, suelta tu cuerpo.
- Siente cómo tu cuerpo está más relajado y tu mente más tranquila.
- Procura no desviar tu atención hacia otra parte de tu cuerpo. En este momento no existe otra cosa más que la sensación de la entrada y salida del aire por tu nariz.
- Si tienes otros pensamientos déjalos fluir y vuelve a concentrarte en tu nariz.
- Puedes elegir frases, palabras u objetos para concentrarte. Con la práctica puedes viajar mentalmente a diversos momentos de tu vida, recrearlos y sentir olores, colores o sabores.
Suelta el pasado, permite que se disuelva.Retoma tu poder.Deja de pensar en aquello que no deseas: utiliza tu mente para crear lo que sí deseas. Permítete fluir con la corriente de la vida.
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