Unidad 1 Tema 1 Actividad 3

Actividad 3. Reconoce tus emociones

Todas las personas en algún momento sentimos miedo, alegría, tristeza, angustia o dolor. La forma en que enfrentamos estas emociones es diferente en cada uno de nosotros y nos impulsa a actuar de diferente manera, ya sea viviendo la emoción como algo pasajero o bien como algo permanente en nuestra vida.

¿Cómo reaccionabas cuando algún niño o niña mayor te golpeaba o te quitaba algo?

¿Qué hacías cuando tus padres te negaban algún permiso porque no habías cumplido con tus deberes?

Completa el cuadro con tres situaciones que te causen enojo y escribe cómo reaccionas.

  Situación de enojo Cómo reacciono
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  • Las emociones más difíciles de aceptar, reconocer y de manejar son el enojo, la ira, el disgusto que nos causa no conseguir lo que queremos, el rechazo de los demás, el que la gente que nos rodea se dé cuenta de nuestras fallas o faltas, la crítica hacia nuestros actos y otros acontecimientos y hechos que nos suceden todos los días.
  • La manera en que a veces expresamos nuestras emociones daña y lastima a los demás y a nosotros mismos. Por ejemplo, en ocasiones los padres manifiestan, ante la desobediencia de sus hijos, el enojo o coraje con gritos o maltrato.

    Cuando alguien nos hace enojar, descargamos nuestro coraje (“nos desquitamos”) con otra persona, como la pareja o los compañeros de trabajo.

Lee el testimonio de Luis y después contesta.

A Luis, desde pequeño, su padre le llama la atención con gritos, lo humilla frente a otros niños porque no sabe patear la pelota, siempre lo compara con sus hermanos y le dice que no sirve para nada. Un día mandaron llamar de la escuela al papá porque Luis es muy agresivo, le grita a la maestra y aunque es muy inteligente siempre parece triste y enojado.

¿A qué crees que se debe el comportamiento de Luis?

¿Qué le recomendarías al padre de Luis para que cambie su trato hacia él?

¿Qué puede hacer la maestra de Luis?

¿Qué puede hacer Luis para “controlar su enojo o coraje”?

Para reconocer tus emociones

  • Valora los momentos agradables y desagradables de tu historia personal y reconoce qué  te hace ser la persona que eres ahora.
  • Evita generalizar o utilizar palabras como siempre, todos o nunca, por ejemplo: “todo lo hago mal”, “nunca me escuchan”, “no sirves para nada”. .Esto te permitirá identificar sólo las situaciones que te están afectando y tener un mejor manejo de la comunicación sin dañarte a ti mismo o a terceras personas.
  • Haz una lista de tus fortalezas y debilidades; luego, cultiva las cualidades y trabaja tus debilidades. Por ejemplo, puedes reconocer algunas fortalezas, como “ser puntual”, “me gusta escuchar a las personas que necesitan una palabra de aliento”, “soy carpintero y mis trabajos son de calidad”.
  • Si tu debilidad es ser poco tolerante con las personas, lo que debes hacer es tratar de comprender a los demás y practicar la paciencia; si eres impuntual en el trabajo, lo que tienes que hacer es levantarte 20 minutos antes de lo acostumbrado para llegar a tiempo.
  • Reflexiona sobre aquello que te hizo sentir mal en la infancia y reconoce que eres capaz de cambiar tu actitud para no repetir con los demás (hijos, pareja u otra persona) la misma historia, y ser cada vez mejor persona.

Si no reconocemos nuestro enojo o coraje, el motivo que lo causó y cómo podemos resolver el asunto sin recurrir a la violencia contra nosotros mismos o contra los demás, es probable que lleguemos a enfermar y a dañar a quienes nos rodean porque no comprenden el motivo de nuestra actitud.