Todo nuestro cuerpo está formado por millones de partes pequeñísimas llamadas células. En algunos casos, estas células pueden empezar a crecer y a crecer de una forma anormal hasta llegar a formar lo que conocemos como tumores. Estos tumores pueden ser de dos tipos: benignos, es decir que no son cancerosos, y malignos, es decir que producen cáncer.
Cuando se desarrolla un tumor maligno en el útero o matriz y en el cuello o cérvix del mismo, recibe el nombre de cáncer cérvico-uterino. |
Cuando este problema se inicia, no se experimenta ningún síntoma, por lo que muchas veces no se toman las medidas necesarias para detenerlo a tiempo, lo que ocasiona que muchas mujeres mueran al año por esta causa.
Muchas de estas muertes podrían haberse evitado con una atención oportuna, ya que este tipo de cáncer es de los más fáciles de detectar y curar. |