Infecciones de Transmisión Sexual (ITS)
 
 
¿Qué son las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS)?
 

Estas infecciones existen desde tiempos muy remotos en todos los países del mundo y han sido conocidas por diversos nombres, como el de enfermedades venéreas, Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS) y, en la actualidad, se les conoce como Infecciones de Transmisión Sexual (ITS).

Las ITS se adquieren a través de la práctica de relaciones sexuales coitales (pene-vagina), anales u orales sin protección, con quien tenga alguna de estas infecciones, por lo que hombres y mujeres estamos en riesgo de contraerlas si no tenemos precaución.

 

Estas infecciones también pueden transmitirse de la madre al bebe durante el embarazo, parto o amamantamiento, provocando serios daños en su salud.

En muchos casos estas infecciones no producen síntomas durante un tiempo o éstos desaparecen, sin que esto signifique que se hayan curado, por lo cual muchas personas no saben que pueden trasmitirlas. Por esta razón, su detección y tratamiento a tiempo evita que se propaguen y afecten a más personas.

Cuando se tiene una infección de transmisión sexual es importante recibir el tratamiento adecuado para evitar que la infección avance, ya que, a largo plazo, pueden provocar daños irreversibles como esterilidad, cáncer en órganos sexuales de hombres y mujeres y, en algunos casos, la muerte.

 

A pesar de que tendríamos que conocer bien en qué consisten las ITS y cómo prevenirlas, poco se habla de ellas y no se nos informa abiertamente sobre la manera de protegernos. Ésta es una oportunidad para adquirir información sobre estas infecciones y compartirla con las personas más cercanas a nosotros.

 
 
 
 
Hablemos de las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS)
 

Durante mucho tiempo, los temas de sexualidad han sido considerados impropios y/o vergonzosos, por lo cual no se tratan dentro de la familia; incluso en muchas escuelas son censurados y hasta con el o la médico cuesta trabajo abordarlos y, tratándose de infecciones que se adquieren por haber tenido relaciones sexuales y que afectan nuestros órganos sexuales, la dificultad aumenta, lo que propicia que en muchos casos la vergüenza evite que nos protejamos de los riesgos.

Tendríamos que poder abordar este en la propia familia, de manera clara, compartiendo la información y la experiencia de cada uno, en un clima de confianza y afecto, como con cualquier otra infección, como, por ejemplo, la gripa o la diarrea, ya que todas las personas podemos estar expuestas, en algún momento de la vida, a estas infecciones.

También tenemos que considerar que tener una Infección de Transmisión Sexual no es motivo para ser ofendido(a) o discriminado(a), aunque cuando se tienen es importante responsabilizarnos de nuestra salud, así como de las personas con quienes nos relacionamos.

Si no las hemos tenido, aprendamos a protegernos de ellas, si las hemos tenido, evitemos un nuevo contagio, si las tenemos en este momento, busquemos la atención médica necesaria.