1994
El levantamiento del EZLN
Cuando a las 2:30 horas del primero de enero de 1994 en todo el país
aún se festejaba la llegada del año nuevo, en Chiapas un grupo
armado -compuesto principalmente por indígenas tzotziles, tojolabales
y tzet-zales- tomó de manera simultánea las alcaldías de
San Cristóbal de las Casas, Ocosingo, Altamirano, Chalán del Carmen
y Las Margaritas con un saldo de por lo menos 11 muertos y decenas de heridos.
Durante el transcurso de ese mismo día, comisionados del autodenominado
Ejército Zapatista de Liberación Nacional, dijeron que su declaración
de guerra es una "medida última pero justa, ya que el pueblo se
está muriendo de hambre y el gobierno no lo escucha". Poco antes,
emitieron un comunicado de prensa en el que anunciaron su determinación
de "avanzar a la capital del país y enfrentar al Ejército
Mexicano, lo que permitirá a los pueblos liberados elegir libre y democráticamente
a sus autoridades".
A partir del día siguiente se registran una serie de enfrentamientos
entre el EZLN y miembros de las fuerzas armadas del país, que culminan
el 12 de ese mismo mes, cuando el presidente Carlos Salinas de Gortari dirige
un mensaje a la nación donde ordena al ejército un cese el fuego
y ofrece la amnistía para "los que acepten la paz y la legalidad".
El mismo 12 de enero el Gobierno mexicano nombra una comisión para la
Paz y la Reconciliación en Chiapas, presidida por Manuel Camacho Solís
y con el obispo Samuel Ruiz como mediador. A mediados de marzo, la catedral
de San Cristóbal es testigo de los intentos de conciliación entre
gobierno y zapatistas. Estos últimos presentan un pliego petitorio, que
no se cumple, por lo que en junio el EZLN rechaza las propuestas del gobierno
para alcanzar la paz.
Inicia aquí una historia de encuentros y desencuentros que el 9 de enero
de 1995 lleva a la identificación de Rafael Sebastián Guillen
Vicente como el Subcomandante Marcos, líder del EZLN, sobre quien se
gira orden de aprehensión; a lo que siguió la firma de los Acuerdos
de San Andrés Larráinzar, en febrero de 1996, que tampoco se cumplen;
la supuesta muerte de Marcos durante el primer semestre de 1998 y el estancamiento
hasta nuestros días de un diálogo que aún no se da y que
mantiene en suspenso el conflicto en Chiapas.
1999
El paro en la UNAM
En defensa de la educación gratuita y para responder a un alza de cuotas
impuesta por el rector Francisco Barnés de Castro, el 20 de abril de
1999 centenares de estudiantes de la UNAM colgaron las banderas rojinegras en
los 36 planteles educativos de la institución para dar inicio al paro
de actividades más prolongado de este siglo en la más importante
universidad de México.
El movimiento estudiantil, representado por el Consejo General de Huelga (CGH),
protagonizó a partir de entonces una historia de confrontaciones entre
la propia comunidad universitaria, la más numerosa del país (500
mil personas), que incluyó daños a un mural de David Alfaro Siqueiros
(23 de julio), una convocatoria en Internet para recuperar las instalaciones
universitarias (23 de agosto), una marcha que terminó con el lanzamiento
de varios petardos (24 de agosto) y otra en Periférico sur donde se registró
un enfrentamiento con granaderos (14 de octubre), además de la consignación
de estudiantes ante el Tribunal Universitario y la intromisión de organizaciones
sociales.
Para octubre, el Consejo General de Huelga afirma que la única alternativa
para solucionar el problema es la renuncia del rector, que se da el 12 de noviembre.
Siete días después lo habría de suceder en el cargo Juan
Ramón de la Fuente, quien promete hacer respetar la autonomía
y utilizar la tolerancia y la razón para generar consensos encaminados
a restaurar la vida académica e institucional de la Universidad.
Sin embargo, pese a la restauración del diálogo con los paristas,
diciembre pasa y la solución del conflicto no llega.