1990
El COFIPE y la reforma electoral
El domingo 15 de julio, cerca de las 8:10 de la mañana, quedó
aprobado el nuevo Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales
(Cofipe). Con su aprobación se cumplen dos años de un proceso
de reforma electoral que para el PAN representa un avance significativo para
satisfacer las demandas sociales, aunque insuficiente; que para el PRD es una
contrarreforma absolutamente inaceptable, pues no responde a las exigencias
ciudadanas a favor de procesos electorales limpios y confiables y, que para
el PRI, es un triunfo de la democracia.
Lo que sí es un hecho, es que de acuerdo con esta nueva reforma, de hoy
en adelante los procesos electorales en México serán regidos por
un nuevo organismo autónomo denominado Instituto Federal Electoral; se
contará con un nuevo padrón y el Registro Nacional de Ciudadanos
estará regido por una ley propia en virtud de que "su función
entraña una responsabilidad estatal ciudadana que rebasa lo estrictamente
electoral".
Dentro del nuevo Cofipe quedarán reglamentados además la construcción
de un vigoroso sistema de partidos, la celebración de comicios sujetos
a la legalidad en todas sus fases y etapas, y la creación de normas claras
para la regulación de las elecciones; también, la posibilidad
de participación de candidatos a diputados federales por el principio
de mayoría relativa y de representación proporcional; la adopción
del sistema de registro condicionado de partidos y la remisión del capítulo
de delitos electorales insertos en el Código Penal.
1991
El 11 de julio y su histórico anochecer
Vueltos los ojos hacia el cielo, los pies en la tierra y el corazón a
punto de volar en mil pedazos de purititos nervios, decenas, cientos, miles
de mexicanos gritaron casi al unísono un iah! que marcó el inicio
del momento culminante. Ese 11 de julio, el reloj marcaba las 13:21 horas cuando
el día se hizo noche, una noche de seis minutos en que la oscuridad primero
impuso el silencio, el estupor y después... el ruido, la alegría,
la emoción desbordada.
La luz dio paso a la oscuridad, el Sol a la Luna y miles, miles de mexicanos,
desde Baja California Sur hasta Chiapas, pudieron vivir este impresionante fenómeno
natural que sólo habrá de repetirse hasta el 2024. Pero ese día
la alegría no sólo habría de brotar de las gargantas nacionales,
también salió de alemanes, australianos, checoslovacos, españoles,
cubanos, irlandeses. belgas, estadounidenses, polacos, franceses, coreanos,
holandeses, japoneses y chinos, que se reunieron en el Campamento Científico
Internacional, instalado en la Universidad Autónoma de Baja California
Sur, para presenciar el eclipse total de Sol. La oportunidad era única:
era un sitio privilegiado para realizar diversos experimentos que arrojarían
conocimientos valiosísimos acerca del Sol.
En su fase parcial, el eclipse comenzó en la mayoría del territorio
nacional a partir de las 11:54, llegó a su fase total a las 13:24 y culminó
alrededor de las 14:45.
En las poco menos de tres horas que duró el fenómeno astronómico
del siglo, culminaban dos años de cuidadosos preparativos realizados
por los astrónomos mexicanos. En los meses previos, se conformó
la Comisión intersecretarial para el Eclipse, que se ocupó de
organizar actividades para poder entender y conocer adecuadamente la naturaleza
de este fenómeno, así como de las labores de difusión para
que la población gozara de él de la forma más completa
y segura posible.
1992
Explosiones en Guadalajara
Más de 230 muertos, casi mil 500 heridos, 6 mil 500 damnificados, así
como mil 224 casas destruidas fue el saldo que dejaron cerca de 11 explosiones
en cadena registradas el miércoles 22 de abril, a partir de las 10 de
la mañana y hasta las 18 horas, en el sector Reforma de Guadalajara.
En cuestión de horas, trece kilómetros de calles, de un área
de 20 manzanas, quedaron reducidas a escombros sembrando una tragedia que pudo
haberse evitado, pues un día antes, cerca de la una de la tarde, vecinos
del lugar avisaron a las autoridades municipales que las "coladeras"
ubicadas en las calles de Analco y Gante despedían un fuerte olor parecido
al de la gasolina. Media hora después llegó hasta el lugar una
cuadrilla de empleados del Sistema Intermunicipal de Agua Potable y Alcantarillado
que al percibir el mal olor, llamaron al Cuerpo de Bomberos que, aparentemente,
efectuó una labor de limpieza a fin de evitar un desastre. Luego, se
retiraron del lugar. Nunca imaginaron que a las pocas horas Guadalajara viviría
una tragedia.
Ese miércoles por la tarde, Petróleos Mexicanos difundió
un comunicado oficial en el que se deslindaba de toda responsabilidad y, al
mismo tiempo, acusaba a la aceitera La Central de una fuga de hexano al drenaje
municipal y que habría causado la catástrofe; sin embargo, días
más tarde la Procuraduría General de la República informó
que el origen de las explosiones fue la concentración de vapores de gasolina
en el colector principal del alcantarillado, debido a una fuga en los ductos
de Pemex.
1993
México estrena nuevo peso. Con tres ceros menos
En este país de "puentes, puentes y más puentes", resulta
histórico comenzar el año rompiendo con esa tradición.
Sí, el primer día del año cayó en viernes, en consecuencia,
lo más lógico en este país sería esperar que las
labores se normalizaran hasta el lunes 4 de enero. No pasó así.
Los bancos se encargaron de enterrar el primer "puente" de 1993.
La pregunta es por qué. Porque con la entrada del año también
entró en circulación una nueva unidad monetaria en México
que se llama Nuevo Peso (N$), equivalente a mil pesos actuales, o viejos pesos,
como a partir de ahora se les conoce.
Iguales en cuanto a su diseño, color y tamaño, los nuevos pesos
tienen como diferencia principal tres ceros menos en relación con los
billetes y monedas actuales. Así, un billete de 100 mil "viejos"
pesos vale ahora cien pesos; uno de 50 mil, 50 pesos y así sucesivamente,
hasta llegar a los de más baja denominación, que de 100 y 50 pesos
pasan a 10 y cinco centavos.
En el quinto año de gobierno de Carlos Salinas de Gortari, además
de los tres ceros, las nuevas monedas perdieron también las efigies de
los héroes y próceres nacionales para dejar su lugar a una "N"
mayúscula, un signo de pesos y úmero, el de su valor nominal.
Llegaba a su fin un sexenio más, pero en éste, a diferencia de
los anteriores, no habría devaluación, sólo la pérdida
de algunos ceros en el camino a la modernización, esa en donde los pobres
dejaron de ser millonarios para seguir siendo un poco más pobres cada
día.
1994
El levantamiento del EZLN
Cuando a las 2:30 horas del primero de enero de 1994 en todo el país
aún se festejaba la llegada del año nuevo, en Chiapas un grupo
armado -compuesto principalmente por indígenas tzotziles, tojolabales
y tzet-zales- tomó de manera simultánea las alcaldías de
San Cristóbal de las Casas, Ocosingo, Altamirano, Chalán del Carmen
y Las Margaritas con un saldo de por lo menos 11 muertos y decenas de heridos.
Durante el transcurso de ese mismo día, comisionados del autodenominado
Ejército Zapatista de Liberación Nacional, dijeron que su declaración
de guerra es una "medida última pero justa, ya que el pueblo se
está muriendo de hambre y el gobierno no lo escucha". Poco antes,
emitieron un comunicado de prensa en el que anunciaron su determinación
de "avanzar a la capital del país y enfrentar al Ejército
Mexicano, lo que permitirá a los pueblos liberados elegir libre y democráticamente
a sus autoridades".
A partir del día siguiente se registran una serie de enfrentamientos
entre el EZLN y miembros de las fuerzas armadas del país, que culminan
el 12 de ese mismo mes, cuando el presidente Carlos Salinas de Gortari dirige
un mensaje a la nación donde ordena al ejército un cese el fuego
y ofrece la amnistía para "los que acepten la paz y la legalidad".
El mismo 12 de enero el Gobierno mexicano nombra una comisión para la
Paz y la Reconciliación en Chiapas, presidida por Manuel Camacho Solís
y con el obispo Samuel Ruiz como mediador. A mediados de marzo, la catedral
de San Cristóbal es testigo de los intentos de conciliación entre
gobierno y zapatistas. Estos últimos presentan un pliego petitorio, que
no se cumple, por lo que en junio el EZLN rechaza las propuestas del gobierno
para alcanzar la paz.
Inicia aquí una historia de encuentros y desencuentros que el 9 de enero
de 1995 lleva a la identificación de Rafael Sebastián Guillen
Vicente como el Subcomandante Marcos, líder del EZLN, sobre quien se
gira orden de aprehensión; a lo que siguió la firma de los Acuerdos
de San Andrés Larráinzar, en febrero de 1996, que tampoco se cumplen;
la supuesta muerte de Marcos durante el primer semestre de 1998 y el estancamiento
hasta nuestros días de un diálogo que aún no se da y que
mantiene en suspenso el conflicto en Chiapas.
Asesinato en Lomas Taurinas
Cerca de las 10 de la noche del 23 de marzo de 1994 la televisión mexicana
suspendió su programación habitual para anunciar que el candidato
del PRI a la Presidencia de la República, Luis Donaldo Colosio Murrieta,
había sido víctima de un atentado en el barrio de Lomas Taurinas,
en Tijuana, Baja California. Había acudido al lugar a realizar un mitin
proselitista. Testigos presenciales afirmaron que cuando el candidato se retiraba
del lugar se escuchó un ruido parecido al de un cohete y luego Luis Donaldo
cayó de bruces. Segundos después, dos, tres, quién sabe,
de nuevo se volvió a oír el mismo ruido y de la cabeza del candidato
comenzó a brotar una gran cantidad de sangre. En el centro del país,
el reloj marcaba las nueve de la noche con 12 minutos. En Tijuana apenas pasaban
de las siete. Miembros de su cuerpo de seguridad lo trasladaron de inmediato
a su camioneta Blazer y, unos 500 metros más adelante, a una ambulancia
de la Cruz Roja que lo llevó al Hospital General de la entidad. Ahí
fue donde, a las 9:45 de la noche, falleció Luis Donaldo, el candidato
de la unión y la esperanza.
El parte médico indica que Colosio murió víctima de un
paro cardiorrespiratorio irreversible. Todos sabemos que murió por inseguridad.
Esa que no deja rincón libre, esa que permitió que dos balas calibre
38 acabaran con su vida: una en el cráneo y otra en el abdomen. La primera,
mortal. En el mismo lugar del atentado fue detenido un hombre, Mario Aburto
Martínez, de 23 años de edad y originario de Zamora, Michoacán.
Responsable autodeclarado del crimen, resultó positivo en la prueba de
la parafina, por lo que fue trasladado a la cárcel de máxima seguridad
de Almoloya de Juárez, estado de México. Ahí purga los
45 años a los que fue condenado. Aburto aceptó haberle disparado
a Colosio en la cabeza, pero niega ser autor del segundo disparo. De dónde
salió, aún no se sabe... y tal vez nunca se sabrá. Cosas
de la justicia.
Entra en vigor el Tratado de Libre Comercio
Durante el régimen de Carlos Salinas de Gortari se registró una
apertura creciente a los mercados Internacionales, sobre todo hacia Estados
Unidos, país con el que México firmó un Tratado de Libre
Comercio (TLC) del que también forma parte Canadá. Este sentó
las bases para la creación de la mayor zona comercial del mundo, con
360 millones de compradores potenciales y un producto anual de siete billones
de dólares.
El primero de enero de 1994. día en que entró en vigor el TLC,
Estados Unidos desgravó 7 mil 300 productos contra 5 mil 900 de México;
además, se informó que en un lapso de 15 años se eliminarán
de manera gradual los aranceles de productos para el intercambio comercial.
Si bien este acuerdo era una idea muy interesante, eso no obstó para
que a su alrededor se levantaran una serie de opiniones a favor y en contra.
Para algunos la libre competencia ofrecía la posibilidad del desarrollo
nacional mediante el intercambio vigoroso y múltiple de mercancías
en nuevos mercados. Para otros, México se convertiría simplemente
en suministrador de materia prima y mano de obra barata y, a la larga, en consumidor
de productos extranjeros en perjuicio de las empresas mexicanas, que se verían
desplazadas.
A cinco años de distancia, los resultados del TLC son los siguientes:
México registra un incremento en el flujo de productos extranjeros y
provoca el desplazamiento de la producción nacional, el cierre de empresas,
la falta de empleos y la conversión de un país productor a maquilador.
1995
La emboscada en Aguas Blancas
El 28 de junio de 1995 un grupo de campesinos integrantes de la Organización
Campesina de la Sierra (OCSS) fueron emboscados y masacrados a su paso por el
vado de Aguas Blancas, municipio de Coyuca de Benítez en el estado de
Guerrero por cientos de elementos de la policía motorizada bajo las órdenes
del gobernador, Rubén Figueroa y del general Mario Arturo Acosta Chaparro.
El saldo del altercado fue un total de 17 campesinos perredistas masacrados
y 21 gravemente heridos.
Los campesinos se dirigían a Chilpancingo para exigir que se presentara
con vida a Gilberto Romero Vázquez, dirigente y asesor de la OCSS de
quien se desconocía su paradero desde que fue detenido el 24 de mayo.
También solicitaban solución a las demandas agrarias, introducción
de agua potable, construcción de escuelas y clínicas, caminos,
protección de recursos naturales de las comunidades y mejores precios
a los productos agropecuarios.
Las versiones oficiales de los hechos se contrapusieron a las difundidas por
la Comisión Nacional de Derechos Humanos, pues según Figueroa
sólo asistieron al lugar 10 policías enviados por él a
dialogar con los campesinos.
La Red Nacional de Organismos Civiles de Derechos Humanos pudo confirmar la
información difundida por el CNDH y agregó que días antes
de la matanza hubo varios testigos que vieron al General Acosta Chaparro, quien
había sido identificado por organismos de derechos humanos como el principal
responsable de la represión en Guerrero en la década de los 70
y quien ocupó el cargo de director de la Policía Judicial del
estado en el gobierno de Rubén Figueroa padre.
También fueron vistos Rubén Armijo de los Santos ex subsecretario
de Seguridad Pública y Rubén Robles Catalán ex secretario
general de Gobierno.
Figueroa aseguró que el altercado entre ambos bandos se debió
a que los campesinos hostigaron a la policía y que de hecho existía
un video en el que se veía que eran éstos quienes habían
iniciado el tiroteo (La Red aseguró que estas pruebas fueron fabricadas),
sin embargo ningún policía murió y sólo uno sufrió
heridas de machete.
Por otra parte hubo denuncias de varias personas que presenciaron el momento
en que algunos campesinos fueron rematados con el tiro de gracia.
La masacre llamó la atención de la opinión pública
internacional quien condenó la acción del gobierno al no aclarar
los hechos y permitir que en Guerrero, al igual que en otros estados se cometieran
asesinatos políticos.
El CNDH denunció que de 1988 a 1997 se habían asesinado a más
de 600 campesinos.
1996
El despertar del Popocatépetl
Durante la primera quincena de marzo de 1996, negras y densas nubes de vapor
y cenizas cubrieron perceptiblemente varias comunidades de los estados de México,
Puebla y Tlaxcala provocando alarma entre sus habitantes y autoridades, que
de inmediato ordenaron poner la "alerta amarilla" ante la probabilidad
de que hiciera erupción el volcán Popocatépetl. Don Gregorio,
como le dicen los habitantes de las comunidades ubicadas en las laderas, había
mostrado su furia a partir del 6 de marzo, cuando lanzó tres fuertes
explosiones acompañadas de fumarolas y de gases tóxicos, vapor
de agua y cenizas, las cuales se esparcieron en un radio de más de ocho
kilómetros. El Popocatépetl es un volcán permanentemente
activo. En la época prehispánica hizo erupción por lo menos
en cuatro ocasiones (1347,1354,1363 y 1509), ocho en el siglo XVI (1519, 1530-39,
1540, 1542-43, 1548, 1571, 1590 y 1592), seis en el siglo XVII (1642, 1663,
1664, 1665-66, 1667 y 1697), dos en el XVIII (1720 y 1790). uno en el XIX (1804)y
durante este siglo se mantuvo en erupción de 1919 a 1922 y, más
tarde, en 1926.
A principios de los noventa el volcán retomó su actividad, pero
fue en este marzo, así como el 21 de diciembre de 1994 y el 30 de junio
de 1997 cuando registró un mayor incremento en relación con los
niveles normales. La emisión de cenizas alcanzó no sólo
los mencionados estados de México, Puebla y Tlaxcala, sino que también
llegó al Distrito Federal y Morelos.
1997
Las elecciones Federales
El 6 de julio de 1997 la Cámara de Diputados se partió en tres
y el PRI perdió las elecciones en la ciudad más importante del
país.
Al concluir la jornada electoral, Cuauhtémoc Cárdenas, virtual
primer Jefe de Gobierno del Distrito Federal, arribó al Zócalo
ahora como vencedor, para reunirse con unos ciudadanos que, por primera vez,
ejercen plenamente su derecho a elegir a sus gobernantes. Quedaron atrás
las marchas y plantones para exigir el respeto al voto y el reconocimiento de
que la oposición podía ganar. Y ganó.
A nueve años de que la falla en el sistema de conteo electoral pusiera
en duda su derrota ante el PRI, Cárdenas y su partido se llevaron un
carro casi completo, la asamblea legislativa será de mayoría perredista.
Ahora el PRI es oposición.
En las elecciones para la cámara baja el panorama no es muy distinto.
Por segunda vez en este siglo, habrá una legislatura pluripartidista.
El poder se repartirá entre los tres partidos más importantes
y ninguno por sí mismo puede ser mayoría. En el congreso se tendrá
que aprender a negociar.
La LVII Legislatura tendrá 239 diputados del PRI, 125 del PRD, 121 del
PAN, ocho del Partido Verde y siete del Partido del Trabajo. Por su parte, en
la Cámara de Senadores el PRI conserva la mayoría.
En Querétaro, el priísta Fernando Ortiz Arana ha sufrido una derrota
sorprendente. Hasta el mes pasado todos los sondeos aseguraban su triunfo, pero
comenzaron a cambiar con la cercanía de las elecciones, finalmente el
PAN se llevó el triunfo con su candidato Ignacio Loyola.
El juego de la democracia incluyó también a los niños,
quienes a la par de sus mayores votaron durante la primera elección infantil
de la historia del país, no por un candidato, sino por sus derechos,
porque ellos saben que los tienen.
El panorama en los medios de comunicación es distinto al de hace 10 años,
los candidatos opositores ya no son invisibles, y la Bolsa Mexicana de Valores
ha seguido su tendencia a la alza.
La masacre de Acteal
Mientras rezaban por la paz, 45 indígenas tzotziles, en su mayoría
mujeres y niños, simpatizantes del Ejército Zapatista de Liberación
Nacional fueron asesinados el 22 de diciembre en la comunidad de Acteal, en
el municipio chiapaneco de Chenalhó.
Las víctimas, que formaban parte del grupo de desplazados denominado
"Las Abejas", comenzaron a recibir disparos desde menos de 10 metros,
mientras estaban de rodillas. Algunos corrieron por el monte pero fueron alcanzados,
e incluso hubo quienes recibieron tiro de gracia.
Los sobrevivientes, que debieron esperar varias horas para buscar ayuda, señalaron
que la agresión fue perpetrada por el grupo de filiación priísta
llamado Máscara Roja, armados con rifles calibre .22 y AK-47 conocidos
como cuernos de chivo, cargados con balas expansivas.
A pesar de que un grupo de policías estatales se encontraba a 200 metros
del lugar montaña abajo, no intervino para evitar los asesinatos, como
tampoco lo hicieron los integrantes del ejército que se encontraban en
la zona. De acuerdo con diversos testimonios, la balacera comenzó alrededor
de las 10:30 y la Secretaría de Seguridad Pública arribó
al sitio a las 17 horas.
Fue hasta el 26 de diciembre cuando se consignó a 18 personas acusadas
de haber participado en la masacre. Ante los hechos, el secretario de Gobernación,
Emilio Chuayffet Chemor negó que el Gobierno Federal tuviera alguna participación
en esos acontecimientos, "así sea por omisión", pero
el 3 de enero de 1998 fue relevado por Francisco Labastida Ochoa.
1998
El FOBAPROA
El Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa) fue oficialmente
creado por el Gobierno federal en 1990, para dar cumplimiento a lo que establece
la Ley de Instituciones de Crédito. Su antecedente más próximo
fue el fideicomiso creado en 1981, cuando se modificó dicha ley, sin
embargo, debido a la expropiación bancaria de 1982, nunca entró
en operación.
La función y objetivo para el que fue creado el Fobaproa fue para evitar
que los problemas financieros puedan impedir a las instituciones bancarias cumplir
con sus obligaciones con los ahorradores.
Ante esta insuficiencia, el gobierno federal se vio en la imperiosa necesidad
de respaldar al Fobaproa mediante la garantía de la deuda que éste
emitió, a fin de que estuviera en posibilidades de cumplir el propósito
para el que fue creado.
Desde los primeros días de la crisis en 1995, una combinación
de factores, tales como los súbitos incrementos de las tasas de interés,
la pronunciada caída del ingreso de la población, la gran cantidad
de adeudos con documentación y garantías notoriamente deficientes,
la cancelación de los recursos que llegaban del exterior y una palpable
situación de incertidumbre y desaliento que prevalecía en el país
mostraban claramente a los ojos de todo el mundo, el riesgo inminente de una
quiebra generalizada de la banca nacional.
Cabe aclarar que ante estas circunstancias, el gobierno enfrentaba dos alternativas:
o permitía la quiebra de los bancos o echaba mano de todos los recursos
posibles para mantenerlos en operación.
Para evitar el colapso del aparato productivo y la pérdida masiva de
empleos, la única vía era actuar rápidamente y evitar así
la quiebra del sistema bancario, el Gobierno federal emprendió acciones
para salvaguardar la operación del sistema bancario del país,
proteger el ahorro de los mexicanos y, sobre todo, salvaguardar la planta productiva,
la economía en su conjunto y a millones de empleos.
El costo del Fobaproa al 30 de junio de 1999, se ubica en 873 mil 100 millones
de pesos, equivalente al 19.3 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB). Sin
embargo ya se han cubierto 140.9 mil millones de pesos, por lo que el monto
pendiente es de 732 mil 200 millones que representa el 16.2 por ciento del PIB.
1999
El paro en la UNAM
En defensa de la educación gratuita y para responder a un alza de cuotas
impuesta por el rector Francisco Barnés de Castro, el 20 de abril de
1999 centenares de estudiantes de la UNAM colgaron las banderas rojinegras en
los 36 planteles educativos de la institución para dar inicio al paro
de actividades más prolongado de este siglo en la más importante
universidad de México.
El movimiento estudiantil, representado por el Consejo General de Huelga (CGH),
protagonizó a partir de entonces una historia de confrontaciones entre
la propia comunidad universitaria, la más numerosa del país (500
mil personas), que incluyó daños a un mural de David Alfaro Siqueiros
(23 de julio), una convocatoria en Internet para recuperar las instalaciones
universitarias (23 de agosto), una marcha que terminó con el lanzamiento
de varios petardos (24 de agosto) y otra en Periférico sur donde se registró
un enfrentamiento con granaderos (14 de octubre), además de la consignación
de estudiantes ante el Tribunal Universitario y la intromisión de organizaciones
sociales.
Para octubre, el Consejo General de Huelga afirma que la única alternativa
para solucionar el problema es la renuncia del rector, que se da el 12 de noviembre.
Siete días después lo habría de suceder en el cargo Juan
Ramón de la Fuente, quien promete hacer respetar la autonomía
y utilizar la tolerancia y la razón para generar consensos encaminados
a restaurar la vida académica e institucional de la Universidad.
Sin embargo, pese a la restauración del diálogo con los paristas,
diciembre pasa y la solución del conflicto no llega.
Las peores inundaciones del siglo
Este año en México llovió sobre mojado. La temporada de
lluvias inició casi un mes antes de lo previsto debido a la tormenta
número 11 y con ello los pequeños charcos en las viviendas se
convirtieron en cuerpos de agua que dejaron el techo como único refugio
a sus pobladores.
Ríos muy caudalosos como el Bravo, el Tulancingo, el Papaloapan o el
San Lorenzo se desbordaron; varios cerros sepultaron a un gran numero de viviendas,
las poblaciones quedaron incomunicadas debido a los derrumbes en 15 tramos carreteros.
El desastre sumó un total de 180 mil municipios afectados, 360 personas
fallecidas y 315 mil 94 damnificados en Puebla, Hidalgo Tabasco y Veracruz.
El 72 por ciento de los municipios dañados son considerados por el Gobierno
federal como de pobreza extrema, por lo que el presidente Ernesto Zedillo reconoció
que fue la peor tragedia de la década.
En Veracruz los niveles del agua alcanzaron en algunas entidades los ocho metros
de altura, la falta de comunicación por cualquier otra vía provocó
que las autoridades municipales enviaran un SOS vía Internet solicitando
ayuda al gobierno del estado.
De igual forma se estableció un sitio denominado www.teziytlan.com.mx
y otro www.hidalgo.gob.mx para dar informes sobre las necesidades, centros de
acopio y la lista de personas en los albergues.
Uno de los Centros de Adaptación del estado de Tabasco resultó
también seriamente inundado, lo que provocó que los reos se rebelaran
en demanda de colchonetas, alimento, libertad para permanecer en las azoteas
y no entre sus celdas encharcadas.
De los mil 149 reos 729 fueron reubicados en distintos penales tras un altercado
en el que murieron nueve reclusos.
Hidalgo recibió en 24 horas la lluvia equivalente a todo un año
y con el desbordamiento de los ríos también se tuvo que evacuar
una clínica del Seguro Social y 15 albergues lo que ocasionó que
el 70 por ciento de la zona urbana se inundara.
Para colmo de males Oaxaca sufrió un terremoto de 7.4 grados en la escala
de Richter el 1° de octubre en el que se afectaron cerca de 6 mil casas
y 31 personas perdieron la vida. La lluvia causó nuevos estragos: 10
muertes además de tres mil 255 construcciones dañadas.
Doce comunidades chiapanecas se quedaron sin servicio de agua entubada y aisladas
por el derrumbe de cerros, además se registró una pérdida
de dos mil sembradíos de plata no, ajonjolí y maíz.
La sociedad civil de distintos puntos de la República organizó
centros de acopio en escuelas, iglesias y distintas organizaciones sociales
para poder enviar tanto víveres como ropa y medicamentos, sin embargo
las tonelada que se lograron reunir resultaban insuficientes sobre todo por
que no había manera de hacerlas llegar a algunas zonas.
La Organización Cáritas Estados Unidos donó 100 mil dólares,
la Organizaciones de Naciones Unidas ofreció su apoyo al presidente Zedillo
quien lo rechazó de primer momento, y finalmente lo aceptó; por
su parte la Cámara de Diputados aportó 12 millones de pesos.
El último escenario
Cuando el siglo termina México enfrenta una nueva realidad: once partidos
políticos, de diversas tendencias, orígenes y peso real, intervienen
en la lucha por la Presidencia de la República, cuyo proceso electoral
culminará en julio del ano 2000. Si la finalidad y destino de toda revolución
no es sino una redistribución del poder, la actual circunstancia mexicana
-al menos en lo electoral- es la última fase de ese cataclismo armado-social-político
que en momento de exaltación nacionalista fue llamado el primer movimiento
social del siglo XX y que como todos los que la sucedieron en el convulso mundo
contemporáneo, terminó la centuria siendo algo muy distinto a
lo inicialmente propuesto: la Revolución Mexicana, con mayúsculas
si se pudiera doradas.
La dictadura de Díaz tuvo eficacia y permanencia porque se sustentaba,
entre otras cosas, en un conocimiento absoluto de la condición nacional:
la exaltación de la figura autoritaria patriarcal, de los Tlatoanis a
los emperadores; de las Altezas Serenísimas odiadas y recuperadas, del
patricio impasible al respetuosísimo Don Porfirio, los mexicanos hallaron
la condición suficiente para ver a quién seguir sin importar lo
pedregoso del sendero.
La Revolución buscó -y logró- una homogenización
ciudadana, ya que nunca logró hacerlo ni étnica ni social ni culturalmente.
La igualdad jurídica y su reconocimiento pleno y su vigencia, son quizá
los mayores logros de este siglo.
Y en poco tiempo, el fomento de la participación política, la
incursión en la vida pública, la militancia abierta, el compromiso
proclamado, son una corriente implacable. Del país del caudillaje ensangrentado,
al de las instituciones controladas por el cerebro del Partido, México
derivó en una nación de concurso político. El PRI que perdió
la gubernatura de Baja California en 1989 y le dio entrada a la posibilidad
de alternancia -o alternatividad, como dice Felipe González-, y cuya
derrota fue casi festejada por el entonces presidente del Comité Ejecutivo
Nacional, Luis Donaldo Colosio, no existe más.
En el último quinto del siglo se cerró el círculo que comenzó con la demolición del porfiriato. La prolongada etapa de un partido que dada su ubicuidad parecía no serlo, sino asemejaba más un gran sistema de distribución, también se ha ido. El próximo año, aun cuando gane, como es previsible, el PRI tendrá que comenzar su transformación real, no su interminable labor de maquillaje. Aun cuando estén fragmentados y dependientes, a pesar de que su nacimiento y organización dependen más de ansias personalistas, los pequeños partidos nacidos al amparo de la modernidad, existen y representan -en conjunto- una fuerza nada desdeñable en la evolución de la vida mexicana.