Jugando con las canciones
 



En este capítulo te daremos ideas para jugar con las canciones de distintas maneras. Recuerda que son sólo sugerencias. Lo mejor será que tú y los niños inventen más formas de divertirse con ellas. Lo importante es abrir la puerta de la imaginación y de la creatividad.

 
 
 
Pero antes queremos darte algunos consejos. Ojalá te sirvan.

Cuando cantemos con los niños, lo mejor es que cantemos suavecito, sin gritar (a menos que estemos jugando así con la canción). Es bueno cantar bajito para que los niños escuchen su propia voz, las de sus amiguitos, disfruten la melodía de las canciones y reflexionen acerca de lo que están cantando.  
 
Aunque no seamos muy entonados o nos
cueste trabajo llevar el ritmo, podemos
encontrar la forma de desarrollar en los niños la sensibilidad, el gusto y el aprecio por la música. No necesitamos ser un modelo que se deba imitar. Si no nos animamos a cantar, podemos ayudarnos de
una grabadora o de los niños que les guste cantar.

Si un niño no canta entonado, o desafina, nunca debemos avergonzarlo o comentarlo
delante de los demás niños.
 
 
Jugando con las manos

Podemos representar lo que dicen las canciones de diferentes maneras:
por ejemplo, haciendo movimientos con nuestras manos.

Para fomentar la creatividad de los niños,
debemos invitarlos a que ellos mismos inventen esos gestos o movimientos. Al principio quizás no se les ocurra nada; entonces podemos sugerirles algo, hasta que comiencen a surgir sus propias ideas. Y para animarles a inventar movimientos podemos hacerles algunas preguntas como: ¿de qué manera podemos hacer como Huitzi, Huitzi, la arañita?… ¿y la lluvia?… ¿cómo hacernos las orejas de Pedro Conejito?… y así sucesivamente. Podemos empezar con movimientos sencillos y, poco a poco, junto con los niños, inventar más y más movimientos para acompañar las canciones.
 
 
En las canciones con movimientos resulta muy divertido jugar con la velocidad, pues los movimientos tienen que ir a la par de la canción. Por ejemplo, cuando la canción es cortita, la cantamos a la velocidad normal la primera vez, acompañándola de sus movimientos. La segunda vez la cantamos un poco más rápido. Y claro, los movimientos también los vamos acelerando. Y así le seguimos hasta que de tan rápido nos hacemos puras bolas y nos morimos de la risa. O podemos cantarla lento, haciendo los gestos lentos también.
 
Y no sólo con la velocidad. También podemos jugar con el volumen:
 
Si cantamos fuerte la canción, podemos hacer grandes gestos; si la cantamos quedito, los hacemos chiquitos. Algo que les gusta mucho a los niños es cantar "muditos", es decir, moviendo la boca como si cantáramos pero sin hacer ningún sonido.
Los movimientos de las manos serán la única guía para saber en qué parte de la canción estamos.
¡Prueba y verás qué bien resulta!
 
 
En las siguientes siete canciones te vamos a dar ideas para que las acompañes moviendo las manos. Recuerda que son sólo sugerencias. Tú puedes inventar muchas más.
 
La casita
Yo tengo una casita que es así y así,
Y cuando sale el humo hace así y así,
Y cuando quiero entrar yo golpeo así, así,
Me rasco las rodillas, así, así, así
1
2
3
4
 
 
   
1. En el primer “así”
ponemos las manos en posición vertical como si fueran las paredes de la casa.
  Y el segundo “así” en posición diagonal (como si fuera el techo).  
2. Las manos,
ligeramente
separadas, ondula hacia arriba.
 
 
3. Tocamos con el puño una puerta imaginaria.
     
4. Nos rascamos las rodillas. Este último verso se puede sustituir por otros que sugieran los mismos niños: (saludo a mis amigos, me sobo la pancita, etcétera).
 
Jugando al teatro con las canciones
 
La chivita
 
Este juego nos lo sugirió una promotora de educación de Quintana Roo. Entre todos decidimos quién va a representar a cada uno de los personajes que aparecen en la canción (chivita, lobo, palo, fuego, etcétera).
 
Formamos una ronda. Lo mejor es que nos coloquemos según nos toque “aparecer” en la canción, para que al final formemos entre todos una cadena.
 
El que hace de “chivita” pasa al centro del círculo y se sienta.

Todos cantamos la canción:

Sal de ahí, chivita, chivita,  
sal de ahí, de ese lugar.
1
Vamos a llamar al lobo,
para que saque a la chiva,
vamos a llamar al lobo
para que saque a la chiva.
2
El lobo no quiere sacar a la chiva,
la chiva no quiere salir de ahí.
3
Sal de ahí, chivita, chivita,
sal de ahí de ese lugar.
4

 

 
.
En (1) todos cantan desde su lugar, señalando a la chivita con el dedo. La chivita dice que no con el dedo y la cabeza.

 

En (2) la ronda comienza a girar. Al final de la estrofa la ronda se detiene; el “lobo” da unos pasos adelante y dice que no con mímica.  

En (3) la ronda vuelve a girar



 

En (4) todos señalamos con el dedo a la “chivita” desde nuestro lugar.  

Así vamos haciendo todos los personajes de la canción. Al final, cuando Dios dice que sí
quiere sacar a la chiva, éste jala al diablo, eldiablo jala al hombre, el hombre al burro y, así,
uno tras otro, hasta que entre todos forman una cadena y sacan a la chiva.
 
Otras canciones que te pueden servir para hacer “teatro musical” son:
Don Gato, El casamiento del piojo y la pulga, Pasteles de lodo y Papá Elefante.

 
Titereteando con canciones

¿Te gustan los títeres? ¿Habías pensado alguna vez que ellos también pueden cantar y moverse al ritmo de la música?

Hay muchas canciones con las que puedes
armar una pequeña obra con títeres.

Puedes hacer tus muñecos de muchas formas. Te proponemos una que no te va a llevar mucho tiempo: dibuja sobre cartón a tus personajes, los recortas y los pegas en un palito lo suficientemente largo como para que puedas manejar el títere sin que se te vea la mano. El siguiente paso será ensayar a cada personaje y mover el palito al ritmo de la música.
 
 
¿Por qué no representas con tus amigos
El casamiento del piojo y la pulga? Tienen que hacer los títeres del piojo, la pulga, la hormiga, el lobo, el mosquito, la araña, la rana, la mona, la gata y el ratón. Cada uno puede agarrar uno de estos personajes. Podrían enriquecer la obra si hacen también en cartón algunos adornos,
por ejemplo, los árboles, un estanque, un cerro, una telaraña.
 
Si te pareció bonita la idea de usar los títeres para jugar con las canciones puedes probar con éstas: Las verduras, Caminito de la escuela, La rana, La chivita, La canción de los números, etcétera.  
 
Jugando con las palabras
 
A) Cambiando la letra

Otra cosa que podemos hacer para jugar con las canciones es cambiar algunas palabras, o también inventar nuevas estrofas. Incluso podemos cambiarle toda la letra y hacer una canción completamente nueva, con la misma música.
 
En la canción Hay un hoyo, por ejemplo, podemos cambiar sólo los objetos que están “en el hoyo” por otros nuevos (pueden ser animales de mar u otras cosas para que resulte más chistoso). Es decir, en lugar de piedra, rana, mosco, mosca, palo y pelo, “metemos en el hoyo” un bollo, un rollo, un callo, un gallo y un rayo.
 
La canción quedaría así:
 


Hay un hoyo en el fondo de la mar,
hay un hoyo en el fondo de la mar,
hay un hoyo, hay un hoyo,
hay un hoyo en el fondo de la mar.

Hay un bollo en el hoyo en el fondo de la mar,
hay un bollo en el hoyo en el fondo de la mar,
hay un bollo, hay un bollo,
hay un bollo en el hoyo en el fondo de la mar.
 
 
Y así sucesivamente hasta llegar a la última estrofa, que quedaría así:
 
Hay un rayo en el gallo, en el callo, en el pollo,
en el rollo, en el bollo en el hoyo,
en el fondo de la mar,
hay un rayo en el gallo, en el callo, en el pollo,
en el rollo, en el bollo en el hoyo,
en el fondo de la mar,
hay un rayo, hay un rayo,
hay un rayo en el gallo, en el callo, en el pollo,
en el rollo, en el bollo en el hoyo,
en el fondo de la mar.
 
 
También podemos cambiarle gran parte de la letra a las canciones. Mira cómo quedó la canción Los diez perritos después de que un grupo de promotores de educación de Campeche jugara con ella de esta forma:
 
Yo tenía diez chivitos, yo tenía diez chivitos,
uno casi no se mueve, ya nomás me quedan nueve.
De los nueve que quedaban, de los nueve que quedaban,
uno se puso colocho, ya nomás me quedan ocho.
De los ocho que quedaban, de los ocho que quedaban,
uno se cortó el cachete, ya nomás me quedan siete.
De los siete que quedaban, de los siete que quedaban,
uno se quebró los pies, ya nomás me quedan seis.
De los seis que me quedaban, de los seis que me quedaban,
uno se quedó bien bizco, ya nomás me quedan cinco.
De los cinco que quedaban, de los cinco que quedaban,
uno se cayó de un potro, ya nomás me quedan cuatro.
De los cuatro que quedaban, de los cuatro que quedaban,
uno se tragó una nuez, ya nomás me quedan tres.
De los tres que me quedaban, de los tres que me quedaban,
uno quiso ver a Dios, ya nomás me quedan dos.
De los dos que me quedaban, de los dos que me quedaban,
uno se fue pá Neptuno, ya nomás me queda uno.
A ese uno que tenía, a ese uno que tenía,
Le dieron una patada, y ya no me quedó nada, nada, nada
 
 
Otra posibilidad de jugar con la letra de las canciones es añadirles nuevas estrofas. ¿Qué te parece si a Todo lo que tengo le inventamos una nueva estrofa con otras partes del cuerpo?
Podría quedar así:
 
Todo lo que tengo
lo tengo para ser mejor
si lo aprovecho
voy a ser muy feliz.


(nueva estrofa)

Rodillas y codos,
y unas manos para saludar,
y también la cintura
que muevo para bailar
 
 
B) Cambiando vocales o consonantes
 
Si quieres seguir haciendo travesuras con las canciones puedes cambiar todas las vocales y cantar sólo con una de ellas. Por ejemplo, si cantamos la canción de Tengo una muñeca con pura i la cantaríamos así:
 
Tingui ini miñiqui vistidi di izil,
quin sis zipititis y si miñi izil,
Li lliví il mirquidi i si mi quinstipí,
li tingui in li quimi quin michi dilir.


O también puedes cantar cualquier canción
con una sola consonante (con pura p, por ejemplo).
 
 
C) Cantando con eco
 
¿Alguna vez has escuchado el eco? ¿Te has fijado que en algunos lugares en las montañas, en un cuarto vacío, etcétera– la voz choca y se regresa, repitiendo el final de las palabras?
 
Pues con las canciones podemos jugar al eco repitiendo el final de cada verso. La canción de Debajo de un botón es un buen ejemplo de cómo jugar al eco. Pero con cualquier canción lo podemos hacer: por ejemplo, la canción de Las hormigas la podríamos cantar así:
 
Las hormigas van de paseo, eo, eo, eo
van y van parabam bam bam, bam bam, bam
Por la calle arriba, iba iba iba
Por la calle abajo, ajo ajo ajo
Hoy no quieren trabajar, jar jar, jar.
 
Para que sea más divertido, unos niños pueden cantar la canción con su letra normal y otros solamente el eco.
 
 
Cantando por turnos
 
¿Has oído cantar a un dueto, o a un trío, o a un coro? Un dueto es cuando dos personas cantan, un trío es cuando cantan tres y un coro es cuando cantan ¡un montón! ¿Te fijas que no siempre cantan todos al mismo tiempo? Pues tú con tus amigos puedes hacer lo mismo. De esto
vamos a platicar ahora. Hay varias formas de cantar por turnos; las vamos a ver una por una.
 
 
Hay canciones que por la forma en que están hechas se prestan mucho para cantarlas entre dos grupos o un niño y el resto del grupo.

En Debajo de un botón, por ejemplo, un equipo canta sólo los versos que acaban en “ton”, y el otro equipo sólo los que acaban en “tin”. O un equipo canta los versos y otro sólo los ecos finales: ton ton y tin tin.
 
 
Otras canciones que sirven para cantar entre dos grupos son: Las manos, Hay un hoyo, La rana, La canción de los números y muchas más.  
 
 
Otra forma de cantar por turnos es enlazándose,
es decir, cada niño va cantando un verso, sin
perder el ritmo de la canción. En Los números y
La canción de los números, esto puede resultar
muy divertido.Por ejemplo: un niño canta El uno
es un palito
y el que está a su derecha continúa
el dos es un ganchito, y así continúan uno por uno
hasta terminar la canción.
 
 
En canciones más largas, lo que podemos hacer es turnarnos las estrofas de la canción, no los versitos.
 
La tercera forma de jugar con las canciones es sumándose, es decir, que cada vez que vayan cantando más niños. Empieza un niño cantando solo el primer verso; se agrega otro niño en el segundo, otro más en el tercero, y así sucesivamente, hasta que ya todo el grupo está cantando.
 
Por ejemplo, en la canción de Los números, Juanita, que sería la número 1, canta:
Soy uno cuando estoy solo; se le une Vicente y los dos cantan: Y dos si tú estás
conmigo
; se les une Pancho y los tres cantan: Somos tres, si somos dos y viene
algún otro amigo.
Y así se van uniendo más niños, hasta que diez niños juntos terminan
cantando la canción.
 
 
 
 
La cuarta forma que vamos a ver se llama
canon. No cualquier canción te sirve para jugar así. Sólo algunas, como Martinillo. Un niño o un grupo empieza a cantar y en el momento oportuno comienza el otro desde el principio. El truco consiste en apegarte a lo que estás cantando, mientras tus amigos cantan una parte diferente de la canción. Y así cada grupo va repitiendo la canción cuantas veces quiera, pero de corridito, sin detenerse al final. ¡Prueba y verás qué bonito se oye!
 
 
Ejemplo: