Armando la orquesta
 
Bueno, ya bailamos, cantamos y nos divertimos jugando con la música. Ahora estamos listos para armar la fiesta en grande ¡con todo y orquesta! ¿Qué dices? ¿Qué los instrumentos están muy caros? ¡Pero no se trata de comprarlos! La idea es
construir nuestros propios instrumentos.

Tambores, maracas, güiros, cascabeles: todos estos instrumentos, y muchos más están esperando que los fabriques.
 
 
 
En tu casa, en la naturaleza y en la basura, podrás encontrar muchas cosas con las que
puedes hacerlos: palitos, botes, cajas, semillas, fierros, botellas… Sólo tienes que estar muy atento para descubrir todo lo que te puede servir. Si te pones listo pronto tendrás una orquesta completa formada por instrumentos hechos en casa.
 
Algunos instrumentos no necesitan ninguna
elaboración. Por ejemplo: en un instante
puedes armar con tus amigos ¡una orquesta de piedritas! Haciendo sonar cada quien dos piedritas pequeñas verás qué bonito acompañamiento podrán darle a muchas canciones.
 
O con las vainas secas de los árboles llamados “tabachines” ya tienes unas buenas maracas para acompañar tus bailes. Dentro de la vaina hay semillas que cuando se mueven producen un sonido muy lindo.

Ahora sí: ¡manos a la obra! Aquí te damos
algunas ideas, pero tú y los niños podrán
fabricar muchos otros instrumentos que ustedes inventen.
 
 
Instrumentos que se sacuden
 
Busca, cajitas, latas o botes de plástico que sean fáciles de sostener y que cierren bien. Mete dentro piedritas, frijoles, sopa de pasta, arroz o lentejas. Agítalas como maracas al ritmo de la música.
 
 
También puedes usar bolsas de papel. Llénalas con frijoles y amárralas con estambre. Si decoras las bolsas te uedarán unas maracas muy bonitas.

Con un periódico puedes hacer unos mechudos. Corta el papel en tiras dejando un extremo sin cortar. Enróllalo, ponle una cuerda en un extremo para que no se te desenrolle y sacúdelo. ¿Verdad que suena
lindo? Mientras más tiritas tenga, más fuerte sonará. También puedes usar bolsas de plástico.
 
 
.  
 
Puedes fabricar unos cascabeles con tapas de refresco aplanadas y ensartadas en un alambrito. (Puedes colgártelos de la falda o del pantalón y moverte para que suenen. Así
podrás tocar al mismo tiempo otro instrumento).
 
También con tapas de refresco puedes
hacer un sistro. A un palo de madera le
clavas varios clavos con dos o tres
corcholatas en cada uno.

Debes dejar un espacio de unos cuantos
milímetros entre la cabeza del clavo
y las corcholatas para que éstas tengan
movimiento.
 
 
Si a los globos les metes un poquito de arroz, conseguirás un sonido muy bonito,
parecidos al de la lluvia.
 
 
Instrumentos que se frotan
Puedes hacer un güiro (o rascador) frotando una botella que tenga surquitos
con un lápiz, un peine o con un palito.

También lo puedes hacer tallándole unos surcos a un palo de madera, o haciéndole
ranuras a un bote de plástico.

Frotando dos hojas de papel entre sí, podrás conseguir un sonido interesante.
 
 
 
Instrumentos que se golpean
Puedes hacerte unas claves,
con dos palitos pequeños
(cortando un palo de escoba
viejo puedes sacar varios).
 
 
Con cajas de cartón, latas, cubetas o cacerolas rotas puedes hacer muy buenos tambores. Prueba todos estos objetos y elige el que produzca el sonido que más te guste. Lo puedes golpear con tus manos, con las uñas, con un palo de madera o un pedazo de fierro.

A una lata vacía le puedes poner un
parche de plástico o hule, sostenido con una liga o un cordón, ¡y ya tienes un tambor!
 
 
Con cáscaras de coco puedes hacer un tambor o unos platillos. Para hacer el tambor, asegúrate de que el borde de la mitad de un coco esté listo. Puedes pasarle una lija. Después, consigue el globo más grande que puedas, corta la parte por donde lo inflas y deséchala: estira la otra
parte sobre la cáscara del coco. ¡Listo! ¡Un
bongó de coco! Para hacer los platillos necesitas dos mitades (que no estén agrietadas para que suenen bonito). Sólo golpea los lados redondos para lograr un sonido grave. Es mejor si quitas el "pelo" de la cáscara del coco.
 
 
También puedes conseguirte unos platillos con dos tapas de cacerolas o dos tapas de botes de leche en polvo.

Y te puedes inventar unas "castañuelas" doblando tapas de refresco de modo que entren en las yemas de tus dedos y golpeándolas entre sí.

O puedes fabricarte unas campanas colgando del techo, con un cordón, objetos de metal y golpeándolos con un fierrito o una cuchara de metal.
 
 
¿Te gusta la marimba? ¡Pues haz una con botellas! Consigue ocho botellas de vidrio iguales. Llena cada una con diferentes niveles de agua para que cada una produzca sonidos distintos al golpearla
con una cuchara de metal o un fierrito. Entre más agua tenga la botella, el sonido será más grave. Experimenta con niveles de agua hasta que puedas tocar en tu marimba tus canciones favoritas.
 
 
 
Instrumentos que se soplan
Apoya contra tu barbilla la tapa de una pluma con la abertura para arriba. Sopla.

Toma un pedacito de papel plateado (con el
que envuelven los chocolates), una hoja de
árbol o un pedacito de plástico flexible, estíralo bien, ponlo ante tus labios. Coloca tu boca como para sonreír y sopla.

Haz tu trompeta con un tubo de cartón.
Puedes usar un tubo de papel de baño o un
pedazo de cartulina enrollado. Canta con la
boca bien pegada al tubo. ¡No te olvides de
decorar tu trompeta!
 
 
 
Instrumentos que se jalan
Busca una caja de cartón, metal o plástico sin tapadera y una o varias ligas. Ajusta la liga alrededor de la caja. Jala la liga. ¿qué te parece el sonido que produce? Si consigues ligas de diferente ancho, veras cómo cada una suena diferente.  
Puedes hacerte una guitarra con una tabla y unas ligas. Cualquier tabla de sesenta centímetros de largo, aproximadamente, te sirve.

Coloca tres o cuatro clavos a unos cuantos
centímetros de los extremos. Alinea cada clavo con los de la hilera y con los que están en el otro extremo de la tabla. Para hacer un puente clava y pega una pieza rectangular de madera, de 4x10 cm más o menos, a lo ancho de la tabla (pon pegamento en la parte inferior del puente y clávalo en la parte de atrás). Para tener una magnífica guitarra encuérdala con las ligas de hule.

Con varias ligas de hule y una lata de leche puedes hacer una arpa. Sólo coloca ligas de diferentes tamaños a lo largo de cada lata asegurándote de que no se toquen entre sí. Si quieres, inserta una regla de 30 cm como puente. Después toca con los dedos el arpa para buscar los mejores sonidos.

Los diferentes grosores de las ligas crearán
efectos distintos. Voltea la lata al revés y toca con los dedos las ligas por la parte de abajo ¡Producen un sonido agudo!
 
 
Y para completar los instrumentos de cuerda ¿porqué no hacemos un contrabajo? Este contrabajo puede engañar a un músico profesional por lo bien que suena. Para hacerlo necesitas una caja de cartón abierta por la parte de arriba y un resorte. Amarra el resorte en dos lados opuestos de la caja. Para tocar, mantén el resorte estirado hacia arriba y toca con los dedos.  
 
Bueno, ahora que ya tienes una familia de
instrumentos, descubre cuántos sonidos y ritmos puedes hacer con ellos. Sacúdelos con fuerza, sacúdelos suavemente, golpéalos fuerte o quedito, úsalos para acompañar tus canciones, tus cuentos, tus danzas, tus desfiles, o ese casete que tanto te gusta escuchar.

¿Y qué tal si los instrumentos que hayan hecho tú y tus amigos los organizan en secciones, como en una orquesta de verdad? Ya divididos en grupos, según el tipo de instrumento, pueden intervenir
en diferentes partes de las canciones.
 
 
Por ejemplo, la canción Que llueva, la podrían acompañar así:

Que llueva, que llueva, la virgen de la cueva
: tocamos las claves (palitos de madera)

los pajaritos cantan: maracas o cascabeles
(tapas de refresco ensartados en un alambrito)

las nubes se levantan: las campanas (trozo
de fierro que tocamos con un clavo grande)

que sí, que no: los tambores

que caiga un chaparrón: todos los instrumentos.

Y a esta misma canción le podemos inventar un principio y un final (antes y después de empezar a cantar, simulando, por ejemplo, una tormenta, o una lluvia intensa, hasta que renace la calma).
 
 
En la canción Debajo de un botón podemos tocar sólo en la parte de la canción que dice
ton ton ton, y tin tin tin. Los instrumentos que se golpean podrían sonar en ton ton ton, y los que se sacuden en tin tin tin. ¿Qué tal si inventas acompañamientos
para otras canciones que te gusten.
 
 
En cada canción podemos pensar qué instrumentos van mejor para acompañarla. Por ejemplo, si la canción habla de
algún animal, podemos seleccionar el instrumento que creamos es el más adecuado para representar a ese animal.

Bueno, que te diviertas creando ritmos con tus instrumentos y acompañando las canciones y la música que más te gusta.
¡Que empiece la función! Ton, Ton,Ton, Tin, Tin, Tin