Inventar cuentos
 
 
Para inventar cuentos se necesita imaginación y para empezar a desarrollarla le
recomendamos realizar el siguiente ejercicio:
 

Escoja el o los personajes principales del cuento, Por ejemplo, el cuento de:

Un perro y una niña.

 

Piense en los detalles que tienen esos personajes, es decir, cómo son. Siguiendo
con el ejemplo, el cuento puede ser así:

“El perro es café con orejas largas, es chiquito y está gordito, tiene los ojos grandes.
La niña es pequeña tiene dos trenzas y unos moñitos verdes, su vestido tiene muchas flores, usa huaraches negros igual que sus ojos y cuando se ríe se le ven los dientes pequeños y muy blancos”.

 
Piense también en dónde están.

El perro vive en el patio de la casa de la abuelita. Muchas veces sale a pasear a la calle y se duerme encima de una toalla viejita. La niña vive en su casa con dos hermanos más grandes, su papá y su mamá y duerme con su hermana.
 
Ahora imagine qué están haciendo.

El perro está parado en la calle viendo a los que pasan. La niña sale de la casa, va por las tortillas y ve al perro.
 
Imagine lo que va a suceder y qué va a ser lo más importante del cuento.

El perro se queda mirando a la niña y le pregunta si quiere jugar con él. La niña ve al perro y le dice que no puede jugar, pero que la acompañe por las tortillas. En el camino platican y se hacen amigos.
 
Imagine ahora cómo va a terminar el cuento.

El perro le dice a la niña que siempre que vaya por las tortillas le avise, que él vive en la casa rosa y la niña le dice dónde vive y le promete que le avisará para que la acompañe. Además le dice que un día lo invitará a su casa a jugar también con sus hermanos.
 
Este ejemplo da una idea de cómo se puede inventar un cuento.
 
Es útil empezar los cuentos con una misma frase: “Había una vez...” “Hace muchos años...” y finalizar también con una frase: “Y colorín colorado este cuento ha terminado”.
 
Las frases con las que empiezan y terminan los cuentos se pueden inventar, las que
se dicen aquí son un ejemplo.