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Una de las mayores distinciones de nuestro país es la de tener una gran cantidad de ecosistemas, especies de flora y fauna silvestres, como también un buen número de especies endémicas; es decir, aquéllas cuya distribución natural se encuentra reducida a una zona determinada, por ejemplo, el hocofaisán. Esta situación representa para México importantes posibilidades para el desarrollo y, al mismo tiempo, la gran responsabilidad nacional e internacional de conservar tal riqueza.
Entre las acciones para proteger la riqueza natural con que contamos, en México se han establecido zonas de protección de especies y de ecosistemas bajo el nombre de Áreas Naturales Protegidas y se han declarado bajo alguna forma de protección especial a 1,290 especies de flora y fauna que se encuentran en peligro de extinción o amenazadas.
Las especies en peligro de extinción son aquéllas cuya cantidad es tan reducida que es difícil que puedan mantener una población sana y estable por mucho tiempo más, destinándose a desaparecer, es decir, a extinguirse.
Se consideran especies amenazadas todas aquéllas que podrían llegar a encontrarse en peligro de extinción si su población sigue disminuyendo.
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En Yucatán son varias las especies que se encuentran en peligro de extinción, entre los reptiles tenemos la oxcán o boa, el cocodrilo y las tortugas marinas; entre las aves están el pavo ocelado o pavo de monte, el jabirú, el hocofaisán o kambul, el pájaro tho, la guacamaya, el loro yucateco y el flamenco; de los mamíferos podemos mencionar el tigrillo, el jaguar, el puma, el ocelote, el yaguarundi, el armadillo, el oso hormiguero, el tapir y el mono araña.
No hace mucho tiempo todos estos animales proliferaban en los distintos ecosistemas del estado. En la actualidad, es cada vez más difícil encontrarlos, llegando a representar verdaderos espectáculos cuando se les logra ver. Tal es el caso de los flamencos que habitan de manera permanente en los humedales de nuestro estado; durante la época de su reproducción, anidan en los márgenes de Ría Celestún y para la alimentación de sus crías se trasladan a Río Lagartos. También hay una pequeña colonia de estas atractivas aves en Uaymitún, a veces tan cerca de la carretera que brinda a los paseantes un atractivo paisaje durante el verano. |
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