Los ecosistemas y sus componentes conforman
la riqueza, el patrimonio, el tesoro natural con que cuenta cada país
y ofrecen gran cantidad de beneficios valiosos, empezando por alimento
y protección. En el caso de México, debido a su ubicación
geográfica y a su accidentado relieve, la riqueza de recursos naturales
es enorme. La variedad de ecosistemas que se desarrollan en nuestro país
va desde desiertos hasta selvas tropicales, consideradas estas últimas
como los ecosistemas de mayor cantidad de plantas y animales silvestres
en el mundo. La naturaleza en su conjunto ofrece a los seres vivos una serie de servicios que se conocen como bienes y servicios ambientales, los cuales abarcan, entre otras cosas: la regulación del clima, la captura de gases dañinos a los seres vivos, el mantenimiento de recursos acuáticos, la conservación de suelos, la preservación de escenarios naturales de gran belleza, la producción de recursos forestales maderables y no maderables, además de constituir el ambiente de miles de especies.
En todo el mundo más de 100 millones de indígenas viven en bosques y selvas que dependen de manera directa de ellos para su alimento, sustento y medicinas. Los productos silvestres constituyen una parte importante de la alimentación de la población rural de los países en desarrollo. Aunque más de mil millones de personas no vivan en bosques y selvas, dependen de sus valiosos recursos. Debemos reconocer que en la naturaleza encontramos todo lo necesario para vivir, lo podemos aprovechar en su estado natural o transformado mediante el trabajo del ser humano.
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