El conocimiento y utilización de las plantas por las sociedades humanas tiene una larga historia, ya que siempre han cubierto diversas necesidades. Una de ellas es la recuperación y el mantenimiento de la salud.

En México, esta historia se remonta a los tiempos en que dominaban los grupos humanos nómadas o seminómadas que viajaban buscando alimentos a través de la caza, la pesca y la recolección de plantas silvestres. Estos grupos, conocedores de las posibilidades alimenticias y propiedades curativas de la flora silvestre, heredaron su sabiduría a los pueblos agrícolas, origen de las diversas culturas del México Antiguo.

Las sociedades prehispánicas desarrollaron un método capaz de lograr la supervivencia y el crecimiento de la población, basado en el aprovechamiento de plantas, animales y minerales, el cual incluía, además de tratamientos curativos, prácticas de higiene, cuidados y embellecimiento del cuerpo humano.

Por otra parte, en esa época, la medicina estuvo íntimamente vinculada con la religión y la magia, de manera que los pueblos mesoamericanos* asociaron e identificaron diferentes propiedades de las plantas, los animales y otros elementos de la naturaleza.

Las comunidades mesoamericanas suponían que las plantas eran como seres con espíritu y voluntad; como fuerzas llenas de poderes especiales. Y es que podemos considerar que las plantas son como un pequeño laboratorio químico de la naturaleza, ya que producen unas sustancias que las defienden de algunos animales, hongos y otras plantas.

En flores, hojas y raíces, las plantas acumulan diferentes sustancias, fragancias intensas, resinas cristalinas, aceites y toda clase de sustancias internas. Con éstas los seres humanos han aprendido a curarse, observando a las plantas y su interacción con otros organismos durante miles de años, experimentando consigo mismos, en un proceso unido a la necesidad de alimentarse.

Este conocimiento ancestral ha pasado de generación en generación, hasta nuestros días, perfeccionándose cada vez más.

La importancia cultural de la medicina tradicional y sobre todo el aislamiento físico de las comunidades, son los principales factores que influyen sobre el conocimiento y uso de las plantas medicinales. Sin embargo, la destrucción generalizada de los bosques y selvas, la sobre explotación y la recolección incontrolada, tienen amenazadas a las plantas silvestres medicinales.

La herbolaria maya, es decir, el uso de plantas medicinales, es muy reconocida y apreciada no sólo en el campo yucateco; mucha gente de distintos lugares sabe de sus bondades, y cuando es necesaria, la utiliza, puesto que encierra una comprobada eficacia y sabiduría.

*Mesoamericanos. Habitantes de la región conocida como Mesoamérica, la cual abarca del centro de México a Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y una pequeña parte de Costa Rica, en Centroamérica.