El aumento en la reproducción de los microorganismos que forman el fitoplancton, ocasiona las llamadas “mareas rojas”. En general son impredecibles, es decir, que no se puede saber en qué momento se presentan, y son de duración corta e irregular.
Los animales quedan atrapados y mueren por asfixia; al faltarles el oxígeno, sus cuerpos crean sustancias tóxicas que pueden ocasionar en quien los coma desde diarreas hasta la muerte. Por ello, se recomienda evitar el consumo de los animales que flotan en el agua o que quedan en la playa, ya que probablemente se encuentran en estado de descomposición. Tampoco es recomendable bañarse en las playas, ya que la marea roja puede matar distintos tipos de animales marinos que tienen espinas, como bagres y erizos, que pueden producir fiebre severa a las personas que tengan contacto con ellas. Además, la marea roja atrae, lo que popularmente se conoce como “agua mala”, que son medusas cuyas armas de defensa, (dardos diminutos), pueden causar comezón, ardor e irritación de la piel. Al mismo tiempo, algunos componentes del fitoplancton pueden ser tóxicos y desencadenar distintas reacciones en cada persona, como inflamación de oídos, irritación de ojos, molestias en nariz, boca y garganta e irritación de la piel.
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