Cuénteme, don Nico, ¿por qué pone ese muñeco con esa piedra en la mano en medio de su milpa?, pregunté a un ancianito agricultor.
Terminado el rito, el muñeco es embalsamado con hierbas y presentado al dios Sol y dado en ofrenda al dios de la lluvia; se queman hierbas de olor y anís; se mantiene el fuego sagrado por espacio de una hora; mientras tanto, el brujo reparte entre los concurrentes balché, que es un aguardiente muy embriagante, con el fin de que los humanos no se den cuenta de la bajada de los dioses a la Tierra. Ésta es cosa que sólo el ah-men ve. La ceremonia debe llevarse a efecto cuando el Sol está en el medio cielo. Al llegar esta hora, el brujo da una cortada al dedo meñique del amo de la milpa, la exprime y deja caer nueve gotas de sangre en un agujero practicado en la mano derecha del muñeco, agujero que llega hasta el codo. El ah-men cierra el orificio de la mano del muñeco, y con voz imperativa y gesticulando a más no poder, dice a éste: “Hoy comienza tu vida. Éste (señalando al dueño) es tu señor y amo. Obediencia, Canancol, obediencia... Que los dioses te castigarán si no cumples. Esta milpa es tuya. Debes castigar al intruso y al ladrón. Aquí está tu arma”. Y en el acto coloca en la mano derecha del muñeco una piedra. Durante la quema y el crecimiento de la milpa el Canancol está cubierto con palmas de huano, pero cuando el fruto comienza a despuntar, se descubre... Y cuenta la gente sencilla que el travieso o ladrón que trate de robar recibe pedradas mortales. Es por lo que en las milpas donde hay Canancoles nunca roban nada.
El dueño, al llegar a la milpa, toma sus precauciones y antes de entrar le silba tres veces, señal convenida; despacio se aproxima al muñeco y le quita la piedra de la mano; trabaja todo el día, y al caer la noche, vuelve a colocar la piedra en la mano del Canancol, y al salir, silba de nuevo. Cuando cae la noche, el Canancol recorre el sembradío y hay quien asegura que para entretenerse, silba como el venado. Después de la cosecha se hace un jaamlil kool (comida de milpa) en honor al Canancol; terminada la ceremonia se derrite el muñeco y la cera se utiliza para hacer velas, que se utilizan en los altares. Y calló el viejecito después de haber hablado con acento de creyente perfecto. Elsie Encarnación Medina E. El alma de Campeche en la leyenda maya. |