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Realizar una actividad por cuenta propia es crear nuestro propio empleo; con todo lo que ello implica.
Adquirimos la responsabilidad sobre las acciones propias y el resultado de ellas, el éxito o el fracaso depende de uno mismo: depende de ti. Depende también de la capacidad técnica y las habilidades en el oficio y más que todo depende de tomar el reto de emprender.
Veamos un ejemplo:
Un chavo que se había capacitado en la producción de plástico molido, necesario para hacer objetos como cubetas, cepillos, juguetes, etc., se desesperaba porque no encontraba a quién le interesara lo que hacía. Alguien le dijo: “El asunto no es producir plástico sino saber venderlo”. Entonces ubicó su reto y adecuó sus tareas.
Este ejemplo invita a reflexionar sobre lo capacitados que nos sentimos para iniciar una actividad por nuestra cuenta. Tú has reconocido, en las tres unidades de tu libro, las fortalezas y debilidades con que cuentas como persona y has realizado un reconocimiento general de tus conocimientos y habilidades para desempeñarte en alguna actividad económica.
¿Es suficiente con ello para iniciar, es decir, para emprender una actividad por tu cuenta?.
Es probable, pero en todo caso es pertinente plantearte si, además de tus habilidades en algún oficio o actividad, necesitas otro tipo de cualidades para realizar ese propósito. Algunas de esas cualidades se adquieren con la capacitación y la práctica, otras son de tipo personal y se desarrollan con la experiencia y la voluntad.
¿Cuáles son esas cualidades? Investígalo en la siguiente actividad. |
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