¿Adicción?, ¿vicio?, ¿enfermedad?
 
   
 
 
 

Durante mucho tiempo se ha considerado a quienes consumen drogas como personas viciosas, degeneradas, sin carácter, que no tienen fuerza de voluntad para dejar el vicio que han adoptado. Esta opinión ocasiona que se les trate sin ningún respeto, se les juzgue duramente y se les rechace.

 

Recientemente se ha empezado a mencionar que sufren de una enfermedad, cuyo origen está muy dentro, donde nacen los sentimientos las emociones y los pensamientos, que las hace sentir fuera de lugar, que no les permite vincularse afectivamente, que las limita y lleva a sentir que no son aceptadas, que no encajan, que no se les comprende, y que encuentran en las drogas legales o ilegales, una cura momentánea que a su vez, afecta su comportamiento y las expone a experiencias riesgosas para su vida y su salud, y que prefieren este riesgo al malestar emocional que padecen.

 
 
¿Qué podría ocasionar en las personas este malestar emocional?
 
Esta es una pregunta que se hacen los especialistas y para la cual no se tiene una respuesta única, ya que estas experiencias son el resultado de la vida de cada persona, aunque lo que se observa cuando hablan de lo que les aqueja, es la mención de historias de vida en las que pueden reconocerse problemas con el afecto que recibieron, ya sea por exceso o carencias; a experiencias de violencia emocional, como rechazos, comparaciones desventajosas por parte de quienes los criaron, violencia física; agresiones sexuales, como abusos o rechazos por el sexo con el que nacieron, o por sus preferencias sexuales; también se menciona que experiencias como la falta de límites y la sobreprotección, podrían ser las causas de este tipo de sufrimiento.
 

Este malestar generalmente se encuentra tan profundo que a veces es difícil darse cuenta de que se tiene, sólo se sabe que se vive permanentemente a disgusto, con enojo, ira, tristeza, desánimo para emprender cualquier proyecto o falta de concentración y de rechazo a todo lo que les rodea. Algunos tratamientos  fomentan que las personas reflexionen, busquen y reconozcan lo que sienten y el origen de los sentimientos que los torturan, y que comprendan qué los ha sumido en las drogas; a hacer las paces con su pasado y a reconstruir sus sentimientos consigo mismo y su autoestima, de tal manera que aprendan una forma nueva de relacionarse y vivir su momento actual.

 
Lo importante es saber que se pueden liberar de estos sentimientos y de las drogas, no obstante, para ello hay que reconocer primero que se tiene un problema y después tomar la decisión de buscar ayuda.
 
Analiza algunos de los síntomas de la “enfermedad” de los sentimientos, emociones y pensamientos.
 
Selecciona los sentidos.
 
Falta de sentido por la vida, sin saber a dónde ir, ni qué hacer.
Inseguridad por nuestro cuerpo, con nuestra persona, nuestra apariencia.
Sentir que la vida diaria es un desafío, que nos da miedo.
Sentir que los demás no nos aman.

Creer que no somos como las demás personas, que siempre son mejor que nosotros.

Sentir enojo con todo y contra todos.
Sufrir de tristeza, ansiedad y nerviosismo.