¿Cómo
podrían afectarnos los sentimientos que
tuvimos en la infancia?
¿Qué sucede cuando
no sacamos las alegrías, enojos y penas infantiles?
Lo que vivimos con nuestra familia
en la infancia, son experiencias que se quedan en
nuestro recuerdo, que nos acompañan todos
los días, las tenemos muy bien aprendidas
y muchas cosas todavía nos son útiles,
pero hay otras experiencias que nos pueden hacer
sentir mal y pueden funcionar como cadenas que nos
aprisionan, sin que nos demos cuenta.
Cuando
crecemos nosotros mismos podemos
tomar en nuestras manos nuestro
propio cuidado, guiarnos y aprender
nuevas formas de vivir.