3 1 36 |
|
Lee con atención el diálogo entre María y sus hijos.
Desde que somos niños y niñas, soñamos con lo que seremos o haremos en nuestra vida. Por ejemplo, imaginamos que de grandes seremos bomberos, médicas, ingenieros, deportistas, vendedores, artistas o viajeros, entre otros, sin que nos importe mucho cómo lo lograremos. A medida que crecemos, cambian los sueños que tuvimos en la infancia, pues nuestros intereses, gustos y necesidades se modifican también; además, se vuelve más importante hacerlos realidad, ya que de ello depende nuestro futuro. Para convertir nuestros sueños en hechos, hay que plantearse metas, objetivos o propósitos realistas; es decir, tomar en cuenta nuestras circunstancias personales y familiares actuales, así como las habilidades, capacidades y posibilidades con las que contamos para realizarlos.
|