El
derecho
a la vida
Hablar
de la vida de los niños y las niñas, de su derecho a existir,
es hablar de la vida de las personas. De la vida con mayúsculas,
de la vida en su verdadera dimensión humana.
Abarca
todo:
Comer,
descansar, jugar, crecer, aprender, pensar por cuenta propia, expresarse
con libertad, trabajar, construir, hacer arte, respirar, querer y ser
querido. Sin golpes, agresiones o castigos.
El
corazón de la vida es el cariño.
Los
niños y las niñas de cualquier edad vivimos de cariño,
del cuidado y la ternura, del afecto y la paciencia que otros familia,
amigos, vecinos y semejantes nos pueden dar, en el lugar y tiempo
que nos tocó nacer.
El
derecho a vida supone consideración y respeto. Entenderque todos
los seres vivos niños y niñas incluidos somos
como somos. Tenemos energías y potencias propias, recorremos
caminos diversos, que se oponen y complementan, que se unen y separan.
El
derecho a la vida entrelaza y tolera, permite y apoya. Se cobija bajo
la idea de lograr una vida sana y alegre, íntegra y posible.
El
derecho a la vida de las niñas y los niños significa además
un nombre propio, un espacio vital tranquilo y sin zozobras. Una vida
sin penurias, sin racismo, sin maltratos ni amenazas. Sin hambre, con
agua limpia y amor.
El
derecho a la vida significa compañía, protección,
conciencia, nacionalidad y cultura.
Espacio
y tiempo permitidos, alimento, crecimiento... esperanza construida.
Alvarez
Cordero, Ma. Del Carmen y otras. El derecho a la vida, en
Uno, dos, tres por mí, por tí, por todos. Los derechos
humanos de los niños y las niñas. Colectivo mexicano
de apoyo a la niñez. COMEXANI. México, 1995