Las drogas no son aceptadas socialmente y se cosideran ilegales, son aquéllas como la
marihuana, los inhalables, la
cocaína, o los alucinógenos.
Todas producen efectos que
alteran la actividad física y mental.

Su consumo es rechazado socialmente, porque la adicción provoca que el consumidor cambie profundamente y afecte con ello sus relaciones con la familia, amistades, compañeros de trabajo, etc.

El adicto comienza a "juntarse" cada vez más con personas consumidoras y con los propios distribuidores. Pasa a formar parte de lo que la sociedad marca, señala y critica como "drogadicción", "seres irresponsables", "viciosos", "ladrones", "delincuentes", etc., aunque no necesariamente todos tengan esas características y conportamientos.

Las drogas provocan daños al organismo; desde la primera vez que se consumen se puede sufrir una intoxicación de graves consecuencias, o puede ser que al inicio los daños no se noten, pero con el tiempo son cada vez mayores y en ocasiones irreversibles, llegando incluso a causar la muerte de la persona.

También existe la probabilidad de cometer delitos, ya que para adquirir drogas, se pueden vender o intercambiar los objetos personales o recurrir al robo de dinero o pertenencias y objetos de valor de la familia, del trabajo o de otras personas.

Además, bajo los efectos de la droga las personas ponen
de lado u olvidan el cuidado personal y la responsabilidad
social, por lo que se propician la violencia sexual y las
relaciones sin protección. También, cuando las drogas se
inyectan, existe el riesgo , de contraer infecciones o SIDA.

El tratamiento y la recuperación del adicto es
extremadamente difícil para el mismo y su grupo familiar,
además de que su atención representa altos costos.

Las primeras veces que se consume una droga, probablemente no se noten sus efectos, sin embargo...

Sabemos de muertes que se dan en la primera ves que se consume alguna droga, y casi siempre es porque se les pasa la mano, a esto se le dice sobredosis.

Los consumidores habituales de algunas drogas se hacen lentos, hablan muy despacio, tiemblan, se ponen torpes, y en ocasiones pasan como "tontos" sin serlo.

Algunos consumidores tienden a combinar las
sustancias, lo que produce daños cada vez mayores y en ocasiones no hay manera de recuperarse, es decir, son irreversibles, incluso pueden llegar a causar la muerte.

Cuando una persona tiene alguna enfermedad mental o trastorno en la personalidad y consume drogas, es más fácil que sufra consecuencias graves al usarlas.

Cada sustancia provoca diferentes consecuencias, que difieren también según el estado de ánimo y de salud por nutrición del consumidor. Por ejemplo: Los inhalables (como el thiner o el "activo"), producen dolores de cabeza, vértigos, somnolencia, disminución de las capacidades mentales, destrucción de neuronas, ceguera, bronquitis, tos, asfixia, efectos cancerígenos, principalmente en pulmón, secreción y úlceras nasales, náusea, pérdida de peso, destrucción de hígado (hepatitis, cirrosis), destrucción de riñón (nefritis, insuficiencia renal), impotencia.
Con el uso de la cocaína se pueden destruir neuronas, se producen alteraciones nerviosas, como temblores, intranquilidad, angustia y agresividad. Aumenta la presión y afecta el corazón. Otros son las pérdidas del apetito y
diarrea.

Si tienes dudas o problemas con las adicciones, consulta el Directorio de Servicios en donde encontrarás las instituciones, organismos y grupos a los que podrás pedir ayuda. ¡Consúltalo!

 

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