 |
 |
|
¿Cómo nos dijiste
que se llama la institución que promueve el que
las personas se avalen unos a otros?, —preguntó
don Pedro.
|
|
 |
No les dije, pero ahora les informo que el Programa se llama
Programa juntos y lo impulsa el Sistema
de Financiamiento para el Desarrollo del Estado (SIFIDE);
fui a investigar.
Consiste en:
• |
Se integra un grupo
de desarrollo con una participación de 15 a 40
personas de sexo femenino, de edades entre los 18 y 70
años, que tengan cuando menos un año de
vivir en la misma colonia y que cuenten con una identificación
oficial con fotografía. |
• |
Este
grupo recibirá asesoría del programa Emprendedores
juntos para que elabore un reglamento interno,
establezca un fondo de ahorro y nombre a una mesa directiva. |
• |
El grupo garantiza
solidariamente el pago del crédito a Emprendedores
juntos. Los créditos se pagan en un plazo
de 16 semanas. Durante este periodo se realizan reuniones
semanales para el pago del crédito y para el abono
a sus cuentas de ahorro. |
• |
El ahorro es manejado
transparentemente por las mismas personas del grupo, mediante
una cuenta mancomunada. |
• |
Finalizando el microfinanciamiento,
el grupo puede adquirir créditos de mayor cantidad. |
Bueno Pepito, pero si el crédito
es sólo para mujeres, tú y yo cómo le
hacemos para cambiarnos de sexo. —Dijo muy ocurrente
José Luis.
No es necesario llegar a tanto, puedo proponerle a mi comadre
que seamos socios y estoy seguro que acepta de buen ánimo.
 |
|
Yo prefiero buscar una novia
que me apoye y a lo mejor ni tengo que pagar el préstamo.
—Dijo José Luis haciéndonos reír
un rato.
|
|
 |
Bueno, ya revisada esta opción,
¿alguien más tiene información sobre
otro programa de crédito?, —nos preguntó
don Pepe. —O aquí nos detenemos para reflexionar
sobre lo que hemos revisado.
¡Ah! Espérenme —exclamó Jacinto.
—Yo obtuve información acerca de una promoción
que realiza un banco, llamada Efectivo inmediato,
en la que prestan 5 mil 700 pesos para liquidarlos en seis
pagos fijos mensuales de $1 020.00 cada uno. Las mensualidades,
según me dijeron, incluyen capital, intereses e IVA.
Yo les comenté que me parecía poco, en comparación
a lo que habíamos visto hasta ahora.
Así parece, Juanita, —me contestó Jacinto.
—Mire, hice un cálculo aplicando todo lo que
hemos visto, ¡digo!, para no quedarme atrás.
Cuando vieron la tabla, algunos ya se estaban emocionando,
pero don Pepe los paró en seco.
—No es tan sencillo, sobre todo en nuestro caso, puesto
que no podemos demostrar ingresos económicos, además,
tampoco es fácil conseguir al deudor solidario o aval,
y si se requiere, también dar una cuota por apertura
de cuenta y pagar una cuota anual. Es complicado, pero de
cualquier manera esta información nos sirve para saber
qué alternativa podemos elegir de acuerdo con nuestras
posibilidades.
Con esto ya tenemos suficiente información, ahora lo
que necesitamos es pensar en lo que más nos conviene
y en lo que está a nuestro alcance —mencionó
Jacinto.
Nos quedamos todos en silencio, poco a poco nos fuimos retirando.
Estoy segura de que todos pensaban y sentían lo mismo
que yo. A partir de este momento, era una decisión
personal el tomar el préstamo o no; y eso implicaba
un riesgo.
Supe lo que cada quien pensó,
porque después platiqué con ellos.
Lupita que se fue muy acompañada de José Luis,
me contó que iba muy serio diciéndole que necesitaba
dinero para comprar un extractor, meter otros productos y
contratar a un ayudante.
Y es que a José Luis se le junta luego mucha clientela,
como que hay momentos en los que no se da a basto. ¡Vende
bien! Pero tiene un problema del que yo creo debemos aprender
todos: no ahorra nada. Como él mismo dice, el dinero
le quema las manos.
¿Qué consejo le puedes dar a José Luis?
Por ese "detallito" que tiene
—como él mismo dice, —se puede endeudar
al no juntar los abonos, le va a salir más caro "el
caldo que las albóndigas".
Lupita, por su parte, dice querer cambiar anaqueles y meter
otros productos como papas fritas y fruta picada. También
está muy afligida y preocupada. Va empezando con su
negocio y no quiere endeudarse con un crédito que no
pueda pagar.
Tiene razón, si no fuera por los altos intereses, sería
más fácil decidir. Pero yo le digo que lo bueno,
es que investigamos a conciencia acerca de quiénes
prestan dinero y cuál es la situación de nuestro
negocio.
 |
|
Al otro día, camino
a mi negocio, me encontré a doña Matilde
y a don Pedro. Les pregunté qué habían
decidido a lo que me contestaron:
—Cuando Pepe nos platicó de los créditos,
se nos hizo todo muy fácil, pero ahora viendo las
cosas con más calma y ya que hicimos cuentas, como
que tenemos que pensarla dos veces antes de endeudarnos,
no queremos que ningún prestamista se lleve el
futuro de nuestro trabajo.
De acuerdo con nuestros cálculos necesitamos 4
mil pesos —comentó doña Matilde.
—Vamos a ahorrar una mitad y la otra, la pediremos
a crédito, de esa manera pagaremos menos intereses.
|
|
 |
No me pareció mala idea. ¿Y tú, qué
otra forma piensas que existe para no pedir todo lo que necesitas
prestado y así evitar pagar altos intereses?
 |
|
Don Pepe me invitó
a cenar. Como me pareció un gesto cortés,
acepté. Pasé un momento agradable, platicamos
de muchas cosas, pero llegó el momento en que él
me preguntó:
—¿Qué decidió, Juanita, se
va a animar a pedir el crédito?
—Yo creo que en este momento no voy a solicitar
ningún crédito —le dije, primero necesito
aumentar las ventas para ahorrar un poco, y más
adelante solicitar un préstamo para lograr algo
bueno.
—Yo sé que tuvo una mala experiencia con
su esposo, pero… no lo piense mucho.
—En lo que pienso mucho es en lo difícil
que es pagarlo. Quienes no somos irresponsables, no podemos
dormir, ni vivir tranquilos. ¡Y qué vergüenza
si llegaran a embargarnos!
—¡Uy, Juanita!
¡Qué panorama tan negro pinta! ¿Pues
cuánto necesita?
—De inicio necesito más de diez mil pesos,
porque quiero cambiar de local, pero por el momento no
cerraría el que tengo, sino que contrataría
a alguien de confianza para que lo atienda, mientras pongo
a funcionar otro changarro mejor surtido, en un lugar
más adecuado que ya localicé.
—¡Claro! Esos planes
de expansión que tiene serían muy difíciles
de realizar sólo con crédito, sobre todo
si considera que necesita calcular el tiempo para instalar
el negocio; luego, mientras lo conoce la gente y se va
creando una clientela, y ya después, poco a poco,
se empezaría a recuperar lo invertido y a obtener
ganancias.
— ¡Ah, verdad! Entonces, es mejor contar primeramente
con ahorros y ya que se vea claramente que el negocio
va a funcionar, entonces sí meterle la lana del
crédito —le dije.
Después don Pepe me explicó
su plan; le puse atención, pero también
me preguntaba: ¿por qué había aceptado
cenar con él si realmente éramos conocidos
más que amigos?
Aunque no pienso pedir el préstamo por el momento,
la idea de algo nuevo me abrió muchas expectativas.
En estos momentos, lo que más deseo es pensar en
mí, cuidé por mucho tiempo una familia,
es hora de atender mis necesidades y mis gustos, aprender
más, encontrar un proyecto de trabajo que me ayude
a ser menos pobre. Me gustaría viajar, conocer
gente y, en fin, hacer tantas cosas…
|
|
 |
Cuando pidas un préstamo, hay que investigar mucho
para aprender a utilizar los servicios bancarios, ya que algunas
instituciones financieras solicitan al acreedor que haga sus
pagos en un Banco; por eso, te invito a que visites el interior
de una Sucursal bancaria.
|