 |
 |
|
La
verdad, todos hicimos nuestra tarea pero… aquí
entre nos… teníamos muchas dudas. No entendíamos
algunas de las palabras que nos decían en los
lugares a los que fuimos, también nos costó
trabajo calcular intereses.
Estábamos comentando acerca de nuestros problemas
cuando dijo don Pepe muy decidido:
—Bueno, empecemos
a revisar la información recabada.
Entonces yo lo interrumpí para sugerirle:
—¿Qué les parece si primero explicamos
lo que es un crédito y cómo se calculan
los intereses?
Pero eso es muy aburrido, mejor vamos a lo directo —dijo
José Luis—. ¿Cuánto necesito
y a quién le voy a pedir prestado?
Recuerda que si no estamos bien enterados, corremos
el riesgo de trabajar para el bolsillo de los acreedores
—señaló Pepe. |
|
 |
 |
|
¿Qué
son los acreedores? —preguntó José
Luis.
Como puedes ver, necesitamos empezar por lo más
elemental —contestó don Pepe sonriendo—.
Acreedor, mi estimado José Luis, es la institución
o persona a la que se le debe una suma de dinero.
|
|
 |
Y como yo había conseguido por
mi lado información —les dije: investigué
que un crédito es cuando una persona o una institución
le presta a otra una determinada cantidad de dinero y deposita
en ésta la confianza de lo que pagará a corto,
mediano o largo plazo, según lo acuerden, ya sea de
palabra o mediante la firma de un contrato o pagaré
como garantía de pago. El interés que se cobra
sobre el crédito, es el monto que el acreedor fija
para que le convenga prestar, así cuando alguien dice
tasa de interés, se refiere al porcentaje que se aplicará
a la cantidad prestada y el resultado de esta operación
se suma a la cantidad que se solicitó en préstamo.
 |
|
A mí todo lo que han
dicho me ha quedado clarito como el agua, pero como creo
que estamos en confianza, quiero decirles que me costó
trabajo entenderle a eso de los intereses —nos dijo
Jacinto. Para empezar, me decían: “A usted
le podemos prestar 2 mil pesos, con el 20% de interés
mensual”. Ahí es donde no supe cómo
calcular qué interés me cobraban.
En eso nos vamos a ocupar ahorita. Aquí José
Luis tendrá sus dudas, pero es bueno para calcular
porcentajes. Explícanos a todos qué operaciones
haces —Le pidió en esos momentos don Pepe.
A mí me pareció muy bueno lo que hicieron
Jacinto y Pepe, porque siempre habrá algo que no
sepamos y también algo que sabemos hacer, pero
muy a nuestra manera.
|
|
 |
¿Por ejemplo tú, cómo calculas los porcentajes?
A solicitud de don Pepe, José Luis se colocó
junto a una hoja blanca que estaba pegada en la pared, al
mismo tiempo que decía. —¡Ah cómo
no!
Y entonces nos explicó muy a su manera.
Tú también conoce cómo se calcula el
tanto por ciento de una cantidad. Ve a la Sección
de matemáticas y estudia El tanto
por ciento y El porcentaje de una cantidad.
 |
|
—Déjenme
hacer una reflexión sobre los porcentajes de un
préstamo. Aunque parezca obvio, fíjense
como entre más alto es el porcentaje de interés,
más es lo que tendríamos que pagar, —nos
hizo ver don Pepe.
—En eso tienes toda la razón Pepe, —le
contesté. —Vamos a suponer que yo tomo un
préstamo de mil pesos, y tengo que pagar 50 %.
Voy a salir pagando mil 500 pesos. De plano 500 pesos
más.
—¿Pero cuánto tiempo a pagar?, —nos
dijo Lupita pensando en voz alta. —Porque si es
a un año y medio, yo sí le entro, pero qué
tal que sea a pagar en un mes, pues ahí sí
ya no… |
|
 |
Tú también piénsalo.
Ten en mente la investigación que hiciste sobre las
instituciones financieras que te proporcionan el préstamo
que necesitas y contesta:
¿Cuánto estarías dispuesto o dispuesta
a pagar de interés en un cierto plazo?
¿Por qué?
 |
|
Los intereses yo creo que
es algo que nunca debemos perder de vista, ¿no
crees?
|
|
 |
 |
|
—Aprovechando que aquí José Luis está
filoso con eso de los cálculos, yo le quería
preguntar si sabe cómo se le hace para conocer
el porcentaje o tasa de interés de un préstamo.
Porque nosotros averiguamos que tenemos que pagar 3 mil
450 pesos, de un préstamo de 3 mil pesos. Ahí,
Guichito, ¿cuál seria el porcentaje de interés?
—Le preguntó don Pedro a José Luis.
—¡A ver José Luis! como dicen, échate
ese trompito a la uña, —le dijo Juanita como
retándolo.
—¡Ah, pues! En esos casos hay que aplicar
la regla de tres para saber encontrar el porcentaje. ¿Cómo
la ves Juanita? No por algo mi madre me decía:
“Te ves como extraviado, pero bien que sabes hacer
cuentas matemáticas”.
—¿Entonces, cómo se calcula ese porcentaje,
José Luis? —Le preguntó don Pedro
que estaba muy interesado en saberlo.
|
|
 |
Pero antes de explicárnoslo,
José Luis nos hizo ver que como comerciantes manejamos
muchas cuentas, y nos preguntó como le hacíamos
en particular para darle solución a la pregunta que
nos hizo don Pedro. Tú también platica cómo
le haces.
Si al mes tienes que pagar 3 mil 450 pesos por un préstamo
de 3 mil pesos ¿qué operaciones matemáticas
realizas para saber qué porcentaje de interés
te están cobrando?
Cada quien comentó cómo
le hacía o le podría hacer. Después de
eso, José Luis muy entusiasmado nos dijo: ¡Pasemos
a la acción!
Tú también pasa a la acción, ve a la
Sección de matemáticas y estudia el
tema La regla de tres para encontrar porcentajes.
Una vez que resolvimos la regla de tres, don José cayó
en la cuenta.
—¡Miren nada más!, nos están cobrando
15 % de interés.
—¡Oigan! —les dije para que me pusieran
atención —vamos a hacer otro ejercicio con algún
otro dato que hayamos investigado, para que le demos otra
repasada a la regla de tres.
Todos estuvieron de acuerdo, doña
Matilde se levantó y anotó la siguiente operación.
Resuélvela tú también, haz las operaciones
en un cuaderno y anota el resultado.
La verdad es que uno o dos de nosotros
ya sabíamos la regla de tres, pero no estuvo de más
practicarla y, sobre todo, tenerla muy presente porque nos
iba a ser de mucha utilidad en la investigación en
que estábamos ocupados.
 |
|
—¡Qué bueno
que podemos aprender unos de otros, y lo que no sepamos
pues… lo investigamos, como le estamos haciendo!
—Reconoció don Pepe.
Llevábamos un buen rato ocupados en eso del cálculo
de los intereses, pero como los vi muy entretenidos, les
dije: —Ya que estamos encarrerados, vamos a seguirle
porque yo conseguí más información.
—Y sin esperar a que me dieran su aprobación,
me seguí hablando. —Sé que hay dos
tipos de intereses:
|
|
 |
1) Los que se calculan conforme a saldos insolutos.
2) Los llamados intereses fijos.
 |
|
—La
tasa de interés aplicada sobre saldos insolutos
se caracteriza porque los pagos de la deuda van disminuyendo
aunque la tasa de interés sigue siendo la misma,
—les aclaré.
Como seguían sin decir palabra, tomé una
nueva hoja blanca para apuntar y me seguí de largo
explicándoles todo. Vamos a ver cómo es
este tipo de interés, tomando como ejemplo un préstamo
que me hace una institución financiera de 6 mil
pesos, cantidad que debo pagar en seis meses con interés
de 5%.
Continué explicándoles los saldos insolutos,
lo que tú también puedes conocer si vas
a la Sección
de matemáticas y estudias
La tasa de interés aplicada
a saldos insolutos.
En cuanto vieron el cálculo de la disminución
de intereses que conociste en la Sección
de matemáticas, dijeron. —¡No
se ve mal! ¡Vamos entrándole a uno de esos
préstamos! ¡Pues hay que buscarlo! ¿Quién
encontró un tipo de interés así?
¡Epa!, —gritó don Pepe divertido. —No
hay que ir tan rápido. ¿Qué les parece
si calculamos este tipo de interés, con otro ejemplo
real que hayamos encontrado? |
|
 |
Todos estuvieron de acuerdo, tú también realízalo.

Retoma la cantidad que te presta
una institución financiera, así como el
porcentaje de interés, y realiza el cálculo.
Completa los espacios vacíos del párrafo
y la tabla:
Sin perder de vista la suma que
necesitas para invertir en tu negocio y con base en
los resultados que obtuviste, reflexiona y responde
las siguientes preguntas:
¿Qué tan conveniente es para ti este tipo
de pago?
De tomar el préstamo, ¿puedes
asegurar que tendrás la capacidad económica
para cumplir con los pagos, aún cuando se te
presente un gasto inesperado?
|
 |
|
No hay que olvidar tampoco
lo que dijo en un principio Juanita. —Nos advirtió
muy a tiempo Lupita. —Un préstamo nos puede
hundir. Tenemos que conocer muy bien las sanciones que
hay para cuando uno no pueda cumplir con un pago. ¡Qué
tal que no podamos afrontar económicamente esta
situación!
Todos guardamos silencio. ¡Ni hablar! Tenía
razón.
|
|
 |
|