Unidad 1 Tema 1 Actividad 5


No existe una edad exacta para que los pequeños vayan al baño, a partir de los 18 meses pueden empezar a avisar, aunque cada uno tiene su propio desarrollo y maduración y por más que se le insista, si no está preparado no será posible que lo haga. Lo que sí puede hacer es mostrarle cuándo las personas van al baño, a qué van, qué hacen, explicarle que son necesidades naturales del cuerpo.

Escriba las diferentes expresiones que usan en su comunidad para decir “hacer del baño”.


Observe las imágenes y conteste.

 

De acuerdo con su experiencia, ¿a qué edad los menores comienzan a ir al baño solitos?

     
Es importante saber que...
 
     
 
A partir de los 2 años los menores sienten la necesidad de ir al baño (escusado) y dejar los pañales; ésta es una etapa larga en la que debe haber paciencia y tolerancia.
   
Debe explicar a los menores que todas las personas hacen “pipí” y “popó” y las diferentes maneras que se usan para llamarle (pipí, popó, caca, defecar, mojado, limpio, sucio, bacinica, nica), u otra que se acostumbre utilizar en la zona donde vive.
 
Muestre cuando vean algún animal orinar o defecar, que también es normal.
   
Evite nombrar como sucio, feo o malo todo lo relacionado con orinar o defecar.
   
Diga que usar un escusado o bacinica significa que ya es grande y que controla la necesidad de ir al baño, eso lo hará sentirse orgulloso de sí mismo y motivado para continuar.
   
Aprenda el menor la relación que existe entre usar la bacinica o el escusado y estar seco.

 

 
 

Escriba dos razones por las cuales no se debe presionar al menor para que vaya al baño.


En caso de que el menor no avise a tiempo, ¿qué le diría?


Un buen momento para comenzar el entrenamiento con el menor, puede ser cuando ve a las personas adultas o hermanos ir al baño, muestra curiosidad por saber qué hacen y cómo lo hacen, por lo que es fundamental dedicarle tiempo.
 
En cuanto despierte puede empezar a sentarlo en una bacinica que se adapte a su tamaño o directamente en el escusado, aproveche ese tiempo para contarle un cuento o alguna historia.
   
Póngale un calzón o trusa y un pantaloncito que sea fácil y rápido de bajar y subir, así como unos huaraches o zapatitos que sean de algún material fácil de lavar.