Por sorteo, elegimos a alguien para que sea la abuelita (o abuelito). Todos los demás representamos a los nietos. La abuelita simula mover el atole en una gran olla. Se establece este diálogo entre la abuelita y los nietos: Al decir eso, la abuelita se aleja y simula cortar yerba, y los nietos nos acercamos al atole y fingimos moverlo, de pronto, gritamos: Y nos dispersamos corriendo en distintas direcciones. La abuelita nos corretea. Al primero que logre alcanzar, tomará el papel de la abuelita para iniciar nuevamente el juego. |