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Alrededor de los tres años, los menores comienzan a darse cuenta de su propio comportamiento y de cómo las personas que los rodean reaccionan frente a sus actitudes; también se percatan de la manera de ser de los demás, pueden identificar cuándo no son aceptados; aprenden a comportarse ante los demás, por ejemplo, saben que la abuela les da dulces y que su hermana mayor les ayuda a trepar a un árbol, también reconocen las consecuencias de sus actos.
Aprenden a manifestar sus emociones y sentimientos, les gusta sentirse queridos, aceptados y respetados. Aunque no comprendan todavía el significado de sus emociones, las van entendiendo a partir del trato que se les brinda. Se dan cuenta si otras personas están molestas o enojanadas con ellos, por su comportamiento; pero también; disfrutan que las personas estén contentas.
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Aprenden poco a poco a manifestar sus estados de ánimo, a pedir y brindar ayuda, son cooperativos y cariñosos con quienes les atienden y cuidan. |
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- Ayudar al menor a reconocer los sentimientos hacia las personas que lo quieren para que manifieste libremente sus emociones.
- Ayudar al pequeño a identificar sus diferentes estados de ánimo para que reconozca los motivos por los que está triste, enojado o alegre.
- Establecer reglas y explicarle en qué consisten con el fin de que reconozca hasta dónde puede llegar, y que conozca las consecuencias de sus actos.
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