Entre todos formamos una rueda, sin tomarnos de las manos. Uno de nosotros quedará afuera de la rueda y con un trapo en la mano le dará vueltas a la rueda cantando: Ojos a la vela, manos por detrás, cuídate Chabela, que ahí viene Tomás; Tomás, Tomás, Tomás, Tomás… Este canto se repetirá tantas veces como vueltas dé el jugador del trapo, mientras decide o escoge a quién entregarlo. Quien lo reciba, inmediatamente correteará al compañero que tenga a la derecha. Éste intentará dar una vuelta a la rueda y regresar a su lugar sin haber sido tocado por el trapo del otro jugador. Si no lo logra, él será el próximo que cante y entregue el trapo. |