Como un pino,
pesa menos que un comino.
(El humo)

Chiquito redondo,
barrilito sin fondo. ¿Qué es?
(El anillo)

Adivina quién soy:
cuanto más lavo,
más sucia voy.
(El agua)

¿Qué será, qué es;
mientras más grande,
menos se ve?
(La oscuridad)

Una casita con dos ventanillas,
si la miras, te pones bizco.
(La nariz)

Fui a la feria, compré una bella, llegué a la casa y me puse a llorar con ella.
(La cebolla)

 ¿Quién es el que bebe por los pies?
(El árbol)

Si lo nombro, lo rompo.
(El silencio)

Todo el mundo lo lleva,
todo el mundo lo tiene,
porque a todos les dan uno
en cuanto al mundo vienen.
(El nombre)

Una cajita chiquita,
blanca como la cal:
todos la saben abrir,
nadie la sabe cerrar.
(El huevo)

Todos me pisan a mí,
pero yo no piso a nadie;
todos preguntan por mí,
yo no pregunto por nadie.
(El camino)

Dos niños asomaditos
cada uno en su ventana;
lo ven y lo cuentan todo,
sin decir una palabra.
(Los ojos)

Blanca por dentro,
verde por fuera.
Si quieres que te lo diga
espera.
(La pera)

Mi picadura es dañina, 
mi cuerpo insignificante, 
pero el néctar que yo doy 
te lo comes al instante.
(La abeja)

Mi casa la llevo a cuestas, 
tras de mí dejo un sendero, 
soy lento de movimientos, 
y no le gusto al jardinero.
(El caracol)

Tito tito
capotito
sube al cielo 
y pega un grito.
(El cohete)

Somos muchos hermanitos, en una sola casa vivimos, si nos rascan la cabeza al instante morimos. 
(Los fósforos)

Tiene ojos de gato; y no es gato, orejas de gato y no es gato; patas de gato y no es gato; rabo de gato y no es gato.
(La gata)