Entre los 2 y 3 años, el menor ya puede decir aproximadamente hasta 1500 palabras, forma frases con ellas, puede contar lo que pasó el día anterior y lo que hará el día siguiente, le molesta no poder expresarse tan rápido como piensa, por ello se esfuerza para lograrlo, es fundamental tenerle paciencia, escucharle atentamente y ayudarle a decir lo que está intentado comunicar, eso le ayudará a sentirse mejor.
Observe las imágenes y conteste.
¿Por qué considera que los pequeños repiten palabras cuando creen que están solos?
¿Por qué cree que los menores hacen preguntas sobre las actividades que realizan?
Cuando se dirija a los pequeños, hágalo con frases cortas y simples, sin utilizar el lenguaje de ellos, ya que repetirán lo que escuchan.
Cuando pronuncie mal alguna palabra, repítasela tal y como debe pronunciarla y pídale que la repita; sin necesidad de decirle a cada rato “a sí no”, “habla bien”, “no sabes pronunciar”, y mucho menos hacerle burla por cómo habla.
Los pequeños comienzan a comprender algunas indicaciones sencillas y las obedecen: Trae tu carrito, dame la escoba, guarda tus juguetes.
Descubren que logran comunicarse y hacerse entender, ello les hace feliz, es una forma de reconocer sus logros.
Disfrutan mucho poniéndole nombre a las cosas, juegan con las palabras, inventan palabras con significado, se la pasan repitiendo algunos sonidos y gestos que van descubriendo, es muy divertido ver cómo avanzan a pasos agigantados.
La comunicación oral es uno de los indicadores fundamentales de cómo van desarrollándose los menores, pasan de palabras sueltas con significado —mamá, tía, pelota, papá— a nombrar personas, animales y cosas.
Lea en su Revista, la sección Adivinanzas y trate de darles respuesta.
Describa cómo se sintió al contestar las adivinanzas, ¿cuántas adivinó?
Escriba dos aprendizajes que considera adquieren los pequeños al practicar con ellos adivinanzas.
Invente una adivinanza.
Practique en casa con un menor las adivinanzas de la Revista e inventen otras.