Los menores disfrutan mucho de las historias y los cuentos, aproveche algunos que aquí se presentan para contárselos e incluso puede hacerles cambios, sonidos, en fin, todo lo que se le ocurra, puede pedirle al menor a quien se lo cuenta que le ayude a hacerlo más divertido.

Para niños y niñas de 2 a 4 años

"¿Y por qué se pierden en el bosque? ¿Por qué se comió el pastel? ¿Por qué su mamá se enfada con él?"…

Los menores comienzan a ser exigentes con los cuentos, con nuestros argumentos y explicaciones. Quieren comprender y no perderse nada. Tendremos que proporcionarles historias sencillas, afectivas y de acción lineal, que no sean complicadas ni muy largas.

Las primeras historias que contaremos son aquellas en las que aparecen elementos que al menor le son familiares y que encuentra en su vida habitualmente: nosotros, la familia, los animales, entre otros. Le interesan los relatos formados por episodios similares a los de su vida cotidiana: como levantarse, desayunar y lavarse los dientes.

Los cuentos de animales les fascinan. Estos personajes pueden estar humanizados o no y ser los protagonistas de narraciones reales o ficticias. De todas formas les encantarán.

Las repeticiones rimadas son ideales porque la capacidad de imitación a esta edad es extraordinaria. El pequeño aprende las rimas y es capaz de repetirlas imitando incluso la voz y los gestos de quien le enseña. En edades de 2 a 4 años, está aprendiendo a expresar con palabras muchas de las realidades que hasta ahora no podía nombrar.

En ocasiones lo hace arriesgándose porque su conocimiento de la lengua todavía es limitado ("se ha rompido"), en otras lo hace como parte de un juego en el que resulta gracioso pronunciar cosas que no tienen mucho sentido para las personas adultas que las oímos ("malulo, malulo"). Aquellos cuentos que tengan juegos de palabras, aunque sólo sea en el nombre de los personajes o lugares que aparecen en la historia, les parecerán muy divertidos.

Repitiendo rimas y nombres formados a partir de juegos de palabras perfeccionará su pronunciación.


Además de los cuentos, le fascinará escuchar nuestra versión acerca de alguna historia real donde él o algún miembro de la familia sea el protagonista. Contémosle qué sucedió aquel día que tiró la mamila a la basura o cuando su hermano se cayó a un charco lleno de lodo… ¡La atención está asegurada!

De 4 a 7 años

Ahora quieren gigantes, enanos, sirenas, dragones, castillos, príncipes y princesas, habas mágicas y hadas complacientes. Quieren fantasía y creatividad. Su expresión oral y su comprensión les permiten exigir calidad en sus cuentos, emoción e imaginación. Es el momento de contarle los cuentos de hadas con argumentos sencillos como Blancanieves, Pulgarcito, La reina mora y Las Hadas.

  Preferencias de los niños durante este periodo:
   
  Cuentos con estructura repetitiva: cada repetición hace que el cuento sea más familiar y reduce en el menor el esfuerzo de atención. La repetición, además, le estimula intelectualmente para seguir sin perderse la secuencia de aventuras. Por ejemplo: Rizos de Oro, Cuentos de animales.
   
  Cuentos con elementos familiares: a los menores se les dificulta prestar atención durante mucho rato, por eso prefieren una historia que ya conocen antes que un cuento nuevo. Para crear un mundo nuevo la imaginación debe partir de material conocido.
   
  Cuentos de acción rápida: cuanto más rápido se suceden los acontecimientos de la historia más atención prestará el menor al explicarle el cuento.
   
  No se desanime si al principio el menor se distrae. Empezará a prestar atención a medida que vaya comprendiendo e interesándose por la historia y las aventuras de los personajes.
   




 

 

 

 

 

 

Comencemos la aventura…