Su cuerpo se fortalece
 
A medida que pasa el tiempo, el pequeño se va fortaleciendo, aumenta de peso, se mueve más y comienza a controlar su cuerpo, empezando por la cabeza y terminando por los pies. Antes de poder sostener sus piernas para gatear, su pecho debe fortalecerse y esto le permitirá sostenerse sentado.
 
 
 
 
Cuando cambie el pañal a un pequeño de unos entre dos y tres meses, sienta su peso y observe qué hace.
 
 
Si usted:
 
Pone su mano frente a él y la mueve de un lado a otro, atrayendo su mirada.
¿Qué hace el pequeño?
 
 
 
Si usted:
 
Se esconde para que no la vea y hace ruido con un objeto (botella, campanita, sonaja). ¿Qué hace el pequeño?
 
 
 
Si usted:
 
Juega con él, riendo, moviendo sus manos, alejándose y acercándose.
¿Qué hace el pequeño?
 
 
 
Si usted:
 
Lo pone boca abajo y le habla para llamar su atención. ¿Qué hace el pequeño?
 
 
 
Si usted:
 
Lo deja recostado sobre su espalda. ¿Qué hace el pequeño?
 
 
 
 

Después del primer mes, el cuerpo del pequeño o pequeña empieza a sentirse más “durito”; sus brazos, piernas, cuello y pecho se fortalecen, y esto le permite moverse cada vez más y controlar mejor cada parte de su organismo.

Lo primero que controla son los movimientos de su cabeza, luego los brazos, las manos, el pecho, las piernas y los pies. Hacia los dos meses comienza a levantar la cabeza, los hombros y el pecho, pero todavía no puede mantenerse sentado. A partir de los tres o cuatro meses, es capaz de enderezar la cabeza y mantenerla en esa posición.

 
         
  El crecimiento de las niñas y los niños depende de las características físicas de cada uno, su potencial o capacidad para crecer, así como de la alimentación y cuidados que se les den. Por lo tanto, las atenciones que se tiene con ellos pueden ayudarles o no, a fortalecer su cuerpo.  
       
  Cuando las condiciones en que crecen hay carencias, probablemente sea difícil que alcancen un peso y talla óptimos. Sin embargo, lo importante es apoyarlos para que crezcan lo suficiente para lograr un buen desarrollo y que no estén tan expuestos a las enfermedades en su infancia.  
       
  La compañía y el cariño son tan necesarios para el crecimiento y el desarrollo, como la alimentación. Por lo tanto, el cariño es también una necesidad básica.