Los valores se encuentran en todo lo que hacemos en nuestra vida cotidiana. Cuando surge la necesidad de dar prioridades, de tener preferencias, de tomar decisiones y también cuando damos nuestra opinión sobre algo.
Tener valores no sólo es decir lo que es más importante para nosotros, sino también demostrarlo a través de lo que hacemos.
Los valores que tenemos influyen directamente en nuestra persona, en el hogar, en el trabajo y en todos los grupos y lugares en donde nos relacionamos.
Relaciona cada uno de los valores de la izquierda con
alguno de los comportamientos de la derecha. Arrastra el nombre del valor
hacia el comportamiento con el que te parece tiene relación.
El orden o jerarquización que tenemos de los valores se manifiesta
en nuestros comportamientos, por ejemplo, una persona que dice valorar
su seguridad económica, ahorra en forma permanente. Sin embargo,
cuando una de las personas que considera su amigo o amiga, enfrenta una
fuerte crisis económica no duda
en retirar sus ahorros del banco para proporcionarle ese dinero.
En esta situación, la persona demuestra que valora más la amistad que la seguridad económica y su comportamiento habla de su jerarquía de valores. Este ejemplo ilustra también que los valores reales no son los que se declaran sino los que se demuestran con los hechos, es decir, con comportamientos o acciones.
Asimismo en la vida diaria mostramos los valores que tenemos a través de la comunicación, la cual no solamente se da a través de las palabras directas sino
también por medio de los gestos y postura o colocación del cuerpo. A esta forma de expresarnos, se le conoce como lenguaje no verbal.
Una persona que da más importancia a las relaciones tratará de comunicarse con las personas la mayoría de las veces; en cambio, si considera importante el trabajo individual, evitará hablar con sus compañeros de trabajo y lo comunicará con diversas actitudes y lenguaje no verbal.
Cuando lo que hacemos no está de acuerdo con nuestros valores más importantes, nos sentimos insatisfechos, descontentos con la situación y hasta con nosotros mismos. Por el contrario, cuando actuamos con base a ellos, nos sentimos bien con nosotros mismos y con todo lo que nos rodea.
Los valores son tan importantes que nuestros objetivos están relacionados con ellos; son como un imán que nos impulsa a actuar hacia ellos. Por ello es conveniente estar conscientes de cuáles son los valores que tenemos; ese será nuestro tema siguiente.