¿Cambio? ¿Cuál cambio?
Ignacio Alvarado

Su casa es totalmente rosa. Decidió pintarla así como un desafío al más negro de los episodios de su vida: el asesinato de Sagrario, una de sus hermanas menores. Con ese mismo color, esta ex empleada de una maquiladora, salió un día a las calles y pintó los postes para crear el más elocuente de los símbolos en contra de la impunidad con que se asesina a las mujeres en Juárez. "Voces sin Eco", la organización que dirige, es silenciosa y en permanente protesta que clama justicia para más de 200 víctimas. De 24 años, Guillermina se ha convertido en símbolo de muchas mujeres del mundo. Encabeza un movimiento único, que con recursos mínimos ha llamado más la atención en Estados Unidos y en Europa que en México. Guillermina ha enfrentado a gobernadores y procuradores, y no se dobla.

A continuación presentamos la entrevista hecha a Guillermina.

La violencia en contra de las mujeres es una constante no sólo en Juárez, sino en el mundo, ¿cuál es su conclusión sobre esta realidad?

Hasta hoy a las mujeres se nos ve en forma devaluada. En un pequeño porcentaje estamos aprendiendo a defendernos, conociendo nuestros derechos. Pero la mujer sigue siendo destruida física, moral y espiritualmente.

¿Qué es lo que debe alcanzarse con toda esta lucha?

No buscamos compararnos con la fuerza del hombre, pero sí buscamos la igualdad para desarrollar cualquier trabajo o función en el campo profesional.

¿Cuáles son los avances que ha visto en esta lucha?

Los avances son muchos, pero que la mujer diga lo que antes no podía expresar, es un logro.

¿Encuentra diferencia entre las mujeres de una ciudad fronteriza como Juárez, a las de otras regiones del país?

En diferentes lugares la mujer sigue siendo sumisa. Una mujer en la frontera enfrenta muchas situaciones, cambia su cultura. Tienes que ser sumisa y valiente a la vez; debes aprender a desarrollar labores a las que una mujer no está acostumbrada: enfrentas la pobreza, el transporte deficiente, la mezcla de culturas. Existe una inundación de pobreza, una inundación de ignorancia que no te permite tener con qué enfrentarlas. Estamos siendo explotadas. Una viene a buscar trabajo y éste sólo te sirve para sobrevivir. La gente, la mayoría, tiene un sueldo con el que solamente come; así sólo sobrevivimos y a veces hasta sin agua.

En la lucha de "Voces sin Eco" el objetivo principal es la justicia. ¿Qué le dice el desempeño que han tenido las autoridades en estos años?

Las autoridades aquí en la frontera son parte de la violencia. Está muy claro. Casos como el de Patricio Martínez (gobernador de Chihuahua) explican que mientras alguien sea importante, las cosas se resuelven; pero si se es pobre, ahí se queda sin resolver, porque la gente le es insignificante a la autoridad. Yo pienso distinto: todo mundo es importante. La misma atención debe tener un pobre que una persona con poder.

Durante años se ha hablado en Juárez, y en el resto del estado, de cambio, del cambio político, de la esperanza que genera un escenario de alternancia política, y ahora eso mismo se piensa en el resto del país. ¿Le quedan esperanzas?

Creo que en todo el mundo sólo existe la esperanza de que las cosas cambien, pero eso va a tardar muchos años. Fox dijo en la campaña que todo iba a cambiar y, ¿ahora ya tenemos el cambio? Pues claro que no. Por parte mía, los hechos son los que cuentan, las cosas reales, no las fantasías.

¿Qué esperaría de todo lo que se dijo durante las campañas, de lo que se ha dicho desde el arribo del nuevo gobierno?

Que se respeten los derechos de las mujeres, nada más. El derecho a ser mujer. Porque la mujer sigue siendo explotada, y desde ahí está siendo pisoteada.

En la realidad que vive, que viven miles de mujeres mexicanas. ¿Cómo espera el futuro?

Pienso que en un futuro, tal vez dentro de quinientos años, las mujeres podamos ser dignas de que se nos considere seres humanos; esto quizá no ocurra ahora. Pero hoy estamos en un proceso de lucha, de enfrentar situaciones. Soy un ser humano y tengo la fuerza de enfrentar y soportar las consecuencias de ello.

¿Cómo describiría la violencia en contra de las mujeres?

La violencia es un fenómeno social que provocamos nosotros mismos. Creo que somos, mujeres y hombres, parte de ella. Aprendemos la violencia desde el hogar y no la detenemos hasta que pasa lo que pasa. Si el gobierno se preocupara por la educación a la que tenemos derecho, y si no existiera esta inundación de ignorancia, te aseguro que no existiría una violencia a tal velocidad porque simplemente está muy claro lo que ocurre. Por ejemplo con la migración, ¿por qué te vas de tu país? Te vas porque tu país no te da lo que debe, tu gobierno no te toma en cuenta. Tenemos derecho a quedarnos, pero si todo mundo se va es porque México no está bien.

¿En qué se apoya para seguir su lucha?, ¿en la esperanza?

Sí, pero mi esperanza no es precisamente en la justicia, ni en que la violencia se vaya a terminar de un momento a otro. Debe ser en algo, y ahorita en lo único que creo es en Dios.



Alvarado, Ignacio. "¿Cambio? ¿Cuál cambio?" en Día Siete, revista semanal de El Universal, núm. 36,  México, s/f, pp. 32-40.