La comunidad de San Pedro Yosotato
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San Pedro Yosotato es una comunidad mixteca ubicada en el estado de Oaxaca.
La lucha de San Pedro Yosotato en defensa de lo que consideraba su territorio tuvo su máxima expresión a principios del siglo xx con un enfrentamiento entre Nuyoo y San Pedro Yosotato, del distrito de Tlaxiaco por un lado, y Nopalera y Ocotlán, del distrito de Putla Villa de Guerrero, por el otro. Estas luchas se vieron influenciadas también por los problemas entre los jefes políticos de cada distrito, quienes sólo atendían a los habitantes de su jurisdicción, pero no buscaban la forma de arreglar los problemas entre ambos grupos.
De los informes que se tienen se desprende que el problema que enfrentaban las comunidades no era nuevo ni sólo por posesión o límites de tierras, se trataba de un conflicto político y social que llevaba varios años de existencia. Además de esto, el conflicto se agravaba por la falta de cooperación entre los jefes políticos.
En el distrito de Tlaxiaco varias comunidades solicitaron la titulación de sus tierras, pero fue en San Pedro Yosotato en donde primero se las titularon, tal vez porque el gobierno pensaba que de esa manera terminarían los conflictos con San Sebastián Nopalera.
La titulación de las tierras no aminoró los conflictos por su posesión ni terminó con el problema social. El 6 de octubre de 1931, apenas unos meses de tituladas sus tierras ejidales, San Sebastián Nopalera, en unión de Siniyuvi, volvieron a atacar a la comunidad de San Pedro Yosotato, librándose una encarnizada batalla.
Después de esta contienda hubo una precaria paz que duró cerca de tres décadas, hasta que en el año de 1976 la comunidad de Nopalera y su anexo Zimatlán, en forma ilegal, invadieron 18 hectáreas de terrenos pertenecientes a San Pedro Yosotato. Aunque la superficie invadida era tierra para cultivo, los invasores la convirtieron en zona urbana.
El conflicto generado por la invasión se trató de solucionar durante muchos años, por la vía conciliatoria, pero no prosperó. Fue por eso que el 30 de octubre de1995 la comunidad de San Pedro Yosotato inició un juicio agrario para que se determinaran sus límites con San Sebastián Nopalera. El juicio fue resuelto el 11 de abril de 1997, condenando a la demandada a respetar los límites marcados en la ejecución de la resolución presidencial, cosa que nunca sucedió.
Durante el proceso agrario hubo intentos de solución conciliatoria.
No hubo arreglo posible y nada se cumplió. El tiempo demostró que lo que San Sebastián Nopalera buscaba era ganar tiempo mientras preparaba la invasión de las tierras... Asesorados por el dirigente estatal de la Unión Campesina Democrática, UCD, que estaba buscando votos para postularse candidato a diputado, se introdujeron más de 200 hombres de la comunidad de Nopalera y su anexo Zimatlán, portando armas de fuego y machetes; y ocuparon aproximadamente 80 hectáreas de tierra del ejido de Yosotato. Inmediatamente comenzaron a trazar una brecha y colocar una cerca de alambre de púas. Una vez construido el cercado, de manera violenta desalojaron a los ejidatarios que ahí se encontraban; los invasores se adueñaron de las pertenencias de los desalojados; después de saquear las habitaciones.
Los ejidatarios de San Pedro Yosotato solicitaron la presencia de las autoridades agrarias y de seguridad pública del estado para desalojar a los invasores y evitar riesgos de enfrentamientos. Asimismo, advirtieron que si las autoridades no atendían el problema, ellos buscarían el apoyo de organizaciones políticas para hacer presión. Su advertencia era doble. Por un lado se habían dado cuenta de que las autoridades no hacían caso más que mediante la presión política y ellos, que hasta entonces habían sido una comunidad alejada de organizaciones políticas, estaban dispuestos a organizarse de esa manera con tal de que les hicieran caso. Pero junto con la amenaza expresaron su vocación pacifista, así como el ánimo de llegar a un arreglo:
No está por demás hacer saber a esta superioridad, que el pueblo de San Pedro Yosotato siempre ha estado en contacto y en coordinación con otras instancias federales cuando se han emprendido diversas campañas para combatir el narcotráfico en las comunidades de Nopalera y Zimatlán, pues nuestro pueblo se distingue por ser contrario a toda violencia y ser respetuosos de los derechos de los pueblos circunvecinos. |
Todo un año de negociaciones no lograron conciliar a las partes. El año siguiente se distanciaron más. Los vecinos de Zimatlán agredieron y amenazaron a los ejidatarios de Yosotato que se encontraban regando sus parcelas de maíz en los terrenos de riego, mientras los de Zimatlán se encontraban en la zona invadida. Como siguieron amenazando, los agredidos fueron por la policía preventiva, pero el comandante en lugar de poner orden amenazó a los miembros del Consejo de Vigilancia del ejido de Yosotato y a varios ejidatarios con "que los iba a meter a la cárcel si seguían molestando porque ya de por sí les traía ganas". Yosotato pidió el cambio de los miembros de la corporación, al tiempo que advertía: "si la justicia tiene que actuar que lo haga, pero sin amenazas y hoy en día tenemos que cuidarnos de Nopalera, de Zimatlán y de la misma policía".
Era claro que el conflicto había cambiado a otra situación. El gobierno ya no sólo se mostraba indolente ante la agresión sino que ahora pasaba a ser parte de los agresores a través de sus agentes policiales.
Los problemas continuaron por lo que escribieron al gobernador del estado a quien, además de narrarle los hechos, le decían…
Nuestra comunidad es pacífica y respetuosa del orden y la autoridad, somos tolerantes pero no complacientes, y en el afán de proteger a nuestras familias haremos acto de la autodefensa, por lo que no queremos que eso sea como lo ocurrido en otros estados de nuestro país. |
Las denuncias continuaron, pero nadie escuchaba. En oficio dirigido al Secretario General de Gobierno denunciaban…
El día 10 de este mes, de manera pacífica y por acuerdo de la asamblea general, los ejidatarios de esta comunidad, acompañados de la fuerza pública, bajaron a pizcar la milpa sembrada en la zona que se nos invadió el día 18 de febrero. Al darse cuenta de esto, los ejidatarios de Zimatlán nos mandaron más de 200 mujeres y unos 100 hombres armados con palos y piedras y hombres con armas de fuego apostados en lugares estratégicos dentro de los terrenos que no les corresponden; y al darse cuenta, ellos de la vigilancia de la ley, corrieron a esconderse y no fue posible su detención. |
El año 2000 los sorprendió denunciando y realizando reuniones que buscaban la conciliación como forma de resolver el conflicto... lo primero era que discutieran la propuesta de Yosotato de que "para iniciar las pláticas es necesario que se nombre una comisión de cuatro personas del anexo de Zimatlán más el presidente del Comisariado Ejidal de Nopalera, y que estos tengan facultad para tomar determinaciones". Era evidente, como ya lo habían manifestado meses atrás, que lo que buscaban era que en las pláticas participaran los campesinos directamente involucrados en el problema, que les interesara el conflicto de las tierras y no terceras personas que veían más por sus intereses políticos.
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Los representantes ejidales de San Pedro Yosotato presentaron un documento que habían consensado días antes en una asamblea general y que contenía una narración puntual de los momentos más álgidos del conflicto, una visión del problema y una oferta de negociación.
Es voluntad de nuestra comunidad externar mediante la presencia de nuestros órganos de representación ejidal y su autoridad municipal en esta reunión de trabajo llegar a una solución que ponga fin al conflicto agrario que nos ocupa, siempre y cuando los puntos anteriores sean reconocidos firmemente por los habitantes y órganos de representación ejidal y autoridad municipal de las comunidades de San Sebastián Nopalera y su anexo Zimatlán de Lázaro Cárdenas, y que nuestra comunidad sea resarcida de los daños ocasionados como producto del conflicto agrario. |
A los de San Sebastián Nopalera les expresaban…
En mérito de lo anterior solicitamos a los ciudadanos y órganos de representación de las comunidades de San Sebastián Nopalera y su anexo Zimatlán de Lázaro Cárdenas a expresar en reciprocidad el sentimiento de llegar a una solución al conflicto agrario que nos atañe, sin más pretensiones que las propuestas emanadas de un sentido común con base al respeto a las determinaciones judiciales, los factores actuales y las decisiones de la asamblea general de ciudadanos del núcleo agrario de San Pedro Yosotato como autoridad suprema de nuestra comunidad. |
Y al gobierno le decían:
Asimismo, hacemos un llamado al Poder Ejecutivo del Estado a efecto de considerar que nuestra voluntad obedece a una exigencia de respeto, y que la misma queda confiada en su capacidad de conciliación para que en uso de sus facultades diriman el actual conflicto, respondiendo a su obligación de preservar la paz, tranquilidad y el buen desarrollo de los núcleos agrarios, sin dar más concesiones a las partes que la facultad de expresar las propuestas, considerándolas en mayor o menor grado, según se ajusten a sus posibilidades de realización. |
La "capacidad de conciliación" del gobierno era poca.
Un día como las 6:30 de la mañana, los pobladores de Nopalera, su anexo Zimatlán y dos núcleos rurales más, Torralba y el Paraíso, los agredieron a balazos hiriendo de gravedad a un ejidatario y desapareciendo a otro, quien tardó mucho tiempo en aparecer, asimismo la agresión se extendió, disparando igual a niños y mujeres. Quemaron las casas, una escuela y la oficina ejidal; se robaron el ganado, saquearon las cosechas de maíz y frijol, quemaron los mangales, cafetales, naranjales, cacao y demás huertos familiares que tenían ahí los ejidatarios de Yosotato. Nadie se podía acercar porque portaban armas de alto poder, la policía preventiva intentó entrar el mismo día nueve de noviembre y fue baleada.
Durante todos estos hechos la comunidad no recibió ningún apoyo. Días después se entrevistaron con el presidente del congreso local buscando su intervención para una posible solución al conflicto, pero éste les dijo que no se podía desalojar a los ejidatarios que invadieron y se posesionaron de sus terrenos ejidales; en cambio les propuso hablar con el diputado local del PRD y dirigente de la Unión Campesina Democrática, quien estaba involucrado en el problema agrario. Igualmente, denunciaron que en el conflicto estuvo inmiscuido también un exnarcotraficante y su hermano, quienes eran dirigentes locales de la organización denominada Unión Campesina Democrática.
A principios de mayo de 2001 fue asesinado el exnarcotraficante cuando era candidato a diputado suplente por el PRD, y aunque desde un principio algunos de sus compañeros señalaron a miembros del PRI como responsables, otros aprovecharon la ocasión para acusar a los de Yosotato de ser los responsables.
Meses después la policía judicial detuvo a los responsables y se demostró que los habitantes de esta comunidad nada tuvieron que ver en el crimen.
Se aclaró el crimen, pero no se arregló el conflicto
[agrario]. Éste continúa y no se ven visos de cuándo podrá llegar a su término. |
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Francisco López Bárcenas y Guadalupe Espinoza Sauceda. “Derechos territoriales y lucha por la autonomía: el caso de San Pedro Yosotato”, en La construcción de sujetos ciudadanos colectivos. Democracia y derechos humanos en México: tres estudios de caso, Rafael Reygadas Robles Gil y Maricela Adriana Soto Martínez, coords., Alianza Cívica y Droits et Démocratie Rights & Democracy, (Centro de Derechos Humanos y Desarrollo Democrático (Derechos y Democracia)/IFE, México, 2003, pp. 96 a 112.
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