
En nuestro país el 35% (1) de la población se ubica en un rango de edad de 12 a 29 años de edad. Este sector representa un potencial humano de enorme importancia que tiene en sus manos, en este momento y a futuro, importantes responsabilidades familiares, cívicas y productivas, a pesar de lo cual un número considerable va a enfrentar obstáculos que pueden poner en riesgo este desarrollo y situarlos en posición de vulnerabilidad o desventaja económica y social.
|
Cerca del 43% de esta población, que incluye sectores rurales y urbanos, no ha concluido su educación básica, (2)lo que es resultado en gran medida de factores económicos que los llevan a abandonar la escuela y a buscar empleo. Estos factores interrelacionan en muchos casos con otros que obstaculizan su posibilidad de desarrollo, como los ambientes familiares y sociales desfavorables, y una débil vinculación con instituciones públicas o privadas de salud y culturales. |
|

|
Con el MEVyT se abre en el INEA, una propuesta específica para la población joven, que al mismo tiempo que le permite estudiar su educación básica apoya su desarrollo integral, al adquirir elementos para el cuidado de su salud física y emocional, el mejoramiento de sus relaciones interpersonales, el reconocimiento de oportunidades educativas y laborales y su participación en la resolución de problemas sociales actuales.
|
 |
|
Conceptualmente se retoman las propuestas que consideran que la juventud responde a procesos reconocibles en el aspecto biológico y por otra parte por los procesos sociales en los que se desarrollan. En ese sentido concebimos a la juventud como una construcción social, y que ser joven responde a las expectativas, demandas y retos propios de sus contextos familiares, sociales y económicos, que dan lugar a una diversidad de la cultura juvenil, por lo que ser joven representa muchos y variados modos de vivir, pensar, actuar. (3) |
Dentro de esta diversidad se reconocen tránsitos de vida que pueden resultar comunes en esta población, en primer lugar los concernientes a la reconfiguración de su identidad resultado de las transformaciones físicas, emocionales y sociales que viven; en el que inician un proceso de autonomía, con nuevas formas de relaciones interpersonales, en el que toman mayor relevancia las que tienen lugar con sus pares o iguales, así como el inicio de las relaciones amorosas y sexuales, en un mundo de rápidas transformaciones sociales, laborales, económicas y tecnológicas, en el que requieren estudiar y/o trabajar, y en donde entran en contacto con situaciones que pueden representar riesgos para su salud y su vida, entendido el riesgo como un elemento que no es privativo del actuar de los y las jóvenes, sino como aspectos que se inscriben en los contextos históricos y culturales en los que se desarrollan.
Asimismo se reconoce su papel activo, sus aprendizajes, experiencias, valores y actitudes adquiridos a lo largo de la vida, con capacidad de negociación con sistemas e instituciones, cuyo ser y hacer en el mundo está anclado en el presente, en oposición a la idea de que son sujetos en tránsito, preparándose para un momento futuro. (4)
En lo correspondiente a la metodología:
|
• |
Las dimensiones en las que se centra la propuesta educativa son las del desarrollo integral, que implica aspectos biológicos, fortalecimiento de la autoestima y valoración de su sexualidad, el relacional comunicativo, que busca favorecer habilidades que mejoren sus relaciones con su familia, con sus pares o iguales y con el resto de la sociedad, la prevención de riesgos basada en factores de protección que le permitan reconocer y apoyarse en sus fortalezas personales, familiares, y por último la dimensión de los proyectos de vida, que le permita ampliar su visión de futuro. |
|
|
En los materiales del eje, estas dimensiones de análisis se organizan en relación a diversas experiencias o tránsitos de vida de la población joven en determinados contextos socioculturales, con el fin de favorecer la reflexión sobre sí mismo y de la realidad que vive, a través de una comunicación y diálogo permanente, en el que el reconocimiento de saberes y experiencias son el punto de partida para compararlos/confrontarlos/analizarlos, reconstruirlos y repensar su participación en sociedad. |
|
|
Las actividades se diseñan a partir de situaciones, ejemplos y experiencias propias de jóvenes, lo que permite que sean ellos/as quienes interactúen y lleguen a sus propias conclusiones, así como al reconocimiento de distintas realidades en las que se desenvuelven, propiciando en todo momento la reflexión y el análisis, el intercambio de opiniones con diversos interlocutores, y de esta manera completar su proceso de aprendizaje a partir de la aplicación concreta de lo aprendido. |
En este eje la evaluación de aprendizaje no se reduce a la adquisición de conocimientos, sino que conlleva la realización de acciones en su entorno familiar, comunitario con sus pares o iguales y con su propia persona.
(1) La proporción era del 34.4 para el 2000, Pérez Islas, J.A., et al, Nuevas miradas sobre los jóvenes, IMJ, Colección Jóvenes, p. 14.
(2) INEGI, XII Censo General de Población y Vivienda 2000.
(3)
IMJ, Nuevas miradas sobre los jóvenes, colección jóvenes, México, 2003, P. 77.
(4) Medina Carrasco, Gabriel (comp.), Aproximaciones a la diversidad juvenil, El Colegio de México, Centro de Estudios Sociológicos, México, 2000.
|