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El
sistema músculo-esquelético está integrado
principalmente por huesos, músculos y articulaciones.
El esqueleto está formado por 206 huesos grandes, pequeños,
largos, planos y de otras formas. Las funciones del
esqueleto son dar soporte, mantener la posición que queremos, otra
es efectuar los movimientos que deseamos y otra más
es proteger los órganos internos de sufrir lesiones
ocasionadas por caídas y golpes.
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¿Cómo
es un hueso por dentro?
¿Qué sucede si se daña el sistema músculo-esquelético?
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Converse con sus compañeros, familiares y/o amigos
sobre la información que ahora tiene sobre los
huesos. Consiga un hueso grande y fresco de algún
animal. Córtelo por la mitad y observe la parte
del centro. Respondan, entre todos, a las siguientes
preguntas: ¿Qué tiene adentro? ¿Qué
aspecto tiene?
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Lean
y comenten las ideas principales del siguiente texto:
No
todos los huesos son macizos. Los huesos de las piernas, de los
brazos y otros como las costillas, el esternón y las clavículas,
están llenos de médula ósea.
La médula ósea es muy importante porque allí
se fabrican todas las células de la sangre. Al crecer, la
médula ósea de los huesos de nuestras piernas y brazos
se llena de grasa y se convierte en tuétano. Pero otros huesos
largos siguen produciendo sangre.
Por su estructura, el sistema músculo-esquelético
puede ser afectado por numerosas enfermedades que atacan las articulaciones,
los músculos o la médula de los huesos.
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