La obesidad es una enfermedad caracterizada por un exceso de tejido adiposo (grasa), que se refleja en el aumento del peso corporal. Esta enfermedad es causada por diversos factores.

Hábitos alimentarios. Se da principalmente por el desconocimiento del valor nutritivo de los alimentos, lo que causa que las personas coman más de lo que el cuerpo necesita (en cantidad) o más de algunos alimentos y menos de otros.

• En ocasiones, algunos niños o adolescentes acostumbran comer muchos productos ricos en sal, azúcar o grasa (alimentos “chatarra”), que aunque sean de su agrado, no forman parte de una alimentación balanceada.

• Algunas personas aseguran “no comer demasiado”, ingieren alimentos con alto contenido de grasa (principalmente animal) o carbohidratos, y aunque comen poco, no comen las verduras y frutas necesarias para que, con la fibra que éstas tienen desechen la grasa que no requiere el cuerpo.

• Existen personas que comen aunque no tengan hambre, sólo por ver a otra persona que lo hace, porque se dejan llevar por el olor o la apariencia de la comida o bien, porque al estar preparando los alimentos comen parte de los ingredientes, lo que produce que aumente su peso.

• Otras personas relacionan los logros personales o el éxito económico con la buena comida, que entienden como comer mucho; además de llevar una vida sedentaria, por lo que gastan menos energía de la que consumen a través de la alimentación.

• Hay mujeres embarazadas que piensan que llevar dentro de sí un nuevo ser, significa comer por dos y así lo hacen con todos los alimentos que consumen, lo que provoca que suban de peso en exceso (más de lo normal en su condición) y le den al cuerpo más de lo que necesita.

• Algunas personas comen en exceso cuando tienen preocupaciones o presiones en el hogar, la escuela o el trabajo, o bien, cuando se encuentran nerviosas o ansiosas. Algunas otras que acostumbran fumar o beber, al dejar este hábito lo sustituyen por una adicción a la comida, incrementando con ello su peso y su grasa corporal.

• Con mucha frecuencia, principalmente en las ciudades, la gente come muy rápido, lo que hace que en poco tiempo consuma más alimentos de los que consumiría normalmente y de los que necesita. Otra razón es que al comer rápidamente, no se mastica bien o no se mastica todo lo que se ingiere, lo que provoca que se conserve la sensación de hambre o que la persona no se sienta satisfecha con lo que come y aumente la cantidad de sus alimentos.

• A veces, cuando no se tiene un horario fijo para comer o sólo se hacen una o dos comidas, al llegar a ellas se come en exceso por toda el hambre que se acumuló.

Actividad física. Cuando una persona no realiza ninguna actividad física o ésta es mínima, es decir, lleva una vida “sedentaria”, gasta menos energía de la cantidad que consume en alimentos, lo que origina que se acumule grasa en su cuerpo.

• Por otro lado, cuando una persona que hace ejercicio, lo deja de hacer por temporadas o de forma definitiva y sigue comiendo de la misma manera que cuando hacía ejercicio, el gasto de energía baja y la que queda en su cuerpo se acumula en forma de grasa.

Relaciones interpersonales. En algunas familias existe la creencia de que un niño o una niña con mayor peso del normal es saludable, por lo cual los padres los hacen comer más de lo que necesitan o no atienden al sobrepeso que padecen.

• En algunos casos, cuando los niños son muy pequeños y lloran, antes de averiguar lo que realmente les causó el llanto, se les alimenta.

• Algunos padres “premian” o “consuelan” a sus hijos con alimentos que, generalmente, contienen mucha azúcar o tienen bajo valor nutritivo, lo que crea en ellos una costumbre que llevan a la edad adulta.

• Aquellas personas que tienen una vida con mucha actividad social, frecuentes comidas o salidas, suelen aumentar su peso, debido a que en sus reuniones generalmente se consumen alimentos en exceso o con grandes cantidades de grasa y carbohidratos.

Otros. Hay otros factores que también influyen en el desarrollo de la obesidad, como los siguientes.

• Menopausia. Cuando las mujeres llegan a esta etapa de su vida, sufren alteraciones hormonales, las cuales pueden favorecer el aumento de peso; en estos casos es importante acudir al médico para llevar un control alimenticio adecuado a sus necesidades y cambios.

• Problemas hormonales. En otras situaciones, poco frecuentes, algunas personas padecen problemas hormonales que originan la acumulación de grasa y con ello, la obesidad.

• Publicidad. Es un factor muy importante en la obesidad, ya que influye en la compra de determinados alimentos (que suelen tener un alto contenido de grasa o son de bajo valor nutritivo), los cuales por verse “atractivos o antojables”, se consumen sin ser lo que nuestro cuerpo necesita.

Las consecuencias...
La obesidad es un factor de riesgo para la generación de enfermedades que afectan nuestro organismo.

• En el aparato circulatorio: hipertensión (presión arterial alta), arteriosclerosis (endurecimiento de las arterias), trombosis cerebral (impedimento del paso de la sangre de una vena que va al cerebro por la formación de un tapón de grasa) y várices en las piernas (hinchazón de las venas), así como infarto al miocardio (músculo del corazón).

• En el aparato respiratorio: gran dificultad para respirar por el exceso de peso.

• En el aparato digestivo: aumento del tamaño del hígado por el depósito de grasa, flatulencia, intolerancia a ciertas comidas, así como caries en los dientes, debido al consumo en exceso de alimentos con azúcar y una mala higiene dental.

• En el sistema óseo: a los niños se les pueden deformar las piernas y los adultos son propensos a tener problemas de la columna vertebral o artritis (problemas en las articulaciones).

• Formación de cálculos (piedras) en la vesícula biliar o el riñón.

• Diabetes mellitus (azúcar en la sangre).

• Irregularidades menstruales.

• Gota (por aumento de ácido úrico, debido al consumo excesivo de carne roja).

   
 
   
 

Es importante que para evitar la obesidad y los daños que puede provocar, se lleven a cabo las acciones siguientes.

• Tener una alimentación balanceada, es decir, incluir en nuestras tres comidas del día, alimentos de los tres grupos.

• No consumir grasas en exceso ni productos de escaso valor nutritivo.

• Realizar ejercicio regular o mantenerse activo físicamente.

• Comer sólo cuando se tiene hambre, pero no por compromiso, nerviosismo o ansiedad.

   
 
Para conocer cuál es el peso que debe tener cada persona de acuerdo con su sexo, consulte la tabla de peso recomendable con base en el índice de masa muscular, que se encuentra al final de esta Revista.