Todos los seres vivos en general necesitamos de alimentos para desarrollarnos y crecer. Estos alimentos se transforman en energía para poder trabajar, realizar las funciones del cuerpo y las actividades diarias.

La alimentación no es sólo “comer por comer”; sino saber comer; esto quiere decir que se trata de saber cuáles son los alimentos que nos nutren mejor. La gran variedad de alimentos se puede clasificar por tipos; los hay de origen animal o vegetal y de múltiples variedades y sabores, que de acuerdo con cada cultura y región, se producen en diferentes lugares.

Cada uno de ellos tiene propiedades nutritivas y “algo” que los hace diferentes a los demás, pero ¡todos son importantes!

Los alimentos aportan proteínas, vitaminas, carbohidratos y grasas minerales en diferentes cantidades, por ello en base con los nutrimentos que en mayor cantidad
contienen, se clasifican en tres grupos.

     
  1. Verduras y frutas
2. Cereales y tubérculos
3. Leguminosas y alimentos de origen animal
 

Grupo 1. Verduras y frutas
Son deliciosas, algunas pueden comerse cocinadas y son una importante fuente de fibra. Aportan las vitaminas y minerales que el cuerpo necesita para funcionar bien. Ayudan a prevenir enfermedades como la gripe, ceguera nocturna, anemia, manchas en la piel y bocio. Entre las vitaminas están la A, C, D y el ácido fólico; entre los minerales se encuentran el calcio, hierro, yodo y zinc.

La fibra que contienen evita el estreñimiento y previene el cáncer gástrico, además de favorecer la eliminación de grasa.

Grupo 2. Cereales y tubérculos
Son la base de la alimentación de los pueblos; los americanos tenemos en el maíz al más representativo de nuestra cultura, los europeos al trigo y los orientales al arroz.

Proporcionan al organismo la energía que necesita para realizar sus propias funciones y para llevar a cabo las actividades cotidianas como: caminar, correr, estudiar, brincar, bailar, cocinar, jugar, entre otras. Proporcionan además vitaminas del complejo B que mantienen en buen estado el sistema nervioso.

Los alimentos de este grupo son los más abundantes en la alimentación del mexicano y entre ellos tenemos cereales como: el maíz que se consume en forma de tortillas, tamales, pan, pinole, etcétera; el trigo que se encuentra en el pan, galletas, pasteles, pastas, tortillas y, otros como el arroz, la avena y el amaranto. En cuanto a los tubérculos los más conocidos son la papa, el camote y la yuca.

Grupo 3. Leguminosas y alimentos de origen animal

Enriquecen la alimentación, pues al combinar leguminosas con cereales se obtiene proteína de alta calidad, asimismo, gracias a la leche y los huevos, las comidas son más variadas.

Aportan principalmente proteínas, que son necesarias para formar y reparar órganos y tejidos de: músculos, piel, huesos, dientes, uñas, pelo, sangre. Cuando no se consumen alimentos de este grupo en cantidad suficiente se presenta desnutrición, sobre todo en niños, embarazadas, madres que amamantan, adolescentes y ancianos. La desnutrición impide el crecimiento y desarrollo adecuados y si se agrava puede llevar hasta la muerte de quien la padece.

Los alimentos de este grupo son: frijoles, lentejas, habas, garbanzos, soya, leche y sus derivados, huevo, carnes blancas y rojas.

Los azúcares y las grasas

Como derivados de algunos alimentos, tenemos a los azúcares y a las grasas que no constituyen un grupo en sí, pero aportan energía al cuerpo. Las grasas y los azúcares se usan para dar sabor y consistencia a los platillos. Sin embargo, deben consumirse en poca cantidad ya que el abuso resulta dañino para la salud. Actualmente el alto consumo de azúcar y grasas propicia en las personas diabetes, hipertensión, obesidad y enfermedades del corazón, entre otros problemas de salud.

El consumo deficiente o excesivo de alimentos, provoca enfermedades como desnutrición, anemia y obesidad.

Para que una alimentación sea balanceada debe tener las características siguientes.

• Que sea suficiente, es decir, comer la cantidad de alimentos que el cuerpo necesita, sin excluir ninguna comida (desayuno, comida, cena).

• Que sea variada. Combinar siempre, en el desayuno, la comida y la cena alimentos de los tres grupos.

• Que los alimentos estén limpios y en buen estado, por lo que habrá que prepararlos y consumirlos cuidando la higiene.

El agua
El cuerpo humano está compuesto de 75 a 80 % de agua, ésta se pierde a través de la orina, la respiración, la defecación y la sudoración, por esta razón el cuerpo necesita recibir la cantidad suficiente de agua para mantenerse debidamente hidratado y funcionando. Para evitar problemas se recomienda tomar por lo menos ocho vasos de líquido al día en forma de agua natural o de frutas, leche, jugo, té, etcétera.