Cuando se va a tener un hijo o una hija, sea la primera vez o no, es importante reconocer si se está preparado para ello.

Para poder identificar algunos de los aspectos indispensables a considerar antes de decidir un embarazo, te invitamos a imaginar que tú deseas tener un hijo, contesta con toda sinceridad el cuestionario.

1.
¿Conozco los cambios físicos y emocionales de mi cuerpo y los de mi pareja?

2.
¿Mi pareja y yo somos responsables de las consecuencias de nuestros actos?

3.
¿Tengo una buena comunicación con mi pareja?

4.
¿Mi pareja y yo tomamos juntos decisiones para nuestra vida?

5.
¿Hemos pensado en los cuidados que son necesarios, para tener un embarazo saludable?

6.
¿Conocemos los riesgos que puede correr en su trabajo una mujer embarazada?

7.
¿Hemos pensado la forma en que cambiará nuestra vida la llegada de un nuevo bebé?

8.
¿Conocemos los cuidados que hay que dar a un recién nacido?

9.
¿Sabemos cuál es la mejor edad para embarazarse, para evitar complicaciones?

10.
¿Sabemos cuál es el tiempo recomendable para esperar entre un embarazo y otro?

11.
¿Sabemos cuál es la cantidad de hijos que una madre puede tener para evitar complicaciones en sus embarazos y no poner en riesgo su vida y la de sus bebés?

12.
En caso de ser padre o madre, ¿alguno de mis hijos tuvo problemas al momento de nacer (se tuvo que realizar una cesárea, el bebé nació con bajo peso, o con algún defecto físico, o no llegó al término de su desarrollo)?

13.
¿Padece alguna enfermedad o hábito no saludable que pueda tener influencia en la salud del nuevo ser?

Si contestaste No en la mayoría de las respuestas, ¡cuidado!, todavía te faltan muchos aspectos por considerar antes de estar preparado para ser padre o madre.
Te invitamos a reflexionar sobre la información siguiente.

¿Qué considerar antes del embarazo?

Es básico que el hombre y la mujer conozcan los cambios físicos de su cuerpo y los de su pareja, desde los que se dan en la adolescencia, como la menstruación y la aparición de las características sexuales secundarias, hasta los cambios en sus emociones y sentimientos, igualmente los cuidados que deben tener en su persona para conservar y proteger su salud. Hay que recordar que una mujer puede quedar embarazada desde su primera regla, que puede ser alrededor de los 11 años, hasta que deja de menstruar a los 49 años aproximadamente.

Es necesario que la pareja tenga una buena comunicación, que compartan sus emociones y sus sentimientos en diferentes situaciones, que hablen sobre las dificultades que se les presenten, para buscar juntos una solución y que ambos tomen las decisiones importantes que influyan en su vida, como la de ser padres. De esta manera, será más fácil que en conjunto se preparen física, mental, emocional y económicamente para esta etapa. Recordemos que al formar una nueva familia, ésta tendrá que brindarle al nuevo integrante la alimentación, el vestido, la seguridad, la protección, el cariño y la educación que requiere.
   

La mujer y su pareja deben prepararse para vivir un embarazo saludable, para estar bien ella y su hijo o hija. Ambos deben informarse sobre la lactancia y los cuidados del recién nacido, y, en el caso de que la mujer trabaje fuera de su casa, conocer los riesgos a los que puede estar expuesta, para tomar las medidas preventivas oportunas.

La mejor edad para embarazarse está entre los 20 y los 35 años de edad, cuando el cuerpo se encuentra en las condiciones óptimas de maduración para poder procrear sin complicaciones..

El tiempo o espaciamiento entre un embarazo y otro, debe ser al menos de dos años, esto permite a la mujer recuperarse del desgaste físico del embarazo anterior; prolongar la lactancia materna, así como los cuidados y atenciones de los padres a la niña o al niño, y que le aseguren un mejor crecimiento y desarrollo.

Los embarazos muy seguidos ocasionan...

En la madre: deterioro físico, anemia, hemorragias y en ocasiones la muerte.

En el hijo o la hija: problemas en el crecimiento y desarrollo físico, mental y social; también aumenta la probabilidad de morir en el primer año de vida, por falta de atención y enfermedades asociadas con la pobreza, como la desnutrición y las infecciones no atendidas.


Las personas que ya tienen hijos, antes de pensar en un nuevo embarazo, deben considerar la cantidad de hijos que la madre ha tenido, pues a partir del cuarto embarazo la mujer empieza a presentar diversos problemas de salud, similares a los ocasionados por embarazos seguidos. Cada embarazo representa un desgaste físico de la madre.


En un nuevo embarazo, debe tomarse en cuenta la situación en que se tuvieron los hijos anteriores, ya que si ésta fue riesgosa, podría repetirse.

Es vital considerar si alguno de los hijos anteriores nacieron con bajo peso (menos de 2 1/2 kg) o mayor de 4 kg.
Si alguno de ellos nació por cesárea.
Si nacieron con algún defecto físico.
Si alguno fue prematuro.
Si alguno nació muerto.
Si la madre sufrió abortos.
Si tuvo preclampsia o eclampsia.

Del mismo modo, es esencial saber si la madre tuvo algunos padecimientos que complicaron sus embarazos anteriores, como la hipertensión, ataques o convulsiones, hemorragias o hinchazón; o enfermedades que pueden influir en su embarazo, como: diabetes mellitus, infecciones de transmisión sexual como el SIDA o la sífilis, tumores en la matriz, entre otras, para que se le den los cuidados médicos necesarios y se eviten los riesgos.