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Un
día que el zorro estaba muy aburrido y hasta cierto punto
melancólico y sin dinero, decidió convertirse en escritor,
cosa a la cual se dedicó inmediatamente, pues odiaba ese
tipo de personas que dicen voy a hacer esto o lo otro y nunca lo
hacen.
Su primer libro resultó muy bueno,
un éxito; todo el mundo lo aplaudió, y |
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pronto
fue traducido (a veces no muy bien) a los más diversos idiomas.
El segundo fue todavía mejor que el
primero, y varios profesores norteamericanos, de lo más granado
del mundo académico de aquellos remotos días, lo comentaron
con entusiasmo y aun escribieron libros sobre los libros que hablaban
de los libros del zorro. |
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