Imagínese que llega el momento de decidir ser madre o no serlo. ¿Qué pasaría si en realidad usted no quiere, pero su mamá y su pareja, o sus familiares, quieren que usted tenga un bebé? ¿Qué pasaría si no se siente todavía preparada porque quiere seguir estudiando o trabajar?

¿O en el caso contrario, ¿qué pasaría si usted quiere tener un bebé, pero a nadie le parece buena idea?

Pues bien, la decisión es suya, es algo personal y está en todo su derecho de decidir tenerlo o no. Pero como se trata de una decisión muy importante, que debe pensar muy bien y asumir con responsabilidad, en este artículo encontrará algunas cosas que debe tomar en cuenta.

El ser madres, una decisión pensada

Investigación: Lorena Peralta

El ser madre es una decisión personal

La mayoría de las veces, las mujeres no decidimos si queremos ser madres o no, porque no nos detenemos a pensar en ello. La decisión de tener un hijo o no tenerlo es muy importante y por lo tanto merece toda nuestra atención.

Es muy común que nuestra decisión no sea una

decisión consciente porque, como se menciona en el manual de CIDHAL*, «Generalmente las mujeres no nos preguntamos si queremos o no ser madres. De pequeñas, ni siquiera se nos ocurre que no lo lleguemos a ser. Podemos pensar que no queremos casarnos (cada día hay más niñas que así piensan), pero no que dejemos de ser mamás».

Continúa el texto citado: «A medida que crecemos, otras cosas llegan a ser importantes también: nos interesa estudiar,

*Fuente: CIHDAL. La decisión de ser madres, en Sobre el cuerpo y la identidad, México 1998.

trabajar, conseguir novio, tener nuestra propia casa, pero sobre todo, la mayoría de las mujeres piensa en tener su propia familia. Cuando la mujer pasa de los veinticinco o treinta (y en el campo incluso cuando pasa de los veinte), sin tener hijos, se empieza a preocupar y muchas veces decide tener uno, aunque no se haya casado o no tenga compañero fijo (...) hay mujeres que se encuentran con tres o cuatro hijos antes de cuestionarse por qué los están teniendo, o antes de pensar si los querían o no los querían».

Pero esto puede cambiar, y para hacerlo tenemos que pensar mucho en por qué queremos ser madres.

¿Qué influye nuestra decisión?

A veces, sin saberlo, tenemos ideas equivocadas, respecto a la maternidad, que nos influyen en la decisión de ser madres, por esta razón debemos pensar detenidamente cuáles son los motivos que nos hacen querer tener un hijo o no tenerlo.

Es importante pensar en por qué queremos ser madres ya que: «No es solamente la imitación de nuestra madre lo que nos influye para tener hijos. En la sociedad hay creencias muy claras sobre el valor de la maternidad.»

«Desde tiempo inmemorial, las familias en el campo valoraban mucho el tener familias grandes por muchas razones: había más brazos para trabajar el campo; si algunos hijos morían de niños, siempre habrían otros para sustituirlos; cuantos más hijos, más posibilidad de que alguno de ellos cuidara de los padres cuando se hicieran grandes. Las niñas de la familia se valoraban por su fuerza para trabajar pero más por su capacidad de servir a los hombres que salían al campo. Al fin que ellas se casarían y se irían a otras familias.»

Hacer un proyecto de vida

En la actualidad, para muchas mujeres es muy importante realizar sus proyectos de vida, por ejemplo estudiar, trabajar, poner un negocio o vivir en pareja. Por eso, la idea de convertirse en madre se está volviendo cada vez más una idea pensada.

Es muy importante que tengamos un proyecto propio, que pensemos en lo que queremos hacer, dentro o fuera de la casa, y que hagamos nuevos planes para nuestra vida.

Antes de decidir tener un hijo, debemos pensar en nosotras mismas y tener un plan de vida para realizarnos primero como mujeres, y después complementar nuestra realización como madres. Esto es muy importante y al respecto se menciona en el texto citado «la idea de que en un momento dado seremos madres hace que frecuentemente no le pongamos empeño al estudio, al trabajo o a la carrera, como si éstas fueran cosas secundarias».


Tener un hijo o hija

Ahora bien, si no queremos tener hijos o no queremos tener más de uno, es muy importante comunicarnos con nuestra pareja, para que él sepa qué es lo que sentimos y lo que pensamos.

«En la decisión de tener más de un hijo (...) el dar hermanos al primer bebé es una gran razón que pesa mucho para algunas mujeres, aunque en el fondo ellas no tengan muchas ganas o no se sientan con ánimo.»

«Para otras mujeres, la ignorancia sobre las formas de usar anticonceptivos es la razón principal de sus embarazos repetidos. Y al mismo tiempo, la dificultad para comunicarse con el compañero, para insistir en que las relaciones sexuales se den cuando nosotras estemos listas, cuando nos sintamos bien; cuando estemos protegidas para no embarazarnos.»

Al planear cuántos hijos queremos tener, es importante tomar en cuenta que el cuidado médico, la alimentación, la ropa y en fin, la vida, es cara, para que así podamos darles una vida mejor.

«Una de las razones que más pesa es la carestía de la vida. Es caro el cuidado médico. La mayoría de las mujeres no tienen cobertura de las instituciones de salud del Estado, como sería del Seguro, el ISSSTE o Salubridad. También es caro comprar leche y pañales, alimentos, enviar a los niños a la escuela, tener espacio en una vivienda adecuada, comprarles ropa, etc.»

Si planeamos nuestra vida, nos daremos cuenta que necesitamos tener tiempo y recursos para nosotras, y esto es algo que debemos considerar al tomar una decisión. Por ejemplo, «el hecho de que la mayoría de las mujeres tengamos que salir a conseguir un ingreso hace todavía más difícil que tengamos varios hijos,porque además no hay guarderías suficientes a nuestro alcance. Tener otro hijo significa que los recursos para los demás sean más escasos».


Nuestra decisión

Nosotras tenemos el poder de decidir ser madres o no, pero es importante reflexionar sobre si estamos en condiciones de tener un hijo, y si tenemos el apoyo emocional y económico de nuestro compañero antes de tomar la decisión. Y si no tenemos pareja, si realmente estamos en condiciones de tener un hijo.

«Todo esto nos hace darnos cuenta de qué tan sola está la mujer a veces, cuando tiene que hacer la decisión sobre si quiere tener hijos o no, y si ya los tiene, si está en condiciones de tener uno más. Pareciera que todo mundo tiene intereses sobre ella y que pocas veces puede escuchar lo que ella misma desearía y lo que está en condiciones de llevar a cabo con disfrute y placer.»

«Otro aspecto a tener en cuenta tiene que ver con los apoyos que tenemos a mano para ayudarnos a sacar adelante a un nuevo hijo, no solamente en los primeros meses sino también después. Por ejemplo, cuando una mujer se involucra emocionalmente con un hombre, éste muchas veces le pide un hijo como muestra de su amor. La mujer tendrá que tener en cuenta si realmente va a tener apoyo con este nuevo hijo, o si pasado un tiempo va a estar sola de nuevo, pero con un nuevo peso encima.»

«Por otra parte, decidir tener hijos porque realmente lo deseamos y tenemos las condiciones para ello, aun cuando la gente no lo vea bien, por ejemplo, si no tenemos pareja, tampoco es fácil.»

Ya sea que decidamos tenerlo o no, la decisión es nuestra, y para ello debemos tomar en cuenta lo que sentimos y lo que pensamos.

«La decisión de no tener más hijos, por ahora, aunque no se esté embarazada, supone poner los medios para no embarazarse, es decir, iniciar un nuevo tipo de relación con el compañero, en el que no se dé penetración, utilizar anticonceptivos, etc. Para eso hay que tener las ideas claras, particularmente si otros miembros de la familia presionan para que sí nos embaracemos. En todo caso la decisión es nuestra.»

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