EL EMBARAZO

El embarazo es uno de los grandes sucesos en el que los seres humanos participamos y sobre el que difícilmente reflexionamos. ¡Imagínate! Dos células se unen, se dividen, se multiplican y dan vida a un nuevo ser. ¿Qué otra cosa tan maravillosa podremos ver en nuestra existencia?

La vida de cada uno de nosotros y nosotras se inició de la misma forma: de la unión de un óvulo y un espermatozoide.

Cuando una pareja tiene relaciones sexuales, el varón, durante la eyaculación, deposita el semen en el fondo de la vagina. El semen está compuesto por millones de espermatozoides que "nadan" hacia el útero de la mujer y de ahí, se desplazan hacia las Trompas de Falopio, lugar en el que se realiza la unión del óvulo maduro y el espermatozoide, es decir, la fecundación.

La fecundación representa la posibilidad de la existencia de un nuevo ser, único e irrepetible, que tomará algunas de las características de su padre y otras de su madre. El sexo del bebé estará determinado por el padre a través del espermatozoide.

El óvulo fecundado se dirige hacia el útero, lugar en el que crecerá y se desarrollará el bebé, hasta su nacimiento.

Este proceso dura aproximadamente nueve meses. Una vez transcurrido este tiempo, el útero se contrae para ayudar al nacimiento.

Debemos considerar que el embarazo sucede en el cuerpo de la mujer, con la participación del hombre, y que las consecuencias son responsabilidad de ambos, además de que repercute en la vida del nuevo ser.

La pareja debe estar consciente de que la responsabilidad es de los dos, aun en el caso de que no fuera planeado.

La primera señal de que hay un embarazo es la suspensión de la menstruación o regla. En los primeros tres meses del embarazo la mujer puede sentir cansancio, necesidad de dormir más, náuseas y vómitos, aunque no todas las mujeres presentan estos síntomas.

Aproximadamente entre el cuarto y el sexto mes, desaparecen estas molestias y el vientre empieza a crecer, lo que hace más evidente el embarazo. En este período, la mujer percibe los movimientos del bebé, por lo que adquiere una mayor conciencia del ser que está gestando.

 

En ocasiones, cuando el embarazo no es planeado, algunas parejas y muchas veces las mujeres solas, deciden interrumpirlo. Esta práctica no es legal en nuestro país. Cuando se realiza de manera clandestina y en condiciones insalubres, se pone en riesgo la vida de las mujeres e, incluso, en algunas de ellas, provoca problemas emocionales serios.

El embarazo, entonces, es un suceso que tiene que ver con la salud física de las mujeres, pero también con aspectos emocionales de ella y de su compañero, y con la vida misma de los dos.

La pareja que puede compartir de manera honesta los sentimientos, temores y ansiedades que produce un embarazo, podrá sobrellevar todos los cambios que éste representa.

 

Así, la pareja pasa a una nueva etapa de la vida, favoreciendo su crecimiento emocional.

A veces la pareja se pregunta si se pueden tener relaciones sexuales durante el embarazo. De hecho, a menos que el médico o la partera lo prohiban, pueden seguir teniéndolas.
Esto les permite mayor cercanía emocional y la mujer se siente aceptada con los cambios que empieza a tener su cuerpo.

Es necesario que los varones participen de esta experiencia. Cuando se decide conscientemente, es una de las sensaciones más gratificantes que se presentan en la vida. ¡No la dejemos pasar!

En algunos hombres, el embarazo de su pareja puede producir un sentimiento de orgullo por pensar que reafirma su masculinidad.

 

Sin embargo, el embarazar a una mujer no nos hace más o menos hombres.

A otros, puede producirles un sentimiento de angustia, porque tradicionalmente se ha dicho que la responsabilidad de mantener a los hijos es del hombre. Esta presión puede provocar discusiones con la pareja.

En este período, la pareja enfrenta sentimientos difíciles de expresar ante los demás. Uno de ellos es el desconocimiento ante los cambios físicos y emocionales de la mujer. También es probable que los hombres, igual que ellas, sientan que no están preparados para asumir la responsabilidad de la atención y cuidado de los niños.
Para algunos, el embarazo despierta cierta curiosidad. Puede surgir una gran necesidad de involucrarse y de acariciar el vientre de su compañera para percibir al bebé y hablarle. Esto les permite empezar a vivir la paternidad.

Si la pareja logra despertar su sensibilidad y su ternura, encontrará que durante este período son más las satisfacciones que las angustias.

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