La piel de la Tierra.

Imagina que la Tierra está envuelta con una piel con pronunciadas arrugas, las cuales forman las montañas y los valles, y cuyos huecos profundos cubiertos con agua
son los mares y lagos.

Esta cubierta contiene gran cantidad de rocas que adquieren una variedad de formas y constituyen el relieve de la Tierra.

 

El relieve de la Tierra, como lo conocemos ahora, tardó millones de años en formarse. Las montañas, los valles, las mesetas, los desiertos y los mares, son productos espectaculares de las fuerzas que actúan en la corteza terrestre; no existe un lugar sobre el planeta donde no se haya elevado una montaña o formado un mar.

Existen dos procesos naturales que participan en la formación del relieve: la acción de las fuerzas internas de la Tierra y los agentes externos o de la atmósfera. La acción combinada de estos procesos naturales rompen, desgastan, quiebran, retuercen y levantan las rocas, moldeando y cambiando una y otra vez el aspecto del mundo.

 

 

Las fuerzas internas del planeta forman islas, montañas, volcanes y mares. El choque o separación de las placas tectónicas, cuyo motor de movimiento son las corrientes internas del manto, provocan sismos y erupciones volcánicas.

Los agentes externos o de la atmósfera como la lluvia, el viento, el clima y el sol, entre otros, pueden construir o destruir al acumular o desgastar las rocas.

Existen dos procesos relacionados con los agentes externos o de la atmósfera:
el intemperismo y la erosión.

 

El intemperismo es la alteración física y química de los materiales de la corteza terrestre por agentes tales como el agua, hielo y componentes químicos de la atmósfera.

La erosión es un proceso continuo causado por el agua, el viento, los cambios de temperatura y las diferentes actividades de los seres vivos.

Entonces, ¿podría desgastarse por completo una montaña gigante formada por una dura roca? Sí, debido a que la corteza terrestre se transforma continuamente. El viento, el sol, los ríos, la lluvia y los glaciares, desgastan segundo a segundo todas las rocas y las edificaciones del planeta.


¡El agua, en todas sus formas, es el recurso que más modifica el paisaje! Corre por las rocas y las desgasta; en forma de torrente, las desprende; al congelarse, las fractura; y al acumularse, las disuelve; por ello, se dice que la erosión es el gran escultor de la naturaleza.