Existen diversos tipos de bosques y selvas que son importantes debido a que regulan la temperatura, elevan la humedad, liberan oxígeno, reducen el ruido y purifican el aire; además, sirven de hogar a una gran variedad de especies animales, mantienen comunidades y ofrecen buenas oportunidades para la recreación y el turismo.

Desgraciadamente, están desapareciendo rápidamente debido a la acción del hombre. El problema de la devastación y la erosión está presente en dichas zonas por causas muy variadas, por ejemplo:

 

 
  • Tala indiscriminada de árboles para la elaboración de materias primas, para abrir nuevas áreas al cultivo o terrenos para construir casas.
  • Sustitución de bosques naturales por árboles aptos para uso industrial.
  • Quemas y desmontes para las actividades agropecuarias.
  • Comercio ilegal de productos del bosque.
 
  La deforestación es un problema que se presenta a escala mundial. Al haber menos árboles hay menos evaporación y las lluvias se hacen más escasas. El suelo se vuelve frágil, fácilmente se puede perder por la acción del viento y el agua, especialmente cuando no hay raíces o plantas que lo protejan. También puede sufrir daños físicos, químicos o biológicos.

El subsuelo también ha sido muy explotado ya que ahí se encuentran los yacimientos de agua potable, minerales y petróleo los cuales son extraídos, mediante diversas técnicas, para ser transformados en materia prima o productos que sean útiles a la población.

La explotación de dichos recursos se ha incrementado por las siguientes causas: aumento acelerado de la población, uso inadecuado de los recursos extraídos, crecimiento de las industrias, incremento de las actividades, intereses económicos.

Todo esto propicia cambios en el uso del suelo. Así, tierras que antes eran bosques se transforman en campos agrícolas, después en pastizales para ganado, o se cubren de maleza y finalmente en tierras totalmente improductivas, lo que conlleva a la escasez de alimentos.

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