La
deforestación es un problema que se presenta a escala mundial.
Al haber menos árboles hay menos evaporación y las lluvias
se hacen más escasas. El suelo se vuelve frágil, fácilmente
se puede perder por la acción del viento y el agua, especialmente
cuando no hay raíces o plantas que lo protejan. También
puede sufrir daños físicos, químicos o biológicos.
El subsuelo también ha sido muy explotado ya que ahí
se encuentran los yacimientos de agua potable, minerales y petróleo
los cuales son extraídos, mediante diversas técnicas,
para ser transformados en materia prima o productos que sean útiles
a la población.
La explotación de dichos recursos se ha incrementado por
las siguientes causas: aumento acelerado de la población,
uso inadecuado de los recursos extraídos, crecimiento de
las industrias, incremento de las actividades, intereses económicos.
Todo esto propicia cambios en el uso del suelo. Así, tierras
que antes eran bosques se transforman en campos agrícolas,
después en pastizales para ganado, o se cubren de maleza
y finalmente en tierras totalmente improductivas, lo que conlleva
a la escasez de alimentos.