Hace
mucho tiempo los seres humanos no tenían un hogar fijo donde vivir.
Para protegerse de las inclemencias del tiempo y buscar alimento y vestido,
tenían que ir de un lugar a otro. Con el tiempo, aprendieron a cultivar
la tierra y a cuidar animales domésticos, lo que propició
que se establecieran en un sólo lugar. De esta manera se inició
la formación de grupos familiares y la necesidad de construir casas
y refugios donde las personas pudieran comer, dormir y resguardarse del
clima.
A lo largo del tiempo, el hombre ha construido sus casas según las
características de la región donde vive, las condiciones climáticas
existentes y los materiales con los que cuenta. Los tipos de casa varían,
tanto en el campo como en las ciudades, pero siempre con la finalidad de
que quienes viven en ella puedan cubrir sus necesidades vitales. En este
sentido, cada elemento que compone una casa debe estar en buen estado para
cumplir su función, proporcionando bienestar a la familia.
La casa es el reflejo de quien vive en ella, por lo que es importante
que la familia aporte los elementos que le permitan acondicionarla y adornarla,
haciendo su estancia más agradable. De igual forma es importante
que la casa reciba el mantenimiento necesario para su buen funcionamiento,
aún cuando sea prestada, rentada y con mayor razón cuando
es propia. La casa es el lugar donde se reúne la familia y se da
la convivencia entre sus miembros.
|