Los eclipses

Cuando la Luna, al viajar en su órbita en torno a la Tierra, se antepone entre ésta y el Sol, sucede uno de los fenómenos astronómicos más espectaculares: un eclipse de Sol. La sombra de la Luna puede ocultar el disco solar total o parcialmente; existen entonces eclipses totales y eclipses parciales. Durante un eclipse total no sólo se produce el bello espectáculo de un cielo oscuro en pleno día, sino que también se puede observar una impresionante corona solar.

Si por el contrario, es la Tierra la que se antepone entre el Sol y la Luna, entonces se produce un eclipse lunar o de Luna. Un eclipse de Luna puede durar aproximadamente seis horas y también puede ser parcial o total. Es interesante notar que la sombra de la Tierra sobre la Luna siempre es circular. Los eclipses de Luna ocurren dos o tres veces al año.

Por los conocimientos que los astrónomos tienen de los movimientos de los astros, pueden predecir con gran exactitud los días y horas en que ocurrirá un eclipse.


Eclipse parcial de Sol

Es importante advertir que el observar directamente un eclipse de Sol puede tener consecuencias graves en las retinas: inflamación instantánea de la córnea (ceguera momentánea, sensación de cuerpos extraños y quemadura en los ojos), o efectos posteriores (al cabo de meses, la persona presenta disminución de agudeza visual, difícil lectura, alteración de formas y colores). Las primeras lesiones son reversibles, es decir, que pueden restablecerse, mientras que las segundas son lesiones permanentes. En ambos casos, ante los primeros síntomas, es importante acudir a cualquier médico u oftalmólogo cercano.